con una tensión contenida vivió ayer Nanclares de Oca el comienzo de las fiestas de la Asunción y San Roque. A las 18.00 horas las calles se encontraban ya prácticamente llenas no sólo de vecinos, sino también de muchos visitantes que habían acudido para disfrutar de una jornada multitudinaria, con buena parte de la calle que sirve de arteria principal reservada para la fiesta.

Txosnas, barracas, escenarios? casi todos los rincones aparecían decorados con aires de fiesta, aunque la multitud aguardaba el momento en el que las cuatro grandes cuadrillas de la localidad alavesa comenzaran el paseo desde la plaza del Ayuntamiento y la Junta Administrativa hasta la calle Álava, vía desde la que se llega a la parroquia, en cuyo campanario permanecía agazapado, desde el final de las fiestas del año pasado, El Brujo.

Muchos se ahorraron el lento paseo hasta el templo, pero todos los rincones del lugar aparecían con niños y mayores esperando con ilusión la llegada de la comitiva de cuadrillas. Los primeros que aparecieron fueron los cabezudos, repartiendo sablazos a diestro y siniestro con sus varas de gomaespuma mientras la chiquillería les hacía todo tipo de trastadas para provocarlos y que los persiguieran.

A las 18.30 horas el txupinazo anunció el comienzo de la fiesta, momento en el que se abrió la puerta del lateral de la iglesia por la que apareció El Brujo, ataviado con su paraguas y un cesto lleno de caramelos que comenzó a lanzar a la gente reunida abajo.

A medio camino llegó la parada para pronunciar unas palabras en recuerdo del décimo aniversario de una de las cuadrillas, la dedicatoria a un vecino que pasa por un apuro pero que “con el cariño de la gente” lo superará y, finalmente, animar a todos los presentes a que disfruten de cinco días de intenso programa, Ya abajo, y tras las fotos de rigor, se formó otro pasacalles que prácticamente se disolvió al llegar a la calle principal, donde la gente comenzó a repartirse por txosnas y bares para refrescarse.

El presidente de la Junta Administrativa, Benemérito Picón Fraile, comentaba pletórico que para él las de Nanclares son “las mejores fiestas de Álava” y explicaba que, además de la bajada de El Brujo, este año destaca el festival de grupos de rock, que atraerá a cientos de personas de todo el territorio a la localidad para disfrutar del sonido de las guitarras.

Eso sin olvidar los fuegos artificiales piromusicales, la feria de la cerveza, los juegos infantiles en el día dedicado por entero a los niños, la bendición de las peras, que luego se reparten entre la gente que va a la misa o el descenso del Zadorra, en el que los participantes bajan en sus barcas. Cinco días de buen ambiente festivo en los que además la climatología va a acompañar con un buen sol en lo alto.