superado el periplo festivo, la estación de autobuses de Gasteiz presenta estos últimos días de agosto un aspecto bastante tranquilo en comparación con lo que está siendo el verano en líneas generales. Los datos en poder del Ayuntamiento hablan de un incremento cercano al 10% en el número de viajeros y autobuses que pisan la estación a diario respecto al mismo periodo estival del año pasado, el primero en que la terminal de Euskaltzaindia estuvo operativa, y el Consistorio habla ya de la “consolidación” de esta infraestructura clave para la ciudad. Sin embargo, la estación aún presenta carencias, algunas de las cuales se resolverán durante el próximo otoño, y no pocos usuarios siguen todavía sin acostumbrarse a su ubicación, pese a las comodidades que ha ganado la terminal respecto a su céntrica predecesora.

A pie de estación, los trabajadores también están detectando este verano un importante incremento de usuarios en relación a sus primeros meses de funcionamiento y en consonancia con los buenos datos turísticos que se están registrando en la capital alavesa. Por la terminal pasan ahora más autobuses que hace sólo un año, un impulso en el que ha sido decisiva la ampliación de las líneas forales de transporte interurbano, y en consecuencia son también más los viajeros que entran en Gasteiz o salen de la ciudad desde el barrio de Lakua. En junio y julio, por ejemplo, fueron un total de 435.399 según el Ayuntamiento, 32.000 más que en los dos mismos meses de 2015.

Un trajín que también se hace notar en la cafetería de la terminal, De Norte a Sur, según confirma su responsable, Asier Martín. “El movimiento en verano ha sido muy bueno. Las mañanas están siendo muy fuertes y las tardes, continuas. Ahora en agosto, la primera parte ha sido buena y veremos qué tal va la segunda. Más gente que el año pasado hay seguro, porque entonces estábamos recién abiertos y ahora la estación está a pleno funcionamiento y se nota. Hay más meneo”, describe el hostelero.

Una de las taquilleras que trabaja en la estación pero que prefiere hablar desde el anonimato también certifica el notable aumento de viajeros que está registrando la terminal a lo largo de este verano, pese a que tanto esta semana como la anterior “están siendo mucho más tranquilas”. “Ha habido mucho turista en agosto, más que el año pasado. Pasan muchos catalanes, madrileños, andaluces... Y ahora con fiestas de Bilbao se está viendo algo más de movimiento”, describe.

La trabajadora, en otros términos, tampoco pasa por alto los problemas que han sufrido en sus puestos tanto ella como sus colegas desde que la terminal entró en funcionamiento. Por las taquillas, que no tienen techo, siguen entrando según la estación del año “frío o calor”, y “mucho ruido” independientemente de la época que se trate. El Ayuntamiento, precisamente, acometerá ahí su intervención más urgente, mediante la colocación de cubiertas, una obra que según lamenta la trabajadora “vamos a volver a pagar entre todos los vitorianos”.

¿Y qué opinan los usuarios? Como viene siendo habitual desde que la estación abrió sus puertas, su ubicación a un largo trecho del centro de Gasteiz continúa siendo un inconveniente para muchos. Es el caso de Julen Eizagirre, vecino de Amurrio, que utiliza la terminal “habitualmente” cuando se acerca a la ciudad. “La infraestructura está mucho mejor que la anterior, tiene más comodidades, pero para los que venimos de fuera es más incómoda, ya que la mayoría de cosas que están en Vitoria pillan a desmano, a 20 ó 30 minutos andando. Véase la universidad, el centro u otro tipo de sitios donde solemos ir la gente que no somos de Vitoria cuando venimos aquí”, describe el joven, que ultima sus estudios universitarios en Donostia.

A Irati Antía, residente en Gasteiz, tampoco le agrada la ubicación de la terminal, sobre todo porque en su caso ha pasado de tener la estación “a dos metros de casa” a encontrársela a “media hora”. “Vivo en el Casco y el cambio me ha venido muy mal”, lamenta Antía, aunque al menos en verano no se plantea desplazarse de otra forma que no sea andando.

Tatiana García, gasteiztarra residente en la localidad alemana de Nuremberg, ha tenido estos días la ocasión de ver la estación por primera vez, y la sorpresa ha sido agradable pese a que antes vivía muy cerca de la terminal de Los Herrán y ahora le pilla “a desmano”. Pero, “por lo menos está organizada”, celebra la joven, acompañada por su pareja, Roland Maas. “En Alemania no hay estaciones así, porque el sistema de autobús es bastante reciente y de momento vamos en coche o en tren. Me gusta bastante”, confiesa Maas.