labastida - En un paraje primoroso, rodeado de viñedos y con caminos que invitan a la aventura, se encuentra el único vestigio que queda del abastecimiento de agua al monasterio franciscano de San Andrés de Muga. Un cenobio ya desaparecido, pero que tuvo una gran importancia cultural en su tiempo. La alcaldesa de Labastida, Laura Pérez Borinaga, no quería que ese vestigio se abandonara y terminara por desaparecer y por ello, junto a su equipo de gobierno, ha acometido el proyecto de rehabilitación del acueducto de San Andrés de Muga, “donde hay una primera parte, los tres primeros arcos, que fueron rehabilitados en su día. Ahora quedan pendientes de rehabilitar otros seis”, según explica la primera edil jeltzale. De esta forma, “aprovechando una subvención de Diputación Foral de Álava para conservación y restauración de elementos menores promovidas por entidades locales se solicitó una ayuda para poder llevar a cabo la restauración total del acueducto, que en el pueblo se conoce como Los Arcos”.
El interés radica en que es un elemento que pertenece al patrimonio histórico y artístico de Labastida. Un elemento que, junto con la Casa de Tabuerniga -conocida en la localidad como la Casa del Moro-, y el monasterio de Toloño -en el que ahora la Diputación, tras la solicitud “que realizamos los ayuntamientos de Labastida y Peñacerrada, hará una intervención de urgencia para el apuntalamiento y la conservación de lo que queda el monasterio”- son parte de la historia de la localidad. En ese sentido, el interés de los dos ayuntamientos, una vez dado este primer paso de protección de los restos que quedan, es seguir actuando a lo largo de los años para recuperar “ese patrimonio que está, según coincidimos todos, en lo que no se ve: en el suelo del monasterio, que no está a la vista y que es el verdadero patrimonio histórico de ese lugar”.
En cuanto al acueducto, éste es otra de las joyas que hay en Labastida. Está en una zona de paso en la carretera a San Ginés, en medio de los caminos que van a diferentes parajes de Labastida y con un impresionante entorno de viñedo y con numerosos caminos rurales muy frecuentados por senderistas y bicicletas. Con esa perspectiva “entendíamos que era una forma de reivindicar esta joya. Por eso solicitamos apoyo a la Diputación”.
Es un paraje que está enclavado en el catálogo del Paisaje del Vino y del Viñedo de Rioja Alavesa y su origen está en la llamada Fuente de los Frailes, que nace en la fuente del Toloño y que era la que surtía de agua al convento de San Andrés de Muga, que estaba en las afueras del término municipal de Labastida.
El agua circulaba por una serie de puentes para llegar hasta los frailes franciscanos, que llegaron a ser una comunidad muy importante ya que el cenobio fue Escuela de Teología y Artes. Fue fray Plácido, originario de Labastida, quien impulsó la construcción de esos acueductos, de los que se llegaron a construir siete. El coste de aquella obra fue de 76.089 reales de vellón y se encargó a un maestro cantero. De todos los puentes sólo queda uno. Y “como anécdota, se recuerda que se pagó a los canteros a cuatro reales de vellón el pie de en cuadro y el convento puso la cal, que fueron 56 fanegas”.
Ese resto es parte de la historia antigua del pueblo. Data de mediados de 1400 y “consideramos que con el apoyo de Diputación, que aporta el 64% de la obra -estimado en alrededor de 60.000 euros-, y la apuesta del municipio podemos invertir en mantener nuestro patrimonio”.
Pérez termina afirmando que “ésta será una de las rutas que vamos a publicar en formato de dípticos o trípticos, y que estarán a disposición de los vecinos y de los visitantes en la Oficina de Turismo de Labastida”. - P.J.P. / Foto: P.J.P.