Tras años de duro entrenamiento en natación, Adri está ahora a las puertas de los campeonatos regionales cuando a dos días de la competición le viene el periodo por primera vez. Huérfana de madre hace cuatro años, Adri se ve sometida al entusiasmo que su padre proyecta en la competición y a la presión del entrenador del club que ve en ella una firme candidata a clasificarse. Por todo ello, Adri oculta el suceso que la convierte de niña a mujer y que pone en peligro su participación en la competición, obligándola a buscar por sí misma las respuestas a todos los interrogantes que la acechan.

Ésta es la sinopsis del cortometraje de 2013 Adri con el que la realizadora Estíbaliz Urresola fue seleccionada en más de 50 festivales nacionales e internacionales logrando un total de seis premios como el de mejor corto infantil en el XIV Fenavid (Festival Internacional de Cine Santa Cruz en Bolivia 2014) o la mención especial obtenida en la segunda edición de La Mirada Tabú en Zaragoza, precisamente, por su sensibilización hacia un tema tabú, pese a su naturalidad: el de la menstruación femenina.

De hecho, se trata del proyecto “más ambicioso y personal” realizado hasta la fecha por Urresola, y servirá para presentar a las 19.30 horas de mañana en la casa de cultura de Amurrio el taller Lunáticas sobre el ciclo menstrual, que la propia realizadora, junto a Ane Uriarte, dinamizará en la misma infraestructura cultural el próximo 12 de noviembre. “Depende de cómo vivas esa primera regla, te marca toda la vida. Por eso decidí sensibilizar en torno a este tema con la realización del cortometraje, así como explicar a otras mujeres lo que yo misma descubrí en los libros, mediante un taller que Ane y yo estamos llevando por distintos pueblos”, explica Urresola, en referencia a escritoras pioneras en materia de ciclo menstrual como Miranda Gray (Luna Roja), Sophia Style y su Tienda Roja, o Erika Irusta y su blog El camino rubí.

“Lo primero que tenemos que saber es que el ciclo menstrual va mucho más allá de los días de sangrado. Consta de cuatro fases, que comienzan con la ovulación y culminan con la menstruación, y vuelta a empezar. Las mujeres no somos lineales, sino cíclicas, y conocer e identificar los cambios que experimentamos en cada fase nos lleva a vivir la vida y enfrentarnos a los acontecimientos con menos frustración y más ternura con nosotras mismas”, apunta Urresola.

De hecho, según señala Miranda Gray en su Luna roja, el ciclo menstrual era para las antepasadas una fuente de maravillosas energías creativas, espirituales, sexuales, emocionales, mentales y físicas. Se trataba de un don que impulsaba a la mujer a renovarse cada mes, a manifestar y crear el mundo que la rodeaba, a conectar profundamente con la tierra y su familia, así como a expresar su sabiduría e inspiración. Es decir, que cada mujer dispone de una naturaleza cíclica única que, “ayudada de herramientas tales como el diagrama lunar, nos ayuda a detectar nuestros patrones, fortalezas y energías para que, desterrando los tabúes, las podamos aplicar a nuestra vida cotidiana tanto en el plano fisiológico como psicológico y espiritual”, matiza Urresola.

En este sentido, en el taller del 12 de noviembre, de 10.00 a 14.00 y de 15.30 a 17.30 horas, combinarán la información teórica con dinámicas de movimiento en atención consciente, de cara a provocar una experiencia integral de conexión entre cuerpo y naturaleza cíclica.