vitoria - Mientras seguía por circuito cerrado el apretón de manos entre Urtaran y López de Munain, el concejal de Irabazi volvía a recordar como si fuera ayer el 13 de junio de 2015. El día de la investidura de Gorka Urtaran. Tenía decidido abstenerse porque el PNV ya contaba con una mayoría suficiente para arrebatar la vara de mando al PP, pero entonces un edil jeltzale dio la Alcaldía a EH Bildu en Andoain incumpliendo el pacto que tenía con el PSE, el acuerdo en Vitoria entre nacionalistas y socialistas saltó por los aires y Óscar Fernández, en una reunión exprés, se arriesgó a cambiar su voto por el sí. Fue “el mal menor”, la “única forma de desbancar el discurso xenófobo” de Javier Maroto, y por eso ahora, tras once meses donde el trabajo de los grupos de izquierdas “ha sido determinante”, con las elecciones vascas a la vuelta de la esquina, no puede ver bien el gobierno de coalición.

“El PNV ha acabado pactando con la única fuerza que no facilitó el cambio para allanar el camino de una coalición para las elecciones vascas”, censuró. También tuvo palabras para los socialistas, a los que reprochó que en todo este tiempo lo único que han demostrado “es irresponsabilidad”, “siempre en segundo plano, sin propuestas”, mientras las fuerzas del cambio propiciaban acuerdos. Por eso, Fernández tiene claro que una y otra formación sólo persiguen “la utilización que supone el Ayuntamiento para su horizonte electoral”, y todo ello en perjuicio de la ciudadanía.

“Este pacto supone la confluencia de los programas de derecha, unos programas que no persiguen recuperar la política por y para la ciudadanía”, criticó el portavoz de Irabazi. También advirtió, como el resto de la oposición, de que Urtaran tendrá que seguir eligiendo entre “un modelo de izquierda y el modelo del PP”. Y ahí es donde él siente una especial preocupación. A su juicio, precedentes como el de la bajada del IAE “no invitan a pensar que se va a trabajar por una Vitoria-Gasteiz más social, democrática y sostenible”. - J.S.