Las mujeres del Partido Nacionalista Vasco, en especial las jeltzales alavesas, queremos unir momentos y recuerdos para poner cariño y voz a un nombre muy especial: María Jesús Aguirre Uribe.

Quienes la hemos conocido y quienes no han tenido esa oportunidad, pero recogen ya su historia y su legado, nos sentimos profundamente agradecidas por haber tenido junto a nosotras, en nuestra trayectoria política y personal, a una persona como ella.

Cuando desde muy joven, arrancó de las vísceras de los derechos humanos los derechos subjetivos de todas las personas a vivir con dignidad, ya había encontrado el rumbo que había que dar a las políticas sociales, a las prioridades municipales y a la mirada humanista de cualquier acción política. Su visión innovadora de dirigir los esfuerzos en la dirección correcta, aquélla que tiene que ver con la vida, con la cotidianidad de las personas, ha sido transmitida por ella con elegante maestría, en asambleas de partido, en los despachos de trabajo y, sobre todo, en la calle, su lugar de encuentro con la reflexión y con la gente.

María Jesús ha sido una mujer valiente, de una generación de mujeres que tuvo que atravesar muchos caminos de desconfianza e incomprensión y hacer frente a muros de intolerancia en una sociedad machista poco respetuosa con la diversidad y la igualdad.

Ella nunca permitió apartarse de los puertos a donde la sociedad alavesa y vasca debía llegar: el bienestar de todas las personas, el encuentro maravilloso con la dignidad humana.

Ha sido una maestra apasionada que ha alumbrado la magia de ser hijas, madres, abuelas y compañeras, la que nos ha propuesto una vida dura de entrega a una causa, a un pueblo, a un futuro mejor. Y ha sido referente y ejemplo, porque tuvo el aplomo de ser pionera, de ser la primera en muchos compromisos y cargos públicos y ha pasado a ser, de esta manera, espejo de historia y sonoridad femenina, lugar donde otras muchas mujeres nos podemos reflejar.

Estamos seguras de que seguiremos sintiendo su fuerza, aquélla que permite vislumbrar los sueños, la que destruye los techos de cristal y la injusticia de cualquier color. Seguiremos trabajando por la presencia e influencia de las mujeres en nuestra sociedad.

Las mujeres jeltzales alavesas lanzamos hoy al viento nuestra sábana blanca, color de la paz y la convivencia, la que sirve de reposo a los colores de nuestra tierra, y reiteramos nuestro compromiso político con la justicia social. Es hora de mimar el tesoro de la historia que nos ha dejado María Jesús . Y entre la tristeza de la ausencia, siempre su sonrisa y su compromiso.

Agur eta ohore.

* De las mujeres alavesas de EAJ/PNV