La congregación Hermanitas de los Pobres de Vitoria no renuncia a su vocación ni a su carisma y, ante una necesidad urgente, abre su mano para pedir, porque así lo establece el criterio de su fundadora y así se han mantenido hasta hoy. El reto actual al que la residencia de estas religiosas se enfrenta -ubicadas en la calle que lleva el nombre de su fundadora, Juana Jugán nº 1- es la necesidad de cubrir el gasto de unas nuevas duchas acondicionadas para sus ancianos, que en la actualidad ascienden a 80.

Las Hermanitas de los Pobres cuentan con 29 casas en España y atienden a unos 2.500 ancianos. En Vitoria están presentes desde 1878. “Vivimos y trabajamos dependiendo de la caridad, por lo que no optamos a subvenciones, ni rentas fijas, dice la madre superiora, sor Pilar.

Los ancianos acogidos reciben el cariño y la atención de la comunidad religiosa, 14 hermanas, de las cuales cuatro son muy ancianas por lo que ahora necesitan también ser atendidas. La casa, como les gusta llamar, cuenta también con 38 trabajadoras que por turnos cuidan y velan por el bienestar de los ancianos.

Para afrontar los gastos de la casa, y el salario de las trabajadoras, las hermanas cuentan con el 85% de la pensión de los ancianos, que en su mayoría son mínimas, por la prioridad que tienen en el acceso a la residencia las personas más necesitadas.

Sor Pilar, reconocía en una conversación que las pensiones no alcanzan para pagar los salarios de las trabajadoras. ¿Y cómo hacen frente a otros gastos como la calefacción, el gas o la electricidad?

Estos son los mayores gastos que tenemos al año, en salarios unos 43.000 euros más o menos, mensual, calefacción unos 80.000 al año, y de luz unos 40.000. “Los benefactores con sus limosnas nos permiten ir cubriendo estos gastos”, cuentan las religiosas. Para esto todos los días dos hermanitas salen a pedir para poder llegar a todos los gastos de la casa y sobre todo para cubrir el mantenimiento del edificio.

Esta obra benéfica de la Iglesia no recibe ayudas institucionales, sólo la caridad pública. Este caso es el del Banco de Alimentos, que colabora con esta residencia, al igual que numerosas bodegas de Rioja que tienen su campaña específica de colaboración. Y, sobre todo, el goteo de los donativos particulares es uno de sus importantes recursos para mantener su gran labor asistencial.

Muchos hogares recibirán este año una carta de felicitación de Navidad de las Hermanitas de los Pobres y en ella una mano tendida pidiendo limosna. Por eso, desde hoy, se pretende iniciar una campaña de apoyo a las Hermanitas de los Pobres en su residencia de Vitoria. “Tenemos un reto, lograr los 20.000 euros que es el presupuesto para arreglar las duchas comunes, quitar los platos y dejarlas planas”, dicen. En total, 13 duchas que darán servicio a 32 ancianos.

Los donativos se pueden ingresar en la cuenta de Kutxabank ES04 2095 3125 31 1091211192, con el concepto Duchas. La congregación se compromete a hacer periódicamente un seguimiento de lo que se recaude como si de un termómetro que de cero a veinte mil euros se tratase.

El deseo de esta congregación está claro: “Ojalá que no tardemos en anunciar que se han recaudado esos 20.000 euros”.