amurrio - La Asociación Etnográfica Aztarna de Amurrio (sociedad cultural creada con el fin de estudiar, promover y divulgar la investigación del patrimonio histórico y cultural, así como las costumbres tradicionales de la comarca de Ayala y el Alto Nervión) va a ver pronto cumplido uno de sus anhelos: rescatar y sanear, para poner en valor con un fin pedagógico, las trincheras del monte de San Pedro de Beratza. Ellos mismos llevan mucho tiempo fotografiando, recuperando y estudiando los vestigios de la Guerra Civil en la zona. Trincheras y otros elementos fortificados que aún aguantan, pese a que ya han transcurrido ochenta largos años desde la contienda, y para los que llevan lustros pidiendo una protección que, al fin, parece que llega.
Y es que el Ayuntamiento de Amurrio ha accedido a colaborar, “por ser de utilidad patrimonial, turística y didáctica para el municipio”, en la realización de un proyecto integral del paisaje de la guerra civil en esta zona, que ha sido promovido desde el grupo de investigación en patrimonio construido de la UPV. “Parece ser que los restos bélicos no están calificados como arqueológicos y hay un vacío legal al respecto; pero desde la Universidad del País Vasco quieren cambiar esto y ponerlos en valor, como recurso pedagógico, tal y como ya se ha hecho en otras zonas”, explicaron a DNA desde el área municipal de Cultura, que calculan que la intervención en Amurrio, dentro de los términos de Aloria y Lezama, “dará comienzo en octubre de este año” y consistirá, entre otras cosas, en habilitar un paso a San Pedro de Beratza.
El proyecto tiene un coste global de 20.000 euros, de los que el Ayuntamiento de Amurrio ya ha aportado 5.000, adjudicados a la Fundación Investigación Universidad Empresa Euskoiker, que es la responsable de la gestión económica y contable de este proyecto integral. Para financiar el resto del importe, se ha solicitado la ayuda convocada por el Departamento de Presidencia del Gobierno Vasco para programas en materia de Paz, Convivencia y Derechos Humanos para el año 2016. “Existen dos vías de financiación, la dirigida a instituciones y la que se convoca para asociaciones, a la que optará la Asociación Etnográfica Aztarna”, apuntan.
vestigios No en vano, Aztarna conoce al dedillo la zona a intervenir, tal y como demostraron dos de sus miembros -Ramón Zurimendi y Luiso López- en las visitas guiadas al escenario del frente de guerra entre julio de 1936 y junio de 1937 (es decir, al triángulo formado por Uzkiano, Txibiarte y San Pedro de Beratza, en un recorrido de ocho kilómetros hasta Lezama), que organizaron en noviembre de 2009 y mayo de 2011, con una gran acogida por parte de la población. “Aquí murió muchísima gente de ambos bandos y los que no cayeron pasaron días terribles. Todavía quedan vestigios como búnkeres, parapetos de hormigón, nidos de ametralladora, unos 400 metros de trincheras, cuevas, refugios excavados con una galería de unos 30 metros, y muchos se empeñan en taparlo todo. Se puede ver donde estaban unos y otros; es nuestra historia más reciente, la más dramática, y no hay que olvidarla”, explicaron Zurimendi y López.
De hecho, cualquier montañero, cazador o setero que haya encaminado alguna vez sus pasos hacia la cima de San Pedro de Beratza -un monte de pequeña altura, situado a escasa distancia de la localidad amurrioarra de Aloria- sabe que en la zona no es difícil toparse con algún que otro casquillo de bala. El motivo está en que esta área fue escenario, durante la Guerra Civil española, de cruentos enfrentamientos entre el bando nacional o franquista y los gudaris o milicianos republicanos de Euskadi. Unos querían tomar el sitio, por ser una zona estratégica en su avance hacia Bilbao, y los otros querían defenderlo con uñas y dientes hasta el sangriento fin de la historia un ya lejano mes de junio de 1937.
“Murieron muchos gudaris alaveses porque, pese a las trincheras y refugios de cemento, las tropas fascistas llegaron con mucha artillería, e incluso aviación, y tomaron el sitio. En la zona de San Pedro de Beratza se calcula que habría más de 200 muertos pero son cifras que no se pueden verificar ya que los muertos fueron sepultados y algún que otro quemado”, explican desde Aztarna.