vitoria - Denuncias cruzadas y una posible pena de cárcel por un incidente que nunca debió pasar a mayores. La Fiscalía de la Audiencia Provincial de Álava pide un año de prisión para un vecino de Kuartango acusado de haber golpeado a una perra cuando ésta perseguía a su rebaño de ovejas. El acusado, por su parte, asegura que no tocó al animal, que recibió amenazas por parte de su dueño y que a consecuencia de la estampida que provocó el can, varias de sus ovejas quedaron traumatizadas y abortaron. El Juzgado de Instrucción número 2 de la capital alavesa tendrá la última palabra en este delicado asunto que contempla un presunto delito de maltrato animal, otro de coacciones y que podría acarrear al pastor una inhabilitación de tres años para el desempeño de su trabajo.

Los hechos tuvieron lugar el día 3 de enero del presente año en las campas de Urkimaitu, ubicadas entre las localidades de Hueto Arriba y Domaikia. En lo único en que coinciden las dos versiones ofrecidas por una y otra parte en referencia al mismo hecho es que sobre las 12.00 horas, un todoterreno conducido por un pastor avanzaba por el lugar seguido de un rebaño compuesto por 292 ovejas. Cerrando la comitiva, un compañero del pastor que caminaba a pie le ayudaba para que el ganado no se desmandase.

De repente, apareció una perra blanca con manchas marrones que se metió en el rebaño y asustó a las ovejas, provocando que éstas se desperdigaran por todo el arbolado circundante. El conductor del todoterreno se bajó del vehículo y, en compañía del pastor, ahuyentaron al can utilizando un bastón y gritándole. A continuación, reagruparon a las ovejas y prosiguieron su camino. En este punto, las versiones de los responsables de las ovejas y del dueño de la perra se separan hasta situarse en posiciones enfrentadas. De acuerdo con la declaración del ocupante del todoterreno, nunca se llegó a tocar a la perra sino que le bastó con asustarle para que se fuera. El propietario del animal, un spaniel bretón de un año de edad, asegura por contra que el conductor, tras apearse del vehículo, golpeó al perro con un bastón en el hocico y le provocó una fractura craneal.

ovejas asustadas De vuelta a la versión del responsable del rebaño, éste señaló que tras reanudar la marcha, apareció en el camino una persona que se identificó como el dueño de la perra. A gritos, amenazó a su compañero, le arrebató el bastón y se quedó con las llaves del todoterreno. Profirió varios insultos y tras asegurar que había herido al can le dijo “tú no te mueves de aquí hasta que venga una patrulla de la Ertzaintza”.

Cuando los agentes llegaron, identificaron y tomaron declaración a los participantes. Dos horas después, el pastor regresó al prado en el que estaba su rebaño y comprobó con sorpresa que faltaban 16 animales. Según consta en su declaración, la aparición de la perra hizo que las ovejas huyeran, sufriendo “golpes y contusiones”. Al encontrarse varias de ellas en avanzado estado de gestación, afirma que abortaron a causa del trauma vivido. Por todo ello, acusa al titular del can de un presunto delito de coacciones y daños en el rebaño de su propiedad.

por un terraplén La versión del propietario del perro resulta completamente diferente. El denunciante atestigua que se encontraba en la zona practicando la caza de la becada junto con sus perros y un amigo. Cuando los canes vieron llegar a las ovejas se acercaron a ellas y el cazador les llamó de vuelta. Todos los animales respondieron, salvo la spaniel bretón que, dada su corta edad, desoyó su advertencia y se metió de lleno en el rebaño.

De acuerdo con su exposición, su amigo fue testigo de cómo el pastor golpeaba con un bastón en la cabeza a la perra y que, a continuación lo arrojaba por un terraplén diciendo “ya está solucionado el problema, ya no molesta más”. Como no conseguían localizar al animal, activaron un dispositivo GPS que llevaban y lo hallaron a unos 200 metros de distancia, al fondo del mencionado desnivel, de unos cinco metros de altura.

Los partes del veterinario aportados por el denunciante confirman que la perra sufrió una contusión en el cráneo y que presentaba una fractura ósea a nivel de los senos nasales. Para aclarar este extremo, el pastor aseguró que después de ahuyentar a la perra, ésta se golpeó de forma fortuita contra un árbol mientras salía corriendo en otra dirección. En su escrito de acusación correspondiente a la causa que se sigue contra el pastor, la Fiscalía señala que los hechos podrían ser constitutivos de delito y que, tal y como queda contemplado en el Código Penal, procedería imponer al acusado la pena de un año de prisión y una inhabilitación especial para el ejercicio de su profesión -relacionada directamente con animales- de tres años.