Madrid - El presidente del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), Fernando Martí, calificó ayer de “desproporcionadas” las críticas sobre su gestión realizadas por una asociación de técnicos de este órgano regulador, al tiempo que se desvinculó del futuro que pueda esperarle a la central nuclear de Santa María de Garoña, todavía en el aire.

Martí, durante una comparecencia de más de tres horas de duración ante la Comisión de Energía del Congreso de los Diputados, insistió en numerosas ocasiones en que el CSN “sólo tiene responsabilidad en la seguridad y protección radiológica” y que no entra en dictar “la política energética” del país, ni sus decisiones en torno a la misma, como el caso de una posible reapertura de la planta burgalesa o la extensión de la vida útil de las centrales nucleares hasta los 60 años.

Sobre esta central, la más antigua del parque estatal, Martí sentenció que el CSN “no puede dejar de hacer informes sobre Garoña si el Ministerio de Industria los pide”, si bien esto no indica que este órgano -insistió- esté a favor o en contra de un reinicio de su actividad, que cesó en diciembre de 2012.

Según argumentó Martí, la central burgalesa ha contado en los últimos años con “supervisión y seguimiento especifico, adaptado a su situación actual”. Además, el presidente del CSN aseguró que “todas las instalaciones nucleares funcionaron de forma segura en España” durante 2014 y 2015, los años en los que se le había pedido cuentas ayer, y que “la calidad ambiental de las mismas se mantuvo sin riesgo para las personas”.

También aseguró Martí que el 98% de las decisiones aprobadas por el pleno del CSN en los dos últimos años se han adoptado por unanimidad, y que las actas de estas reuniones están disponibles para su consulta general. Al comenzar la sesión, Martí pidió “sinceras disculpas” por las “especiales circunstancias” que hicieron que no pudiera sustanciarse esta comparecencia en la pasada legislatura. - Efe/E.P.