vitoria - La hipertensión arterial, uno de los principales factores de riesgo en el desarrollo de las enfermedades cardiovasculares, constituye a día de hoy uno de los mayores problemas de salud pública. Los últimos datos estadísticos reflejan un progresivo descenso de estas patologías entre los alaveses, hasta el punto de que han sido ya superadas en prevalencia por el cáncer, pero esto no significa que haya que dejar de seguir unas pautas básicas de vida saludable, como bien saben los profesionales de la Sanidad. Pautas que, en esencia, se reducen a un incremento de la actividad física y a un control nutricional, fundamentales en el ámbito de la prevención.
Sin embargo, todavía hoy siguen a debate entre los expertos cuáles son las características más adecuadas que debe tener un programa de ejercicio físico. Un año más, el Departamento de Educación Física y Deportiva de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), en colaboración con la aseguradora IMQ, el Hospital Santiago Apóstol de Miranda de Ebro y el Servicio de Nefrología de la OSI Araba, tratará de encontrar nuevas evidencias científicas que permitan avanzar hacia la resolución de esta y otras incógnitas. Un equipo encabezado por Sara Maldonado, doctora de la UPV, iniciará el próximo mes de enero la séptima entrega de un largo proyecto de investigación que busca evaluar el riesgo cardiovascular en personas con hipertensión primaria y sobrepeso u obesidad mediante diferentes “modelos y marcadores”, con el objetivo de “comprender mejor los factores determinantes de la propia enfermedad cardiovascular”.
La investigación, que en total se extenderá durante el plazo de medio año, analizará los efectos que provocan sobre el organismo distintos programas de ejercicio físico aeróbico, realizados a lo largo de cuatro meses, junto con una serie de recomendaciones nutricionales. Posteriormente, cuando hayan transcurrido seis meses, los participantes serán sometidos de nuevo a unas pruebas de reposo y esfuerzo para saber qué efectos a largo plazo ha tenido sobre su salud ese programa controlado de ejercicios y alimentación. “Durante estos años hemos ido cambiando la investigación. Empezamos con ocho semanas de ejercicio, luego subimos a doce y después a 16, incluimos también dietas individualizadas... Este año, nos limitaremos a dar a los participantes sólo unas recomendaciones nutricionales, que se unirán a esas 16 semanas de ejercicio en diferentes grupos”, expone la profesional.
Claro que para mantener con vida este proyecto se necesitan voluntarios. Maldonado y su equipo buscan a personas diagnosticadas con hipertensión primaria, que además tengan sobrepeso u obesidad y hábitos sedentarios, y que deseen participar de forma gratuita en el proyecto, que cuenta con el dictamen favorable del CEIC del Hospital Universitario de Álava (HUA).
Los potenciales participantes deberán realizar diferentes pruebas en reposo y en esfuerzo que serán supervisadas por personal especializado en cada área para definir si cumplen los criterios de inclusión. Una vez que el especialista médico apruebe su participación, los voluntarios serán derivados de forma aleatoria a uno de los cuatro grupos de intervención con los que contará el programa. El primero será de control, donde sus integrantes se limitarán a seguir unas recomendaciones dietéticas y de ejercicio físico. En el resto, se seguirán las mismas recomendaciones alimenticias, pero sus integrantes realizarán diferentes modalidades de ejercicio supervisado en cuanto a volúmenes e intensidad. Al finalizar la intervención, tras esas 16 semanas, a los seis meses se repetirán de nuevo todas las pruebas para su comparación con los valores iniciales.
cambios en participantes “Lo más importante que hemos visto en este tiempo es que hay unos cambios enormes en los participantes. La gente baja mucho de peso, reduce el riesgo cardiovascular y, de alguna manera, le enseñamos a comer y a hacer ejercicio”, apunta Maldonado. Por ahora, se han postulado ya como voluntarias 35 personas para esta nueva extensión del proyecto, aunque la investigadora matiza que “no hay límite de plazas”, dado que los grupos tienen que ser amplios para que las investigaciones sean válidas. El año pasado participaron 70, el doble. Con todo, el plazo de admisión se cerrará en enero. Quien lo desee, puede escribir a la dirección de e-mail de la investigadora: sara.maldonado@ehu.eus.