Éste es precisamente el objetivo de la iniciativa ¿Y tú, qué pintas?, impulsada bajo el paraguas del Plan municipal de Infancia y Adolescencia (PLINA), que viene desarrollándose en Gasteiz desde 2012, el año de la Green Capital. Un iniciativa integradora y participativa, en la que ya han tomado parte cientos de escolares de Gasteiz, pero también de otras ciudades europeas, y que ha ido saltando por distintas temáticas como la sostenibilidad, la alimentación saludable o la igualdad y la diversidad funcional. Siempre, eso sí, con un denominador común, la educación en valores de los jóvenes. El proyecto, pese a que echó a rodar en su día a demanda de sólo siete centros educativos de la ciudad, se ha convertido ya “en un proyecto de sensibilización de gran alcance”, según explican a este periódico desde el área municipal de Infancia y Familia.
La temática para este año, “una realidad imposible de maquillar”, ha implicado a escolares de centros como Olabide, Corazonistas o Nazareth, sólo por citar tres, que han conocido de cerca el crudo itinerario que tanto las personas inmigrantes como las refugiadas se ven obligadas a realizar hasta llegar a Europa. Lara, que estará colaborando en Grecia con la ONG Save The Children hasta este mes de junio, aporta las claves más básicas de lo que supone vivir en un campo de refugiados. Y, lógicamente, llegar hasta él. “Mi día a día es bastante agotador, pero estoy muy contenta. Allí atrás -dice la joven señalando hacia su espalda- hay una sombra de montañas. Es el recorrido que los refugiados hacen en zodiac. Llegan hasta estas islas y luego tratan de buscar el asilo (...). Estar aquí es una experiencia increíble, preciosa y maravillosa. No tengo palabras. Ahora uno de ellos me está ayudando a grabar este vídeo. Es un trabajo de compañerismo, de amor y de solidaridad”, explica Lara. Un testimonio fundamental para conseguir que los chavales, pero también sus profesores, entren a nivel más emocional y cercano con la realidad que se vive sobre el terreno.
Pero hay mucho más que aprender. Como segundo paso, los chavales asisten a una charla que sirve para situarlos en qué significa la palabra refugiado. Todo ello de forma ágil e interactiva, implicándolos, y ofreciéndoles un pequeño resumen de la trayectoria que los desplazados viven para que comprendan mejor no sólo lo largo que es el viaje, sino lo peligroso que resulta. Por la falta de comida, de medios económicos, por el riesgo a la posible pérdida de familiares, por la existencia de tráfico y trata de personas... De esta forma la audiencia, chavales de entre 13 y 17 años, logran ponerse en la piel de los miles de chavales de su misma edad que ahora, a la fuerza, han tenido que olvidarse de las preocupaciones más mundanas, las que deberían compartir con ellos.
toca pintar Adquiridas las bases, llega el momento de realizar la actividad que da sentido al nombre de esta iniciativa, un momento en el que los jóvenes dibujan en un panel, con la imagen impresa de Gasteiz, los lugares, sitios, locales o recursos que consideran que las personas que han vivido y vienen como refugiadas e inmigrantes a nuestra ciudad puedan necesitar. Los chavales dibujan hospitales, centros de idiomas, campos de fútbol, parques, edificios y casas, circos... Y también, muchos mensajes de amor, paz y bienvenida.
“No esperábamos que dibujaran cosas nuevas a las que ya existen en nuestra ciudad sino que entendieran el mensaje de compartir los espacios evitando la segregación de culturas. Para ello se les dieron unas pautas en las que en esa nueva creación de espacios o mejor dicho de ciudad construida en la diversidad y la inclusividad tuviera un sentido para todos. Han pintado, han hablado, y demostrado que quieren una sociedad para todas las personas, sean de donde sean”, explican los mismos medios. algunos se han emocionado, por ejemplo al dibujar una casa para una familia refugiada en la ciudad sabiendo que antes lo han perdido todo. La respuesta a la llamada, según el servicio de Infancia y Familia, ha sido “muy positiva”, tanto por parte de los chavales como de sus profesores.