agurain - En Salvatierra los blusas y las neskas son los protagonistas principales de la fiesta. Siempre de buen humor y con ganas de armarla. Enfundados en el típico traje alavés de festejos con todas sus variantes -pantalón a mil rayas, negro o azul, blusón negro o mahón, medias y abarcas para ellos; y trajes de caseras o arrantzal para ellas-, los jóvenes (y los ya talluditos) toman las calles de la villa principal de la Llanada oriental con sus bailes, saltos y bromas. Y también con la organización de actividades festivas.

Una veintena de cuadrillas, mixtas o no, llenan de color unas fiestas que según relata la historia deben celebrarse durante el primer domingo de octubre para honrar a Nuestra Señora del Rosario y celebrar las históricas ferias ganaderas. Las hay de todos los colores. Alguna con más de 30 años de historia a sus espaldas, como Los Postas. Otros, con menos vida pero con tanta ilusión, como los integrantes de Txiki Haundi. También las hay únicamente formadas por mujeres, como Ahuntzak, u otras que agrupan a más de un centenar de veinteañeros.

Desde todas las instancias se coincide en señalar que el toque festivo y de humor lo ponen precisamente los miembros de las peñas, que se encargan de animar el ambiente en la calle durante todos los días. La música de sus txarangas, los bailoteos, el jolgorio y la alegría de sus miembros contribuyen a formar una imagen inigualable de diversión de la que se hacen eco todas las calles de Agurain.

El primer baño de multitudes lo tomaron la tarde del pasado sábado, cuando la plaza del Ayuntamiento se convirtió en un hervidero multicolor a la espera de la explosión del txupinazo. Como manda la tradición, aquél fue un momento en el que unas cuadrillas y otras dieron buena cuenta de los líquidos-elemento de cualquier agrupación blusera que se precie. Entre ellos, son muy queridos el zurracapote, los combinados o las bebidas tradicionales, como el pacharán. Son parte de su combustible para aguantar muchas horas de pies tras las txarangas. Tampoco faltan los improvisados bocadillos, como parte del menú de zafarrancho y noches sin dormir. Todo ello servirá para hacer un paréntesis en la rutina de los aguraindarras durante estos días.

Durante las últimas semanas han revisado su uniforme festivo. Han blanqueado las camisas que guardaban restos de las batallas pasadas, han sustituido las viejas medias por otras mejores, han planchado la camisa, que lo mismo sirve para resguardarse del frío que como capote o sábana para mantear al más pintado... Las chicas han sustituido los deshilachados lazos de los pololos y las combinaciones por otros con mejor aguante.

Además, el programa festivo cuenta con las aportaciones de las distintas asociaciones de la localidad, como la Filatélica, que se encarga de organizar una muestra de sellos al inicio de las fiestas o la Asociación de Bolos, cuyo campeonato cuanta cada año con mayor número de adeptos.

Riesgos por consumos En otro orden de cosas, Agurain cuenta durante las fiestas con un programa de reducción de riesgos asociados al consumo de drogas. Para ello, se instaló una mesa para analizar sustancias a medianoche del sábado 3 de octubre en la calle Zapatari a la altura de AEK. Los objetivos del programa pasan por prevenir consumos abusivos de sustancias entre la juventud, ofreciendo una información objetiva y veraz que posibilite una mejor gestión de los riesgos asociados a ciertas pautas de consumo. También se pretende promover acciones preventivas en contextos de proximidad dirigidas hacia el colectivo juvenil. - Eva San Pedro / Fotos: DNA/José Ramón Gómez