vitoria - La estampa bucólica del otoño se ha convertido en una verdadera pesadilla para los vecinos de la calle Cuadrilla de Laguardia de Vitoria. Y es que los habitantes de esta zona de Zaramaga no quieren ver ni en pintura la tradicional hojarasca que conlleva esta estación del año, puesto que su alfombra tupida en vez de acumularse en las calles lo está haciendo en la misma azotea de su edificio. La culpa de ello, como se quejan desde el portal número 38 de dicha vía, la tiene un enorme chopo, ubicado en la trasera del edificio. Es su particular árbol de la discordia, “que ni en el Amazonas lo han visto tan grande”, al sobrepasar “cuatro alturas” el tejado de este inmueble.
Y, la consecuencia de ello para sus habitantes no puede ser más nefasta: atascos de canalones y bajantes que están provocando problemas graves de humedades. Oier Durán, en concreto, reside en el 4º D, el piso que dice que es el más afectado, y al único que parecen ir sólo las humedades provocadas por este árbol “extremadamente grande, que mide unos siete pisos” enfrente de su casa. “Hace cinco años tuve mi primera gotera y fue cuando llamé a los Bomberos. Luego las humedades pasaron a mi dormitorio, al pasillo y al cuarto de las niñas. Y en agosto las filtraciones han llegado al salón”, especifica este hombre quien se ha visto obligado a vaciar “cada cinco minutos” los cubos de fregar que emplea para recoger las goteras. Aunque, como recuerda, las tormentas de ese mes también ocasionaron daños al portal de al lado. “Otro vecino tuvo unas goteras considerables. Hasta se le cayó el techo de la cocina”, precisa este gasteiztarra.
Aunque Durán sea en principio el residente más afectado por este árbol, al resto de la comunidad, formada por una decena de vecinos, la hojarasca atascada en los sumideros también les ha afectado al bolsillo. En concreto, en lo que va de 2016 el árbol y sus derivadas han pasado una factura a la comunidad de 1.200 euros por los trabajos de limpieza que no les ha quedado más remedio que contratar. “Este año hemos tenido que desatascar cuatro veces los sumideros -la última vez, hace apenas un mes-, cuando en principio lo hacíamos una vez al año”, se queja Durán.
Por todo ello, dos son las preocupaciones que tiene en la cabeza este residente. La primera, que el seguro les eche, harto de los partes que ya han dado. “Ya nos ha dicho que ha pagado dos veces y que si hay una tercera, no paga”, añade. Aunque es la segunda cuestión la que más mina la moral de este hombre de 37 años. “Tengo un bebé de año y medio que está respirando toda esta humedad y tengo miedo de que le pueda pasar algo por ello”, confiesa.
Es por ello que desde julio ha decido tomar cartas en el asunto. “He enviado varias instancias al Ayuntamiento de Vitoria pidiendo que me poden el árbol, por lo menos. Pero la carta que me ha remitido una de las técnicos me dice que la poda tiene sus riesgos y consecuencias”, se queja.
Según dicha misiva municipal, para poder podarlo habría que esperar a que se caigan las hojas. Algo que no tiene sentido para Durán, “porque precisamente son las hojas las que nos causan el problema”. Una respuesta ante la que ha decidido no quedarse de brazos cruzados. “Me he puesto en contacto con la oposición, con la edil del PP Leticia Comerón, para que así me hagan más caso”, matiza. Y a todos les ha dejado claro una cosa: “Para mí es más importante anteponer la salud de mi hija a la del chopo. Si no tengo respuesta del Ayuntamiento de Vitoria en dos semanas, corto yo mismo el árbol, que parece que lleva diez años sin podarse”. Una amenaza, la de desmochar este chopo, que va totalmente en serio porque Durán asegura sentirse desesperado. “200 euros me cuesta una motosierra. Muerto el perro, se acabó la rabia”, advierte.
Actuación municipal Fuentes municipales confirman las quejas llegadas por el chopo de la trasera de la calle Cuadrilla de Laguardia, 38. Y anuncian que los trabajadores de la Unidad de Parques y Jardines del Consistorio van a ir a revisarlo in situ “en la máxima brevedad”. Según indican, este atasco por hojarasca no es un hecho aislado en esta Vitoria tan verde.