La villa ayalesa de Amurrio es uno de los municipios alaveses a los que llegará el próximo mes de noviembre el proyecto La Familia de al lado/Bizilagunak. Una iniciativa de la Comisión de Ayuda al Refugiado en Euskadi (CEAR), organizada en colaboración con otras instituciones, que pretende reunir en torno a una misma mesa a personas inmigrantes o refugiadas con familias nativas para compartir una comida, ya sea en casas particulares o en txokos.
En concreto, el encuentro tendrá lugar en Amurrio a las 14.00 horas del 13 de noviembre. No obstante, también se desarrollará en otras localidades de la Llanada Alavesa, Campezo y en Vitoria-Gasteiz. Cada reunión incluirá a una familia local, a otra inmigrante o refugiada y a un dinamizador que ayudará en la organización de la comida en casa de una de las familias participantes.
Esta experiencia “enriquecerá a las familias que participen y hará que conozcan a personas de diferentes países y culturas. En definitiva, se basa en una convivencia entre culturas libre de rumores xenófobos”, explican desde CEAR, que ha logrado involucrar en este proyecto desde 2012 a 4.000 personas en Euskadi.
Según explican desde la organización, son muchas las personas de origen cultural diverso a las que les gustaría dar el paso del acercamiento, pero no encuentran la oportunidad. En este sentido, Bizilagunak “facilita establecer nuevos contactos y relaciones, amistades entre personas culturalmente diversas y personas inmigrantes que encontraron su nuevo hogar aquí”, manifiestan desde la Comisión de Ayuda al Refugiado de Euskadi.
Ésta no es la primera vez que Amurrio acoge una iniciativa de estas características. De hecho, en febrero de 2014 por iniciativa de la asociación de mujeres Aurreraka tuvieron lugar unas jornadas de interculturalidad gastronómica, en las que tomaron parte personas de Chile, Marruecos y Rumanía residentes en el municipio junto a amurrioaras de toda la vida. En ellas los inmigrantes enseñaron a los locales cómo cocinar algunos de sus platos típicos, desde ceviche a cuscús y sarmale o pastas de té, y luego los degustaron compartiendo mesa.
La actividad se realizó en la cocina de uno de los pisos municipales de Etxegoienbidea y fue una atractiva forma de fomentar la convivencia y el conocimiento de las diversas culturas que conviven en el municipio. No en vano, compartir mesa ofrece la oportunidad de probar manjares que reflejan otras culturas.