zaramaga y sus vetustas paredes de ladrillo rojo le han cogido el gusto a los vivos colores que imprime el Itinerario Muralístico de Vitoria-Gasteiz (IMVG). El barrio se empapó primero de memoria por las víctimas del 3 de marzo de 1976, homenajeó después a sus mayores con En la cresta de la arruga, fue coloreado posteriormente de ricas relaciones sociales con El lince de Zaramaga y ahora se prepara para poner de relieve, nunca mejor dicho, su ADN, marcado a fuego por la llegada de vecinos de muy variadas procedencias a lo largo de su historia. Este próximo lunes, un enorme andamio se levantará sobre la fachada del número 1 de la calle Mendoza para comenzar el proceso de elaboración de la nueva criatura del IMVG, un mural que literalmente saltará de la pared con la inclusión de materiales reciclados para darle relieve.
El equipo de profesionales y voluntarios seleccionados para su elaboración trabaja desde el pasado lunes 6 en el diseño de la obra en el taller Werckmeister de la calle Puerto de Herrera, a escasos metros de esa fachada. Es, una vez más, un grupo variopinto, donde conviven hombres y mujeres, jóvenes y no tanto de distintos ámbitos y lugares, coordinado en esta ocasión por los artistas Itzal García y David Tavares. Dos viejos conocidos que se enfrentan al reto de crear un mural diferente -y difícil-, que ha requerido un estudio a fondo de las normativas, de los requerimientos técnicos y de los materiales y que contará con el mismo presupuesto que las obras elaboradas anteriormente. “Es un mural complicado y con un montón de limitaciones por el hecho de ser en relieve”, subraya García. “En el fondo, todos somos novatos en esto”, apostilla su compañero. Ambos coincidieron en la Facultad de Bellas Artes de Bilbao, donde se especializaron en escultura y forjaron una amistad que ha perdurado hasta la actualidad.
Cuando Tavares recibió la llamada de Verónica Werckmeister, responsable del IMVG, para invitarle a dirigir el nuevo mural, no dudó en contactar con García, que trabaja como profesora en la Escuela de Artes y Oficios, para volver a trabajar mano a mano. “Me veía un poco limitado por la responsabilidad que requiere todo esto y también por la falta de tiempo. Así que me acordé de Itzal, que controla mucho de materiales y de grupos”, recuerda el artista. Su colega, que estaba disfrutando de la Semana Santa cordobesa con sus hijas, aceptó la propuesta. “Había que decir que sí. Si no aprovechas esta oportunidad, se te va. Y además David es responsable. Los dos coincidimos en gustos y después todo ha sido rápido”, celebra García.
Una vez investigadas las posibilidades sobre el procedimiento a seguir, los artistas comenzaron a plantearse qué técnicas llevar a cabo. Paralelamente, fue conformándose el grupo de voluntarios, que acompañados por sus jefes asistieron a una charla abierta en torno a la construcción histórica del barrio que sirvió para dotarles de una base teórica sobre la que trabajar. Hoy mantendrán su penúltima reunión tras haberse juntado y dado forma a los bocetos del mural durante seis reuniones previas, marcadas por el intercambio de ideas y propuestas. “Ha habido muy buena disposición”, remarca Tavares.
Una idea compartida por Carlos Fernández de Añastro, uno de los 17 voluntarios que, a la espera de que se confirme la participación o no de las Brigadas de la Brotxa, llevarán el diseño definitivo a la pared. “Hay ilusión, implicación y muchas ganas de darle forma. La experiencia es más que positiva”, asegura Fernández de Añastro, que ya tomó parte en la elaboración de En la cresta de la arruga. “Lo están llevando muy bien, aunque hay obstáculos. Nos ponemos unos retos increíbles”, certifica, por su lado, Werckmeister.
Tres empresas locales, la ferretería Echebarria, Vialki y Arteka van a colaborar con el proyecto realizando donaciones directas de elementos de fijación, carpintería, generadores o herramientas eléctricas necesarias para culminar la obra, a cuyos bocetos están dando ya los últimos retoques con pintura acrílica y plastilina. “Da un poco de vértigo y yuyu, porque queremos hacer algo que nos satisfaga a todos. Y queremos seguir viniendo a Zaramaga”, bromea entre risas Tavares.