El Gobierno Vasco ha sacado esta semana a concurso el proyecto para llevar el tranvía a Salburua. ¿Qué le parece el trazado?

-De momento, el miércoles tenemos una reunión abierta a las 19.00 horas en el centro cívico para que las instituciones nos expliquen todos los detalles. A día de hoy lo que nos sorprende gratamente es que el proyecto baraja una última parada más allá de la torre roja, así que el trazado no culminará a esa altura. Sin embargo, nosotros siempre hemos dicho que el tranvía no sólo debe llegar a Salburua, sino que tiene que dar servicio al barrio para mejorar el transporte, que son cosas distintas.

¿Y qué planteaban desde la asociación vecinal?

-Nuestra propuesta era que la línea fuera por Bulevar de Salburua y terminara a la altura de las letras del parque, para así dar servicio a la zona más antigua de Salburua, la de la Avenida Juan Carlos I. Es un gran sector del barrio que sólo tiene la línea 5 de autobús, pero que no te lleva al centro porque es una línea circular y hay que hacer transbordo. El transporte en esa zona es muy deficiente y ahora se va a quedar sin tranvía, lo que nos parece injusto porque no cubre las necesidades reales del barrio.

El Gobierno Vasco aduce problemas técnicos. Dice que no puede extender la línea más allá.

-Somos conscientes de la problemática que existe y que motiva que la línea no se lleve hasta la zona de las letras del parque, quedándose a la altura de la plaza La Unión. Son motivos técnicos y económicos, al mismo tiempo, según nos han explicado. Por un lado, la longitud de la vía no puede ser más amplia porque sería necesario construir un centro de transformación eléctrico para dar servicio al trazado. Eso tendría un amplio coste económico y dicen que no hay dinero. De hecho, en el momento en el que tengan dinero suficiente no se destinaría a Salburua, sino a la prolongación de Zabalgana, que también es una prioridad evidente y lógica. Nos tememos que esa zona de Salburua, la de Juan Carlos I, se va a quedar sin tranvía, así que se va a tener que mejorarse la red de Tuvisa.

¿Y qué hay de Arkaite y Larrein? Son los olvidados de los olvidados.

-Sí, Arkaiate y Larrein se quedan desconectados. Larrein sigue siendo la zona más perjudicada y lejana, porque además la línea 10, que es la única que tienen, no les conecta con el resto de Salburua, porque en cuanto entra por Larrein acto seguido sale para Adurza. Tampoco podrían hacer transbordo para coger el tranvía. Habría que trabajar en lanzaderas, o lo que sea, para conectar Arkaiate y Larrein con el tranvía. Esperamos que nos aporten soluciones.

Recuerdo que en su día las constructoras vendían las viviendas de esa zona con imágenes del tranvía llegando hasta el final de Arkaiate.

-Sí, los constructores decían que la línea iba a ir por la Avenida Bruselas hasta el final de Arkaiate, algo que era falso porque no dependía de ellos. Pero es que el propio Ayuntamiento, allá por 2010, decía que el tranvía iba a llegar hasta el final de Arkaiate. Algo que sería lógico, porque los más alejados son los que más necesidad tienen de transporte público.

El proyecto del tranvía en Salburua no estará redactado hasta la primavera de 2017. ¿Teme que, anunciada la intención, se postergue la ejecución? Estamos en año electoral.

-En política las casualidades no existen, y los pronunciamientos no son casuales. Un equipo de gobierno, sea del color que sea, se sustenta con votos. ¿Tememos que no se haga? No, sería un fiasco demasiado gordo.

Salburua tendrá tranvía, autobuses urbanos y BRT.

-El BRT nos tocará de refilón, porque será para la línea periférica y a Salburua llegaría justo al comienzo, por la calle Madrid. De todas formas aún hay muchas piezas por encajar.

Y un debate sobre la movilidad en la ciudad que necesita de un amplio acuerdo, algo de lo que Vitoria no suele ir sobrada.

-Si en esta ciudad nos caracterizamos por algo es por pensar y realizar proyectos, gastar dinero en ellos y guardarlos en el cajón sin ejecutarlos. No olvidemos que en Vitoria tenemos un Paseo de La Música porque iba a levantarse un auditorio que al final no se construyó, así que tenemos un Paseo de La Música sin música. Vitoria necesita proyectos consensuados por todos los grupos, y la movilidad tiene que ser un pilar fundamental del que nadie se salga.

¿Qué le parece que el PP reclame ahora celeridad al Ayuntamiento para construir los mismos equipamientos en Salburua que ellos no construyeron?

-El PP nos ha mentido descaradamente con el plan de equipamientos del barrio. Año tras año nos decían que nos iban a hacer un agoraspace que, al final, nos hemos dado cuenta de que no se podía hacer, porque la parcela estaba sujeta a la redensificación. Nos estaban vendiendo algo que era imposible hacer. Ellos mismos lo sabían y, aún así, nos mentían. Es una tomadura de pelo a los vecinos.

El miércoles se celebra en el barrio una charla sobre el tranvía, pero el martes tienen una reunión con el Gobierno Vasco por el futuro del colegio Errekabarri.

-Sí. En eso también estamos muy cabreados, además de por otras cosas, por el cinismo que está demostrando el PP. No puede ser que lo que no se ha hecho en cuatro años ahora se tenga que hacer deprisa y corriendo en seis meses, no es lógico ni justo. Sobre la reunión, esperamos que sea la definitiva para decirnos que por fin tenemos un acuerdo con todas las partes y que a partir de ahora se va a empezar a trabajar ya en ello. Ojalá sea así, pero no lo sabemos.

¿La construcción de Errekabarri llegaría a tiempo para evitar que colapse el entro Cándido Ruiz de Garibay, donde las familias tienen que llevar por ahora a sus hijos?

-Llegamos tarde con los plazos. Cándido Ruiz de Garibay se iba a quedar pequeño y para evitarlo se van a acometer obras, como ampliar el comedor o hacer un gimnasio que hasta la fecha no era necesario, pero que ahora los alumnos van a necesitar por edad. Así que vamos a gastar dinero en algo temporal por no haber hecho los deberes a tiempo.

Con Errekabarri se solucionarían los problemas educativos en Primaria, pero los niños y niñas de Salburua crecen y en poco tiempo van a necesitar ir a un Instituto de Secundaria... que no existe en el barrio.

-Exactamente. Los niños de Salburua van a salir de Primaria y no tienen centro de Secundaria, donde entran con doce años. Y eso cuando las instituciones han tenido diez años para edificarlo desde que entraron los primeros niños en el colegio. En otras cosas te puede pillar el toro, porque Salburua es un barrio grande construido de la noche a la mañana, pero en la educación no. No hay justificación, es la dejadez más absoluta.

Es como si los encargados de diseñar el futuro de Vitoria se despertaran un día con dos barrios nuevos a cada lado.

-Hacer un barrio de la noche a la mañana, como se hizo con Salburua, es muy complejo, pero hay cosas muy curiosas. Por ejemplo, en Ibaialde, en la zona nueva de Bulevar de Salburua, lo primero que construyeron fue el centro comercial. No había casas, pero había un Eroski. Supongo que al principio tendría pérdidas, pero tenían una visión de futuro y a día de hoy funcionan a pleno rendimiento. Las instituciones no funcionan con esa lógica. Esperan a que exista una masa social y, por tant, llegan tarde, para implantar cosas tan básicas como la educación, que es precisamente algo en lo que se puede trabajar con antelación.

¿Siguen pensando que el lugar idóneo para ubicar el centro de Secundaria es la antigua residencia de Arana, ahora vacía?

-Creemos que sí, porque formaríamos un polígono educativo junto a los centros de Aranzabela y el colegio de Salburua, además del Instituto si se ubica en la residencia, que también daría servicio a Arana y Santa Lucía. De todas forma, la antigua residencia no pertenece al Gobierno Vasco sino al Estado, y es posible que las obras para convertirla en Instituto sean más costosas que hacer uno nuevo. A nosotros nos da igual, queremos un centro de Secundaria.

¿Manejan algún plazo?

-El Departamento Vasco de Educación nos dijo en su momento que su intención era licitarlo antes de terminar la legislatura, pero creo que eso a estas alturas va a ser imposible.

¿Qué la parece la propuesta provisional de la Diputación para paliar el paso del tráfico pesado por Elorriaga y Arkaiate, con una rotonda y un nuevo vial de 150 metros?

-Es la que menos nos satisface de las posibilidades que había, porque no elimina el problema en su totalidad. Ya no pasaría el tráfico pesado por la rotonda elíptica de lo que era la antigua panificadora, pero sí por la anterior. No es ni mucho menos la opción que barajábamos.

La Diputación lo plantea como solución temporal hasta que se construya un nuevo enlace entre la N-104 y la A-132. ¿Esa idea les satisface más?

-Nos sorprende que, si ven de antemano que ahí hay un problema que se puede solucionar con un proyecto idóneo, se opte por hacer algo temporal y se deje el bueno sin fecha. La conclusión a la que llegamos es que si ahora se va a intentar poner remedio es porque los vecinos, a través de una denuncia en DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, lo sacaron a la luz pública. Si esta propuesta provisional es la que se va a hacer ahora porque es la más barata y sencilla, estaremos detrás para que se realice cuanto antes el proyecto definitivo. Tampoco entendemos, por cierto, que la Diputación nos diga que los datos sobre el paso de camiones por la zona que incluimos en el informe sobre este tema no son correctos, porque los sacamos de la propia página web de la Diputación.

¿Se han solucionado ya los problemas de ruido que genera el centro cívico de Salburua por culpa de las máquinas de climatización?

-No se han solucionado definitivamente. El Ayuntamiento va a sufragar las obras necesarias, porque en vez de meterse en litigios ha decidido que es más rápido pagar una solución colocando paneles acústicos. No era un problema con la constructora. La culpa era del diseño, que no fijaba que se instalaran esos paneles para evitar el ruido.

El centro cívico de Salburua ha sido el último de la ciudad en construirse, pero ustedes han denunciado que suma multitud de problemas de diseño. Algunos bastante curiosos.

-Es que hay graves problemas de diseño. En Vitoria podemos cometer errores, pero es inconcebible que fallemos en construir centros cívicos, cuando nuestra red es la envidia de multitud de ciudades. Por ejemplo, en los gimnasios no hay aire acondicionado, por lo que las actividades aeróbicas que se realizan en verano no se pueden hacer por el calor que se genera. El Ayuntamiento es consciente de ello y lo que ha hecho es, directamente, quitar esas actividades de la programación. Otra: no puede ser que hagan una sala de aerobic, donde necesitan poner la música alta, al lado de una sala de relajación, y separadas sólo por un cristal. Además la sala de aerobic tiene justo debajo la zona de estudio, en la que también se oye la música perfectamente. Cosas de sentido común. Si comparas nuestro centro cívico con el de Ibaiondo, el último construido antes que el de Salburua, se nota cómo el suyo lo hicieron en plena burbuja inmobiliaria y el nuestro, que en dos meses ya parecía viejo, en el declive del ladrillo. No hay más que ver las calidades. Alguien tiene que ser responsable de esto.

¿Cree que primó la rapidez para inaugurarlo, justo antes de las elecciones municipales?

-Primó el interés particular de Javier Maroto para terminarlo a tiempo y venderlo para ganar las elecciones. Era preferible tardar cuatro meses más y construirlo bien.