Vitoria- No es lo mismo cinco ediles que nueve, sobre todo por la carga de trabajo. Decía ayer José Antonio Suso, presidente del PNV en Álava y negociador del acuerdo para el gobierno de coalición en Vitoria, que los jeltzales apenas habían visto a sus familias en estos once meses. Pero EH Bildu tiene claro que, más allá de aligerar el peso de las responsabilidades, la incorporación del PSE al gobierno municipal no es determinante en lo que más importa, la forma de gestionar la ciudad, de establecer prioridades, porque no aporta una mayoría cualitativa. Por tanto, “el actual gobierno seguirá teniendo que escoger entre EH Bildu para avanzar hacia un cambio real o el PP para retroceder hacia el modelo anterior”. Y si opta por la primera alternativa, que es lo que la coalición abertzale desea, tendrá que ser con unas cuantas exigencias.

La portavoz de EH Bildu, Miren Larrion, sabe que su grupo tiene la llave y quiere usarla bien. “Nos reafirmamos en el papel político que hemos tenido hasta la fecha. Haremos uso de nuestra fuerza para condicionar las políticas municipales y dirigirlas hacia un cambio real que mira por los intereses de la ciudadanía”, subrayó. El anuncio de ayer no cambia, por tanto, nada. “Seguiremos trabajando por todos los gasteiztarras y mantendremos la misma iniciativa que hasta ahora”, porque “es el motor que nos mueve”. Lo que no tiene tan claro es la gasolina con la que contará el PNV ahora que el PSE ha decidido sumar fuerzas.

Para Larrion, un recorrido en las decisiones más importantes desde la investidura “deja en evidencia que los socialistas han tenido un papel irrelevante”. Los acusó de falta de iniciativas, de ahogarse en dudas y contradicciones, y recordó que llegaron a suscribir un acuerdo con el PNV y el PP para bajar el IAE a los grandes empresarios de la ciudad. Por eso, si algo hará de más EH Bildu a partir de ahora será estar “especialmente vigilante”. - J.S.