dicen que tras la tempestad siempre llega la calma, y en el grupo juntero de Podemos parecen dispuestos, al menos, a intentar refrendarlo. Los problemas internos que el partido acumula desde el inicio de legislatura han marcado hasta ahora su camino en las Juntas Generales, generando enemistades entre sus ocho procuradores, dividos en dos bloques -cinco por un lado y tres por otro- pero ahora, con la reciente sustición como portavoz principal de Koldo Martín por Arantxa Abecia -con un perfil mucho más conservador-, buscan sellar una entente cordiale sobre la que sustentar los tres años que restan de legislatura. No será fácil, pero según asegura la nueva voz de Podemos en las Juntas, están “dispuestos a iniciar un nuevo camino, poniendo cada uno de su parte para que todo vaya bien”. Abecia, que arrancó oficialmente su nueva andadura el pasado lunes tras dejar su puesto en la Facultad de Educación y Deportes de la UPV, no quiso entrar en los problemas que han asolado a la formación. “Hemos tenido ciertas dificultades porque todos éramos nuevos y nos ha costado ir definiendo nuestras tareas”, sostiene Abecia, que cuestionada sobre su entrada a la portavocía principal en detrimento de Koldo Martín subraya que la decisión se tomó “por unanimidad”, y que Martín “se siente ahora más tranquilo y liberado” con este cambio de testigo.

¿Ha servido entonces este giro para mejorar las relaciones en el grupo? “Creo que todo va bastante bien. Yo, al menos, estoy contenta”, asegura Abecia, que ante la insistencia de este periódico declina ahondar en los conflictos que han acabado derivando en su llegada a la portavocía. “No quiero mirar al pasado”, insiste. Sin embargo, según señalaron a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA fuentes del partido, los problemas no han sido precisamente pocos, con enfrentamientos personales y graves acusaciones internas desde una parte de Podemos hacia la figura de Koldo Martín, que según las mismas fuentes ha acabado cansado de batallar en tantos frentes y ha optado por dar no un paso atrás, sino a un lado, propiciando así su sustitución, largamente ansiada por algunos responsables de su partido en Vitoria y Euskadi. De cualquier forma, habrá que aguardar para comprobar si las aguas vuelven a su cauce, pues la nueva portavoz forma parte, junto a Itxaso Roldán y Asela Ortiz de Murua, de un bloque que hasta la fecha ha mantenido una relación muy tirante con sus cinco compañeros: Koldo Martín, Mari Cruz Polaina, Juanjo Celorio, Daniel Trujillano y José Javier Bizarro, siendo éste último el que ha ejercido muchas veces de nexo de unión.

Cuestionado dentro de Podemos por un sector al que nunca ha gustado su perfil rebelde y contestatario con las decisiones de su propia formación, Koldo Martín ha sido objeto desde hace meses de graves acusaciones de algunos compañeros de partido en Vitoria. De hecho, para defenderse, Martín comparecerá junto a quienes han propiciado algunas de ellas ante la comisión de garantías democráticas de Podemos, el órgano encargado de velar por que el funcionamiento de la organización se ajuste a los principios del partido. Los ataques que colmaron su paciencia, según fuentes cercanas, llegaron tras el viaje que realizó a Bruselas para acudir a una reunión sobre el TTIP. A su regreso, miembros de Podemos con los que había mantenido enfrentamientos previos le acusaron de haber gastado despilfarrado dinero de la formación durante el viaje en gastos personales y en alojarse en un hotel de lujo, cuando en realidad Martín se había instalado no en un hotel, sino en un apartamento, y acompañado de tres compañeras de Podemos que volaron a Bruselas con él desde Barcelona. El juntero, a través del grupo de Telegram que comparten distintos representantes de Podemos en Álava, recibió también acusaciones de mobbing a su compañera Itxaso Roldán, que junto a Abecia y Ortiz de Murua enviaron a la dirección nacional un escrito en el que le denunciaban por actitudes agresivas y deslealtad al partido. Un documento que el resto de junteros se negó a firmar.

Antes de que la tensión acabara por implosionar, el inicio de la legislatura ya había sido especialmente problemático en Podemos, tras unas palabras de Fernando Iglesias, secretario de la formación en Vitoria, que durante una renión pública del partido dijo que en el grupo juntero se había cometido fraude económico al quedarse con unas cantidades abonadas por las Juntas, alrededor de 70.000 euros, que debían haber entregado al partido. Aunque posteriormente la situación se aclaró, al haberse tratado de un problema de gestión con Triodos Bank, este desencuentro, que trascendió a los medios, provocó que Martín tuviera que abandonar un día a toda prisa la Cámara foral tras recibir una llamada del colegio de su hija, afectada tras ser molestada por uno de sus compañeros de clase con insultos de “ladrón” hacia su padre.

Sus críticas a Alavés y Baskonia por recibir subvenciones públicas, su pelea en favor de los pueblos del territorio frente a Vitoria -que le ha valido la enemistad de parte del grupo municipal de Podemos- su pasado como simpatizante de la izquierda abertzale o su condición de candidato por Tierras Esparsas en lugar de por la capital alavesa despertaron también las tensiones entre un siempre batallador Martín y algunos responsables del partido tanto en Álava como en Bizkaia. De hecho, en Vitoria preferían que hubiera sido Arantxa Abecia la candidata a diputada general durante la campaña y la posterior portavoz oficial. A partir de ahora, parece que el grupo juntero -que pese a contar con ocho procuradores es el único grupo parlamentario que, un año después del inicio de la legislatura, no cuenta todavía con algún asesor- está dispuesto a cerrar el círculo para hacer borrón y cuenta nueva.