vitoria - La Ertzaintza, como no podía ser de otra manera, lleva la batuta de la investigación en el caso de la presunta trama de prostitución de menores en Álava. ¿Disponen de medios suficientes para abordarla?
-Medios hay. Y gente cualificada, también. Otra cosa es que el número de investigaciones que están en marcha actualmente sea muy elevado y no se pueda llevar todos los asuntos al 100%, como nosotros quisiéramos. Pero gente preparada y cualificada, desde luego que hay. ¿Que haría falta más gente? Es evidente. Pero no sólo en la comisaría de Vitoria, en el resto de las comisarías también.
¿Tantas investigaciones tienen entre manos?
-Hay bastantes investigaciones en marcha, más de las podría pensarse. Pero, lógicamente, estos asuntos no son públicos.
Finalmente, tal y como reveló este diario en su momento, fue la denuncia telefónica de un particular la que al parecer prendió la mecha de las pesquisas policiales. Según su testimonio, vio a un anciano en actitud sexual con un joven dentro de un vehículo en las inmediaciones de Sansoheta...
-Yo diría que han sido varios los caminos que han conducido a iniciar la investigación. Se acumularon varios factores que apuntaban a ello. Hasta donde yo sé, se venían investigando ya otro tipo de situaciones que hacían pensar que podía haber algo extraño con estos menores, porque a lo largo de los últimos tiempos se había visto que se relacionaban con gente mayor en ciertos entornos. Aquello llevó a que se estuviera investigando. Por eso digo que no hubo un solo motivo, sino varios.
Existía cierto malestar entre los agentes porque varios menores recurrían a la Ertzaintza para que les trasladara a Sansoheta desde Vitoria. Sentían que se les usaba como servicio de taxi del centro...
-Sí, este asunto se ha comentado a nivel de patrulla de a pié. Es cierto que hemos hecho un poco de taxistas. Nos llamaban cuando tenían localizado a algún menor que se había fugado o que no volvía al centro. Nos decían dónde estaba y, como no tenían gente, nos pedían que los acercáramos a Sansoheta.
¿Cómo ve el panorama delictivo en Álava?
-Desde mi punto de vista es continuista. Como agente de calle y por lo que me cuentan los compañeros, estamos más o menos como siempre. Puede haber repuntes de décimas en algunos delitos, variaciones muy pequeñas, pero desde hace unos cuantos años las cosas se mantienen bastante estables.
Cambiando de tema, recientemente un ertzaina de tráfico ha fallecido mientras realizaba una intervención en carretera. ¿Hay suficiente seguridad?
-A ver. A mí me gustaría desligar la muerte del compañero del asunto de la seguridad. Al menos por el momento, hasta que no se esclarezcan todos los hechos. Hasta que no se complete realmente el atestado de tráfico y se sepan las causas. Toda la información que he conseguido hasta ahora me lleva a pensar que no, que lo sucedido no ha obedecido a un fallo de los materiales o del personal, aunque no quiero adelantarme. Si desligamos ese hecho de la cuestión de la seguridad, tenemos una instrucción que partió de otra que sí se negoció con los representantes de los trabajadores pero que, en estos momentos, no está pactada. Entendemos que aquella primera instrucción reflejaba una serie de puntos sobre medidas de seguridad que hoy no tenemos y creemos que sería interesante volver a retocarlo, volver a negociarlo, volver a ponerlo sobre la mesa para que se solvente. Hay carencia de seguridad, lo mismo que faltan materiales. Pueden faltar vehículos, conos, cinta... A veces porque no hay y otras porque se sale demasiado deprisa. Hay fallos por parte de los agentes y fallos por parte de la organización. No siempre la culpa es de la organización.
¿Qué se ha obviado en la nueva instrucción?
-Por ejemplo, en el caso de las patrullas rurales de Álava, la anterior instrucción no permitía en ningún caso que una sola patrulla llevara a cabo un control por entender que cuatro agentes era el número mínimo para llevar a cabo esta tarea. Ahora, sin embargo, el número mínimo son dos. Es decir, una patrulla. Y eso significa que puede haber una falta de seguridad, porque en un control te puedes encontrar cualquier cosa.
¿La modificación de la instrucción obedece a que la plantilla está muy ajustada?
-No, la modificación es anterior incluso. Cuando se produjo este ajuste de la instrucción estábamos por encima de los 8.000 agentes.
¿En qué situación se encuentra actualmente Álava? ¿Hay agentes para cubrir todos los servicios todos los días o los fines de semana siguen siendo complicados?
-En función de la época del año, hay gente suficiente. Y en función del día de la semana que sea, también. Los fines de semana son, efectivamente, complicados. Si juegan el Alavés o el Baskonia, si tenemos un acto parlamentario, si hay traslados (de reclusos), si coincide con un partido importante de otra ciudad, andamos mucho más justos. ¿Si falta gente? Hombre, pues si no tuviéramos que enviar a gente constantemente a Laguardia, a veces dos patrullas por turno, estaríamos más desahogados. Igual Vitoria podría funcionar con lo que tiene si se dedicara única y exclusivamente a lo suyo, pero claro, acaba siendo el cajón de sastre para el resto de la provincia y en algunos momentos para cuando falta personal de brigada de apoyo.
¿Qué sucedería si un fin de semana coincidieran partidos en casa de todos los equipos vascos de primera de fútbol y baloncesto?
-Pues que trabajarían todos los ertzainas. Nadie libraría. Aquí se puede hacer casi todo. Nosotros somos policías y nos debemos a ello. Podemos trabajar, si hace falta, las 24 horas del día. Ante una situación de emergencia puede ser, pero el asunto es saber si es necesario. Si una buena organización o algún agente más puede ayudarnos a no tener que llegar a ese punto.
¿El hecho de que no haya prosperado la OPE ha afectado negativamente en la organización?
-Es evidente que ha influido. De momento está recurrida, ya veremos cómo acaba. Lo que sí ha sucedido es que se retrasa la entrada de la próxima promoción en la Academia de Policía, es decir, de todos esos agentes que nos hacen falta para llegar a los 8.000. La estructura de la Ertzaintza está creada para 8.000 agentes, ni para 7.600 ni para 7.300. Ya tenemos un déficit cuando están en la Academia, así que si se retrasa la entrada en la Academia, el déficit se prolonga. Se nota, y mucho.
¿Habrá OPE en 2017?
-Hay que esperar a ver qué dice el Tribunal Supremo.
Hablemos de la situación formativa. Teniendo en cuenta que la Academia de Policía atiende a las promociones de la Ertzaintza, a todas las policías locales, realiza cursos de reciclaje y desarrolla otras formaciones específicas, ¿Arkaute ya da abasto?
-Pues no sé si da para todo, pero lo que está claro es que va a tener que dar. La política de esta Consejería dicta que todo el mundo tiene que pasar por la Academia. De hecho, la formación que viene de fuera no se homologa y de cara a un baremo de méritos no se tiene en cuenta para nada. Ahora mismo tenemos pendiente un curso para todos los agentes de Seguridad Ciudadana relacionado con el yihadismo...
No es el primer curso que se imparte sobre yihadismo en Arkaute. Dos preguntas al respecto. ¿Es suficiente la formación que se da sobre yihadismo? ¿Es necesario formar a la Ertzaintza en yihadismo?
-Evidentemente, hace falta porque, en principio, el problema del futuro va a ser ese. Y si no es el del futuro es el del presente. La formación nunca está de más y si nos dan un curso, o dos o cinco, nunca nos va a venir mal. La idea es que, si algún día sucede algo, que nos pille lo mejor formados posible. De hecho, la mayoría de las organizaciones sindicales está organizando cursos de ese tipo por su cuenta. Eso significa que hay una demanda y un interés por parte de los ertzainas en formarse al respecto. Y también que puede que piensen que los cursos que ofrece la Academia están bien pero que resulta interesante profundizar aún más. Todos entendemos que es una amenaza real, que está ahí y que tenemos que estar preparados para ello.
Recientemente se han celebrado diferentes cursos en Vitoria.
-Sí, prácticamente todos los sindicatos hemos organizado algo sobre yihadismo. Es la respuesta a una demanda real. Es como seguir practicando tiro, algo que resulta necesario. Creo que, hoy por hoy, es la amenaza real.
Hace unos días, el director de Seguridad Ciudadana del Ayuntamiento de Vitoria comentaba que la coordinación de la Policía Local con la Ertzaintza es muy buena. Concretamente dijo que es todo lo buena que puede ser tratándose de dos instituciones diferentes.
-Es cierto lo que dice, y muy correcto. Luego habría que ver los entresijos. Nada es tan perfecto como parece. Aunque son los menos, a pie de calle hay algún roce. Pero lo peor para los agentes es que seguimos con un gran déficit de comunicación. Hablamos de aumentar el número de patrullas y seguimos acudiendo agentes de la Ertzaintza y de la Policía Local a los mismos incidentes. Y todo porque sigue sin haber un mismo número de teléfono para los dos cuerpos, algo que no sucede ni en el resto del Estado ni en el resto de la Comunidad Autónoma Vasca. Pues en Vitoria, a pesar de la maravillosa coordinación, la comunicación no funciona. Y eso a pesar de que está el mismo partido en el Ayuntamiento y en el Gobierno Vasco. Seguimos con el 112 por un lado y con el 092 por otro. No tiene sentido.
El problema es que hay duplicidad de cobertura en algunos servicios...
-Evidentemente.
Y que, en consecuencia, otros se quedan sin cubrir.
-Eso ya no, porque acudimos a todo. Pero probablemente se llega más tarde. Y eso es algo que se podía evitar.
¿Cómo se lleva el trabajar con un convenio prorrogado desde hace años?
-Funcionamos con un convenio prorrogado pero en cuatro años no ha habido ni una sola reunión de la comisión paritaria. Parece mentira que llevemos casi cinco años así, debe de ser que no ha habido ningún tipo de discrepancia en las interpretaciones. A pesar de ello, hemos tenido que acudir a los tribunales en varias ocasiones. Unas veces nos dan la razón y otras no. El problema es que hay problemas que se podían resolver de esta manera y que al final acaban en los juzgados. Y en Euspel no somos para nada partidarios de acudir a los tribunales, para nosotros es el último recurso.
También han pedido la creación de una mes de diálogo por los problemas derivados de la organización de horarios en la unidad de vigilancia y rescate...
-A lo largo de los últimos cuatro años hemos presentado muchas solicitudes. No sólo la modificación de horarios para esta unidad, también hemos pedido una ampliación de plazas e infinidad de cosas, como es lógico. Cuatro años dan para mucho. Hay muchas carencias. Un convenio caducado, una carrera profesional que se vio truncada y no se desarrolló, el servicio activo modulado... Lo que nos gustaría es sentarnos y hablar. Hablar y poder hacer.
De cara a hablar y a llegar a acuerdos, ¿es positiva la continuidad de la consejera?
-Si vamos a hacer balance de lo anterior, evidentemente decimos que se podía haber mejorado mucho. Muchísimo. Pero no vamos a pensar en el pasado, vamos a pensar en el futuro. Lo que necesitamos es que haya voluntad de solventar las cosas. Una idea continuista, con mantenimiento de recortes y ausencia de ánimo negociador, no va a ser positiva.