Vitoria - El fiscal superior del País Vasco, Juan Calparsoro, reconoció no haber estado “muy fino” en sus manifestaciones tras recibir a miembros del clan de los pichis residentes en Abetxuko, que expresaron su “temor” por las manifestaciones realizadas por los vecinos. El fiscal manifestó en aquel momento que “había que respetar siempre la seguridad de estas personas”, y los residentes en la zona, según él mismo recordó, “se indignaron al entender que la seguridad afectada es la suya”.
Calparsoro insistió en que los vecinos “tienen, sin duda, derecho a su seguridad, a su tranquilidad, a la convivencia”. No obstante, señaló que ha podido “haber un enconamiento” que “habría que ir reduciendo, calmando los ánimos, mejorando un poco los mecanismos de comunicación”. “A veces estas posturas lo que hacen es dificultar la solución de los problemas”, advirtió.
En referencia a este mismo caso, aseguró de que el problema de convivencia en los barrios de Ollerías en Bilbao, y Abetxuko en Vitoria, por la presencia de los pichis, “se tendrá que resolver por otras vías que no sean las estrictamente judiciales”. En cualquier caso, ha indicado que “lo mejor es que el juzgado, cuanto antes”, adopte una decisión al respecto. Asimismo, confió en que “entre todos se llegará a un arreglo en la medida de lo posible”, aunque “siempre habrá sus dificultades”.
sansoheta Calparsoro también explicó que “igual” no se ha actuado con “el acierto debido” en casos como el de la presunta red de prostitución de menores en Álava, el de la agresión sexual a una menor en Leioa o el del envenenamiento de dos hermanos mellizos en Lekeitio. “Hay que analizar que se podría mejorar”, afirmó el fiscal, quien indicó que “no hay que estar tapando errores”. Admitió que “se ve que igual no se ha actuado con el acierto debido”, en este caso o “en otros”, en alusión a la presunta red de prostitución de menores. - E.P.