Vitoria - Hay sonrisas que merecen un esfuerzo. Ésa es la idea que barajan los responsables del Colegio de Dentistas de Álava, que ayer anunció que colaborará un año más en la campaña de atención bucodental a lo niños bielorrusos durante su estancia estival en Gasteiz. Los menores arriban a estos lares cada año durante varios meses para tratar de recobrar fuerzas y energías. No en vano, son chavales que llegan con la salud muy deteriorada al vivir habitualmente en zonas afectadas por la catástrofe nuclear de Chernóbil, cuyas consecuencias nocivas aún son más que notables en los habitantes de aquella parte del Este de Europa.

Sea como fuere, desde hace 19 años, la citada organización profesional promueve esta iniciativa entre sus colegiados. En estas casi dos décadas, los dentistas voluntarios han atendido a cerca de 1.600 niños, que regresan a sus países de origen con la boca curada y el ánimo renovado.

Este programa se lleva a cabo a través de la parroquia de la Sagrada Familia de Vitoria-Gasteiz. Gracias a ello, los menores, con edades comprendidas entre los 7 y los 16 años, pasan las vacaciones de verano en Vitoria, momento que es aprovechado también para revisar su salud. Es necesario recordar que la mayoría de los niños presentan graves secuelas derivadas de la catástrofe de Chernóbil, que se traducen en caries y grandes destrucciones dentales.

Por ello, la colaboración altruista de 31 dentistas alaveses, que van a participar en este campaña, contribuirá a que medio centenar de niños bielorrusos puedan regresar a su país con una boca saneada y unos hábitos de limpieza indispensables. - DNA