con un tiempo más o menos tranquilo, solo salpicado por algún esporádico xirimiri, Santa Cruz de Campezo celebró ayer la tradicional Feria de San Martín con un tono multitudinario, aunque sin la presencia, por cuarto año consecutivo, de la maquinaria agrícola que hace años era muy vistosa.
Desde mucho antes del comienzo oficial de la cita, centenares de coches, que dejaron pequeños los espacios previstos por la organización, depositaron sobre Santa Cruz a miles de visitantes dispuestos a disfrutar de una jornada de exaltación de los productos de Montaña Alavesa y de las manifestaciones culturales que tienen allí su cuna. Como es habitual, los puestos se instalaron a lo largo de las dos calles que sirven de eje a la localidad, aunque el verdadero epicentro fue la plaza donde se encuentra el Ayuntamiento y la Junta Administrativa, y bajo cuyos soportales se acomodaron los artesanos de Montaña Alavesa ofreciendo los panes de Azaceta, los embutidos Suso, de Maestu; la miel de Apellaniz, los quesos de los Hermanos San Vicente, de San Vicente de Arana; los alimentos ecológicos que se elaboran en Santa Cruz; y la Trufa Negra de Álava, entre otros.
Por otra parte, pasteles, bollos preñaos, enormes cantidades de embutidos y jamones, patés, conservas de todo tipo, licores, vino y txakolí compartieron espacio con las primeras alubias de la temporada, los hongos y las setas, o con las patatas de Álava vendidas en grandes sacos, junto a otros puestos de trabajos artesanales realizados en Álava principalmente. Tampoco faltaron artesanos de otras zonas, cono el aceite de oliva virgen de calidad amparada de Álava, los exquisitos patés que se elaboran en Elciego o en la localidad riojana de Nalda o las morcillas de Anguiano. Además, como ya se ha convertido en inevitable en los dos extremos de la larga calle que sirvió de paseo de mercadillo, se instalaron los consabidos puestos de ropas y juguetes que nada tenían que ver con la celebración de la jornada.
A esta amplia oferta se sumaron el stand de El Fogón de Álava, que asumió el reto de representar casi exclusivamente a los productos de Álava en todas las ferias del Territorio Histórico, así como el asador de pollos Luma Gorri. La Junta Administrativa mostraba su satisfacción por la afluencia de visitantes y de expositores. Juani Musitu contaba que “todo está muy bien organizado y ha acudido mucha gente. Además nos ha acompañado el tiempo, a pesar de un ligero xirimiri que apareció de vez en cuando a lo largo de la mañana”.
Por su parte, las bolilleras, todas ellas de Santa Cruz de Campezo, de la asociación EGA y de la Asociación de la Mujer Campezana, se reunieron al fondo del frontón municipal dedicándose a entusiasmar a las y los curiosos que se quedaban tras ellas observando los ágiles movimientos de los dedos mientras trenzaban los hilos alrededor de las agujas, dando preciosas formas a sus paños o comentaban los numerosos trabajos que habían colgado de las paredes para disfrute de las personas que les gustan estos trabajos.
En el mismo frontón se instalaron artesanos llegados de muchos lugares. Unos tallaban la madera, otro, cerca de la puerta, mostraba las tradicionales campanillas o badajos que se colocaban a la ganadería, otra cosía gorras de lana y así había una amplia representación de artistas capaces de crear pequeñas y grandes obras con las manos. En ese lugar, otro foco de atención fue un expositor donde se fueron colocando los platos preparados para el concurso de gastronomía, tanto de platos generales como de postres, que recibieron premios en forma de productos de Montaña Alavesa, patrocinados por varias empresas.
elementos importantes Tampoco faltaron elementos importantes de la Feria de San Martín, como es el ganado. Aunque no fue demasiado abundante, hubo una interesante muestra, llamativa por la variedad de animales: caballos de la Montaña, varias clases de vacas, de ovejas y de cabras, así como una inmensa cerda con sus cerditos, que fue la que despertó el interés del mayor número de críos. Asimismo, se realizó una pequeña exhibición de doma canina en el campo de fútbol, que se pudo disfrutar cómodamente desde las gradas.
Por su parte, en la plaza, se llevó a cabo una muestra de canciones y danzas de Campezo, y en otro lugar de ese espacio, Slow Food Araba, la organización que promociona los productos agroalimentarios alaveses llamados kilómetro 0 y que preside Alberto López de Ipiña, se afanó en la preparación de unas grandes cazuelas con albóndigas de carne de potro, una delicia gastronómica ya que se produce y con gran calidad en la comarca, y es una carne con demanda en crecimiento. Se pudo disfrutar a través de una degustación popular con la que se clausuró el evento.
La Feria de San Martín estuvo organizada por la Junta Administrativa de Santa Cruz de Campezo, el Ayuntamiento de Campezo y la Asociación de Desarrollo Rural Izki y la colaboración de la Cuadrilla de Montaña Alavesa. El Gobierno Vasco y HAZI son los patrocinadores y colaboran, entre otras muchas entidades e instituciones, DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA.