vitoria - Gorka Urtaran le tendió la mano mientras hablaba por enésima vez de su deseo de sumar apoyos en los desafíos que están por venir. También lo hizo el nuevo teniente de alcalde, Peio López de Munain. Pero el destinatario del mensaje conciliador prefirió guardarse las suyas en los bolsillos. Javier Maroto ha sido muy punzante durante estos once meses al analizar al partido que, con sólo cinco ediles pero el apoyo del resto de formaciones, le arrebató la Alcaldía, por lo que ayer mantuvo la coherencia en el discurso. El portavoz del PP quiere que la ciudadanía vea debilidad en la alianza, en vez de la fortaleza de la que hablan sus protagonistas, y con esa tesis emitió un comunicado de tres párrafos empachados de crítica feroz.
“Antes el gobierno del PNV era un gobierno en minoría y ahora, con la entrada del PSE, lo sigue siendo”, alertó, sin importarle que jeltzales y socialistas sumen juntos los mismos nueve ediles que él tuvo en su legislatura. A su juicio, la alianza “no garantiza la estabilidad” que necesita el Ayuntamiento ni le sacará de lo que él considera una total falta de inacción. “Hemos perdido todo un año, ya que desde que el señor Urtaran gobierna en Vitoria no hemos visto llevar a cabo ni un solo proyecto”, censuró. Su impresión es que “pasamos de un gobierno en funciones a un gobierno en prácticas” y no parece que entre en sus planes ayudarle con su experiencia municipal. “Antes el PP era la única alternativa y ahora, más que nunca”, presumió.
También Alfonso Alonso, que inauguraba sede electoral en la Plaza Nueva, postuló a su partido frente a “este nuevo extremismo”. El exalcalde gasteiztarra, ministro de Sanidad en la actualidad, fue muy lejos. Más que Maroto. Acusó a la coalición de ser “un nuevo capítulo más de un gran engaño y un gran fraude” y “apoyarse en lo más visceral y radical”, porque el PNV accedió a la Alcaldía gracias a los votos de EH Bildu, Podemos e Irabazi. “Ya están todos juntos en el Ayuntamiento”, arremetió, “en torno a una opción que no es ni de convivencia, ni de estabilidad, ni de centralidad, ni de moderación”. - J.S.