vitoria - Ni se esperaban sorpresas ni las hubo. Como si hubiera pasado el lapicero sobre una hoja de calco, el gabinete de Gorka Urtaran trasladó ayer a los grupos políticos del Ayuntamiento una copia exacta de la propuesta fiscal para 2017 que había adelantado el pasado mes de julio. Contempla incrementos del 15% en basuras, del 10% en IAE, vehículos, abono deportivo, vados, cementerio, OTA y veladores, de diez céntimos en el billete de Tuvisa y en la factura de Amvisa, del 10% en Intervención Social y Formación Ocupacional, congelación del ICIO y de las tasas educativas, una acusada reducción del 35% en las plusvalías y una bajada media ya pactada del IBI del 6%. Traducido a una familia tipo de cuatro personas, con vivienda, garaje e inscrita a las piscinas municipales, el planteamiento del gobierno supondría una subida el año que viene de 38,24 euros, amortiguada por los 22,40 de menos del Impuesto de Bienes Inmuebles. Al mes, 3,18 más de desembolso. “Razonable y justo”, apuntillaron PNV y PSE.

Se trata, ahora bien, de un dibujo provisional. Urtaran necesita llegar a acuerdos para sacar adelante las ordenanzas fiscales, por lo que deberá retirar el calco, levantar el lapicero y dejar que otros alteren algún trazo. Los grupos de la oposición coincidieron ayer, tras aprobar el calendario para la tramitación del documento de aquí a diciembre, en que el planteamiento del PNV y PSE no es de su agrado. Las formaciones de izquierdas, con las que hubo acuerdo el año pasado, criticaron las subidas lineales presentadas en impuestos y tasas que afectan a la gente de a pie, al considerar que no tienen en cuenta la situación individual de las familias ni la progresividad de la que tanto se habló durante la ponencia de fiscalidad. Y el PP, en la línea ya emprendida con el IBI, cargó duramente contra el borrador.

Para el gobierno, claro está, su propuesta es todo lo equilibrada y llevadera que permite la complicada situación de las arcas municipales. “Las subidas que planteamos son en cuantías razonables y asumibles, realizadas desde el sentido común. Es una propuesta realista, proporcionada, sin incrementos desmesurados y basada en principios de justicia social. Tenemos que tener en cuenta las reiteradas advertencias del interventor general en sus informes relativos al presupuesto, la liquidación del mismo y la Cuenta General, que nos dice que el Ayuntamiento es incapaz de generar ahorro neto por su situación económica”, recordó la teniente de alcalde y edil de Hacienda, Itziar Gonzalo.

Son, de hecho, cinco años ya los que lleva Alfredo Barrio, la persona que mejor conoce el tono muscular de esta administración, alertando de que es imprescindible subir los ingresos, bajar los gastos o las dos cosas para levantar cabeza y hacer frente a la cuantiosa deuda de 118 millones de euros que soporta el erario público, la más alta con diferencia de las capitales vascas. Sólo así, dice, el Ayuntamiento podrá garantizar la calidad de los servicios y continuar invirtiendo para que Gasteiz no se quede atrás y avance en su proceso de modernización. “Y para conseguirlo apostamos por la tercera opción”, matizó Gonzalo, “consistente en incrementar de forma razonable los ingresos y eliminar las ineficiencias en el gasto”.

Es un encaje de bolillos. Con la bajada media del IBI, la recaudación caerá en casi 2,7 millones de euros. Y con la de Plusvalías, en 6,5. Pérdidas que se compensarán con subidas como la de las basuras, que el gobierno justifica además por la necesidad de reducir el esfuerzo que ahora hace el Ayuntamiento a cuenta de la recogida de residuos. Su propuesta para 2017 aliviaría de forma notable la carga, pues la administración cubre más de la mitad del servicio, pero para una vivienda de hasta 120 metros cuadrados supondría una subida “llevadera” de ocho euros anuales. También usó ese calificativo la edil para referirse a los diez céntimos extra en el billete de Tuvisa. El urbano en Vitoria es más barato que en las ciudades del entorno. Con el incremento seguiría en la parte baja de la lista, pero el Consistorio podría comprar “hasta siete urbanos al año” y proseguir con la necesaria renovación de la flota.

para antes de navidad Y ahora, toca aguardar el devenir de los acontecimientos. Desde ayer, la oposición dispone de quince días para preparar sus enmiendas al proyecto de ordenanzas fiscales. Un plazo de tiempo en el que podría fraguarse, si es que no se ha empezado a cocinar ya, un acuerdo entre el gobierno y EH Bildu. Una vez debatidas y votadas las propuestas de los distintos grupos, el documento será llevado a Pleno para su aprobación inicial, luego tendrá lugar la exposición pública para la presentación de alegaciones ciudadanas y, finalmente, se celebrará el Pleno de ratificación definitiva. Ese momento final llegará, de acuerdo a los plazos aprobados, un poco antes de Navidad, de tal forma que el 1 de enero de 2017, con puntualidad británica, podrían entrar en vigor los nuevos impuestos, tasas y precios públicos de Vitoria.