vitoria ? En Abetxuko hay prisa por conocer el signo de la resolución judicial sobre el desalojo cautelar de los pichis. “Lo necesitamos para ayer”, reconocían ayer los representantes de la Asociación de Vecinos Uribe Nogales, quienes reconocen el tremendo esfuerzo que les está suponiendo contener los ánimos de los residentes en el barrio. Arantxa, la propietaria de la casa que ocupa el clan, compareció ayer en público por primera vez, emocionada y arropada por un centenar de vecinos, para aclarar su situación. “Siempre he tratado con gente de todas las razas, no soy ninguna racista. Ellos se han metido en mi casa y quiero que salgan. Pero que salgan ya”, explicó con lágrimas en los ojos la vecina, que actualmente se ve obligada a vivir en una residencia.
Relató cómo, el pasado agosto, una residente en el barrio se dirigió a ella y le preguntó si había alquilado la casa. Ella le respondió que no y en ese momento fue consciente de que “se había metido gente”. El 22 de ese mismo mes presentó la denuncia por ocupación y poco después agregó un escrito solicitando el desalojo cautelar de la vivienda. Una petición, cuya resolución, supuestamente inminente, depende de la juez responsable del Juzgado de Instrucción número 1 de Vitoria.
Arantxa también señaló que un vecino de Abetxuko “que intercede por esta familia” le ha pedido que alquile la casa a los pichis. “¿Cómo voy a hacer eso? ¿En qué cabeza cabe?”, argumentaba al tiempo que insistía en reclamar el derecho sobre su legítima propiedad. Según añadió, los ocupantes de la casa no se han puesto nunca en contacto con ella.
Por contra, los pichis sí que han hablado con los portavoces de la asociación vecinal. Han charlado con el responsable de Uribe Nogales, Oscar González, y le han comunicado que si finalmente llega la orden de desalojo judicial, saldrán voluntaria y pacíficamente. “Nosotros no vamos a acudir en caso de que se ordene el desalojo. No queremos que se organice ningún espectáculo”, puntualizó.
En cuanto a la enorme polémica suscitada en torno a la ocupación, las movilizaciones vecinales y las declaraciones cruzadas registradas en los últimos tiempos, Arantxa consideró que los pichis se están aprovechando de la situación. “Siento que se están riendo de todos”, reconoció.
ratificación Tras el archivo de las denuncias que los pichis presentaron contra el párroco del barrio y uno de los miembros de la asociación por presuntas amenazas y coacciones ?ambas han sido recurridas?, hoy llega el turno de Sandra, la ex empleada de la panadería en la que varios miembros del clan protagonizaron un presunto intento de robo. Esta mañana ratificará la denuncia que interpuso en su día contra los ocupantes. “Aquí hay un problema de convivencia. Se están recibiendo amenazas y se está produciendo acoso por parte de ellos (los pichis). Y todavía salen en la prensa diciendo que no han insultado a nadie y que no han amenazado a nadie. Eso es mentira. Han amenazado, han insultado, amenazado y han tratado de agredir. Esto no se puede permitir”, manifestó. l