Vitoria - El número de aves muertas en los últimos seis días por un brote de botulismo tipo C detectado en diferentes zonas verdes de Vitoria se elevó ayer por la tarde a 28. La información la dio la Diputación de Álava, encargada del control en los humedales en colaboración con el Ayuntamiento, responsable de la vigilancia en los parques de la ciudad. Fue la constatación de un feo panorama, pues por la mañana, cuando la titular foral de Medio Ambiente, Amaia Barredo, había dado una rueda de prensa por la mañana para dar cuenta de la situación, se había hablado de 22 aves enfermas, 19 de ellas ya sin vida. Por eso, ante el incremento de fallecimientos y la continuación del calor y la ausencia de lluvias, factores que ayudan a propagar la enfermedad, se decidió reforzar la vigilancia en la Zona Especial de Conservación (ZEC) de Salburua.
Allí es donde se han registrado la mayoría de los casos, si bien la primera ave afectada por este brote de botulismo tipo C, una enfermedad paralizante y letal causada por una neurotoxina que produce la bacteria Clotridium botulinum, fue hallada el domingo 21 en el parque del Norte. Dicho ejemplar fue evacuado al centro foral de recuperación de Martioda, donde hasta ayer evolucionaba favorablemente.
Al día siguiente, el lunes 22, se encontraron cinco aves muertas en el parque de Arriaga y en la balsa de Arkaute de Salburua. Y, a partir de ese momento, la labor del dispositivo fue un no parar. El martes 23 se recogieron diez aves muertas en las bases de Arkaute y Betoño de Salburua, así como un ánade en el parque de Arriaga, que fue rescatado con vida y también evoluciona de manera favorable. El miércoles fueron cuatro las aves muertas recogidas en Salburua y el jueves se rescató a otra ave que está viva y ha empezado a recibir tratamiento.
A estas 22 aves que la Diputación tenía contabilizadas ayer por la mañana, cuando los laboratorios de Neiker acababan de confirmar que la muerte de todas ellas se debía a botulismo, se sumaron a lo largo del día otros seis ejemplares que también habían muerto. Así pues, al cierre de la edición de este periódico ya eran 28 los animales fallecidos y no se descartaba que la cifra pudiera seguir creciendo.
El botulismo tipo C es una enfermedad que sólo afecta a aves y pequeños mamíferos y que no tiene incidencia en la salud de las personas, por lo que la Diputación ha hecho un llamamiento a la tranquilidad. Que haya habido un brote, eso sí, no es nada extraño debido a las circunstancias meteorológicas de estos días. Según informaron desde el Ejecutivo foral, el botulismo surge en entornos de escasez de lluvias, altas temperaturas y poco oxígeno en el agua. Los ejemplares muertos por esta enfermedad son uno de los principales focos de propagación de la enfermedad, por lo que cuándo se retiren los cadáveres es clave para frenar el brote. En ese sentido, este año la Diputación activó una red de alertas tempranas, encargada de revisar balsas y parques en busca de aves afectadas.
El dispositivo ha permitido que, al menos por ahora, no se llegue a cifras de otros años. En junio de 2015 murieron 54 aves por esta enfermedad y en 2014 los ejemplares fallecidos fueron 739 durante un brote que duró dos meses. - DNA/Efe