Vitoria - Aún no eran las diez de la mañana y las redes sociales hervían de actividad en Vitoria. Numerosos vecinos de la capital alavesa se levantaban de la cama sobresaltados por una fuerte de explosión y se asomaban a la ventana para descubrir, en el horizonte, una ancha columna de denso humo negro. Las especulaciones sobre el lugar desde el que partía el fuego y las causas del mismo llenaron las primeras publicaciones. Poco después, desde el Ayuntamiento de la capital alavesa, se hacía oficial que el incendio se había originado, a las 9.45 horas, en una empresa ubicada en el polígono industrial de Ali-Gobeo. Las primeras informaciones apuntaban a que no había heridos y a que únicamente había que lamentar daños materiales.
En la puerta de la firma Ensamblajes Ferri, localizada en el número 10 de la calle Zorrostea, se dieron rápidamente cita varias dotaciones de Bomberos y coches patrulla de la Ertzaintza. En el interior, un grupo de operarios trataban de acabar con las llamas utilizando extintores, pero no daban abasto. En cuestión de 20 minutos, el servicio de extinción de incendios de Vitoria sofocó el fuego con agua y espuma que corrieron desde el foco del incendio hasta la calle formando un enorme charco.
Una vez extinguidas las llamas, los Bomberos accedieron al interior de las modernas instalaciones y examinaron la zona. Tal y como se había señalado desde un principio, no había heridos aunque los daños materiales registrados en las instalaciones, de 4.500 metros cuadrados de planta, eran evidentes.
El oficial al mando de los Bomberos, Rubén Báez, explicaba a pie de factoría que la alerta por fuego en industria se había declarado pasadas las 9.30 horas y que la columna de humo generada era muy oscura y amplia. Aunque se había registrado una pequeña explosión inicial, la deflagración más violenta tuvo lugar cuando los bomberos se encontraban ya en las instalaciones y se debió a que las llamas alcanzaron una bombona de CO2, haciéndola estallar de forma instantánea. “En el momento en el que ha explotado había tres bomberos entrando, de manera que la onda expansiva les ha alcanzado ligeramente”, precisaba. “Por suerte, están todos bien”, añadía.
Báez puntualizaba que la mayor carga de fuego se había localizado en la zona de la caldera de gasoil, si bien matizó que ello no significaba que necesariamente aquél fuera el foco del incendio. En cuanto a las posibles causas del siniestro, apuntó que todavía se estaban investigando. No obstante, indicó que en la zona cercana al depósito de combustible se realizan soldaduras y donde se emplaza una instalación eléctrica, por lo que cualquiera de estos factores podría estar relacionado con el origen de las llamas.
Una vez extinguido el incendio, los camiones del servicio de extinción de incendios se retiraron del lugar y sólo quedaron algunos bomberos para comprobar que no quedaba ningún foco activo ni restos de brasas. En el exterior, una patrulla de la Ertzaintza levantó el cordón policial. Los operarios, aún con el susto en el cuerpo, comentaban que había sido la fuerte explosión inicial la que había activado las alarmas. En el suelo, descansaban los restos de la bombona de CO2 responsable de la segunda deflagración.
accidente e incendio Por otra parte, los responsables de los Bomberos de Vitoria informaron ayer de que el pasado jueves se produjo un accidente de tráfico con imprevistas consecuencias. El motor de un vehículo salió despedido tras sufrir un siniestro y provocó un incendio al caer en el monte en Barrundia. La situación hizo necesaria una intervención de los Bomberos, quienes apagaron el fuego en la cuneta y en el monte. También limpiaron la calzada de los restos del accidente en el que, al parecer, no se produjeron heridos.
También ardieron 4.000 metros cuadrados el jueves en el incendio forestal que se desencadenó en San Millán y en el que intervinieron los bomberos de Agurain y los forestales de la Diputación. En Treviño, otro fuego forestal, de fincas y de los ribazos de estas, fue sofocado por los Bomberos con agua para evitar que se extendiera. Las fincas se extinguieron con la ayuda de tractores y herramientas de los vecinos. - DNA