vitoria - Sólo han hecho falta seis meses para que el acuerdo de movilidad que todos los grupos políticos del Ayuntamiento de Vitoria firmaron en diciembre estalle por los aires. Y ahora, está por ver qué sucederá con los anunciadísimos proyectos de ampliaciones del tranvía hacia el sur y el este de la ciudad. Si se retrasan, se paralizan sine die o no llegan a ver la luz. Ayer, PP, EH Bildu, Podemos e Irabazi echaron por tierra la propuesta de financiación y actuaciones que había presentado el gabinete de Gorka Urtaran para dar los primeros pasos: 6,2 millones de euros en créditos de compromiso con los que ejecutar en esta legislatura las obras del ramal del campus y de Salburua, dar un primer empujón al BRT y empezar a estudiar una solución para Zabalgana. El 17,5% del total de una tarta en la que la Diputación se había comprometido a poner otro 17,5% y el Gobierno Vasco, ejecutor de los trabajos que se consensuaran, el 65% restante siempre que en el Consistorio hubiera una clara mayoría. Y ya no la hay.

Los cuatro partidos de la oposición rechazaron la propuesta del gabinete de Urtaran no por una cuestión económica sino porque, según dijeron, incumple de lleno el convenio de diciembre. Ellos entienden que aquel acuerdo establecía, en función de un calendario fijado por los propios nacionalistas, la elaboración en seis meses de estudios sobre todas las alternativas posibles para mejorar la movilidad en la ciudad, tanto tranvía, como BRT o Arabatran, para a continuación decidir cuáles serían las más eficaces y desarrollarlas. Sin embargo, siguiendo su argumentación, en este periodo de tiempo los únicos proyectos que se han puesto encima de la mesa han sido los de las extensiones del metro ligero al campus y Salburua y, sin aguardar a otras opciones, el gobierno ha decidido ponerlos en marcha por su cuenta con una propuesta que “no había sido hablada previamente con ningún grupo”.

El PP, EH Bildu, Podemos e Irabazi animaron al equipo de gobierno a echar atrás su proyecto para recuperar el consenso y, como gesto de buena voluntad, los cuatro primeros retiraron las enmiendas que habían llevado a la comisión, paradójicamente propuestas muy distintas aun partiendo de la misma interpretación del convenio. La de los populares introducía desde ya una solución para Zabalgana -concretamente el tranvía-, los abertzales sacaban fuera la ampliación del metro ligero a Salburua y apostaban por el Arabatran para unir los barrios nuevos y la formación morada, con una propuesta conciliadora que el gabinete de Urtaran no veía con malos ojos, había planteado separar el proyecto de los dos ramales en dos bloques diferenciados, sur por un lado y este por otro, debido a las reticencias del vecindario de Adurza y San Cristóbal, y alargar la financiación por un año más para no saturar las arcas municipales.

El caso es que el equipo de gobierno no cedió ni con las enmiendas retiradas, convencido de que la oposición sólo quiere poner trabas por intereses que van más allá de buscar lo mejor para la ciudad. La primera vez que Urtaran presentó su proyecto fue hace tres semanas en una Junta de Portavoces que terminó sin acuerdo. El alcalde decidió entonces convocar una comisión extraordinaria de Hacienda, justo para dos días después. Se suspendió con los concejales ya sentados a la mesa: los grupos le recriminaron falta de información sobre la que poder trabajar, más allá de un calendario de pagos en el que al parecer bailaba alguna cifra y documentos sobre los trazados del tranvía hacia el sur y el este. A la semana siguiente hubo otra y esta vez se fijó un plazo de quince días para estudiar la propuesta, presentar alegaciones y, pasado ese periodo de tiempo, celebrar un nuevo encuentro en el que debatir las enmiendas y alcanzar un acuerdo. Al final, para volver al punto de partida.

“Todo lo que han dicho me suena a excusas para paralizar el proceso”, recriminó ayer la edil de Hacienda, Itziar Gonzalo, a los grupos. La concejala argumentó en defensa de los suyos que se ha intentado trabajar de forma ordenada, que se está actuando por fases precisamente porque el proyecto de movilidad es de semejante envergadura económica que no podría acometerse tranvía, BRT y soluciones para todos los barrios de una sola vez, que si se ha optado por los proyectos de ampliación del metro ligero hacia el sur y hacia el este es porque están más avanzados y a su juicio contaban con consenso, que no se trata de tener prisa por afán electoralista sino de no dilatar necesidades por más tiempo, que ha habido reuniones con los vecinos y que siempre se ha facilitado la información.

Por eso, Gonzalo prefirió someter el expediente a votación antes que retirarlo y sufrir el rechazo de dieciséis ediles, incluido el de Irabazi, el único que no presentó enmiendas, el único que actuó sin sorpresas. Hace dos semanas, el portavoz de Irabazi, Óscar Fernández, ya dijo que iba a votar en contra de cualquier compromiso “hasta no existir sobre la mesa un plan integral de movilidad”, como a su juicio establece el convenio suscrito con la Diputación y el Gobierno Vasco. Y así, con esa postura firme, fue espectador ayer de una comisión que no dudó en calificar de “kafkiana, con enmiendas que se presentan y se retiran”. También el PP usó ese adjetivo, de hecho fue el primero en hacerlo, pero para criticar al gabinete Urtaran por quejarse de falta de tiempo tanto para cumplir el calendario del convenio como para estudiar las enmiendas desde que se registraron este lunes “cuando los plazos los ha marcado desde el principio el PNV”. EH Bildu, por su parte, acusó al equipo de gobierno de “querer jugársela tirando los dados al aire a ver si hay suerte” y Podemos se lamentó de que no le hubiera propuesto ni una reunión para debatir su iniciativa e intentar no llegar a este punto muerto.

La edil de Hacienda se negó a retirar el expediente, como le había solicitado la oposición, al considerar que sólo buscan poner trabas al proceso.

La concejala del PP recriminó al gabinete de Gorka Urtaran que se deje llevar por las actuaciones que el Gobierno Vasco elige como prioritarias.

El concejal de EH Bildu creó su propio titular del día: “La debilidad del gobierno hace que se paralicen todos los proyectos”.

El portavoz de Podemos lamentó la actitud “poco proactiva” del gobierno frente a la posición conciliadora mostrada por su grupo.

El portavoz de Irabazi criticó el espectáculo y presumió de ser el único grupo que se ha mantenido firme en sus compromisos.

Subcontratados sin asegurar. UGT denunció ayer que Tuvisa ha subcontratado a una empresa de transporte de viajeros que “tiene trabajadores sin asegurar”, que además “pernoctan en un lugar que no reúne las condiciones mínimas de habitabilidad”. El sindicato criticó que, mientras la subcontrata “incumple la normativa laboral y comete infracciones con la Seguridad Social”, Tuvisa y el Ayuntamiento “se conforman con decir que se están cumpliendo las obligaciones laborales”, lo cual es “totalmente falso”. - Efe