Vitoria - Todos los caminos en Euskadi llevan a la N-622, en el entorno de Lopidana. Allí es donde confluyen los conductores que salen de Vitoria hacia Foronda y Gorbeia, los que van a Altube y Bilbao, los que se dirigen hacia San Sebastián por la AP-1 y todos los que cubren esos trayectos a la inversa. Cuando el ajetreado nudo fue construido, la previsión era que soportara el paso diario de 35.000 vehículos. Y sobre esas cifras se diseñaron las dimensiones. Una capacidad que ha demostrado ser suficiente a lo largo del curso laboral, pero que ha acabado quedándose corta con la llegada de la temporada alta del verano.
Ayer, en una nueva jornada de la Operación Salida, se registraron retenciones de hasta cinco kilómetros en el enlace de esta carretera con la AP-1, así como en sentido a Irun. Además, en la AP-8, en la frontera de Biriatou, llegó a haber a las seis de la tarde atascos de hasta siete kilómetros que obligaron a cientos de conductores, muchos de ellos franceses, a hartarse de paciencia para llegar, más tarde que pronto, a su destino. Por suerte, no hubo que lamentar accidentes. - DNA/ Efe