Carcoma. En el pasaje de Aldabe del barrio vitoriano los edificios tiene problemas con la carcoma desde hace muchos años, problemas a los que aún no se ha dado una solución.
Aguas fecales. El deficiente embocinamiento del río Zapardiel a su paso por Coronación, una actuación acometida en 1991, causó problemas de malos olores, filtraciones y grietas en el entorno de la calle Manuel Díaz de Arcaya a partir del año 2000. Siete años más tarde, el Ayuntamiento realizó obras en la zona para acabar con estas deficiencias, que a día de hoy siguen presentes.
El presidente de la asociación de vecinos Errota Zaharra explica que antes de actuar a nivel general en la vía pública, aprovechando la aplicación del proyecto SmartEnCities, se debe dar solución a estas deficiencias.
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Millones de euros se invertirán en los próximos años en el barrio vitoriano de Coronación, de los cuales 11 millones llegarán desde Europa a fondo perdido. Ello permitirá que a los vecinos la reforma de sus viviendas les salga a mitad de precio.
gasteiz - Antes de entrar de cabeza en la ambiciosa regeneración urbanística del barrio de Coronación, que se concretará en septiembre y se empezará a ejecutar el próximo año, hay un par de asuntos pendientes en el barrio a los que hay que dar solución. La asociación de vecinos Errota Zaharra ha alertado al Ayuntamiento sobre la presencia de carcoma en la estructura de las viviendas del pasaje Aldabe, y además advierte de que los viejos problemas de retorno de aguas residuales en la calle Manuel Díaz de Arcaya siguen ahí pese a la actuación que se acometió en su día.
“Se trata de urgencias que ya hemos planteado al Ayuntamiento, que debe ponerse en contacto con los vecinos y analizarlas”, señala César Caño, presidente del colectivo vecinal.
Son urgencias, sí, pero vienen de muy largo. En el caso de las filtraciones, hace más de quince años que surgieron, como consecuencia de un embocinamiento del río Zapardiel que al parecer no fue el más adecuado. En torno al año 2000, menos de una década después de la recanalización del río, los vecinos de Manuel Díaz de Arcaya, Eulogio Serdán, Aldabe y Portal de Arriaga comenzaron a notar cómo el pavimento se les hundía, y varios sótanos presentaban también grietas. Además, también como consecuencia de ese defectuoso embocinamiento, en Manuel Díaz de Arcaya las aguas fecales que debían ir al río retornaban a su origen, y en la calle empezó a oler a heces. Siete años tardó el Ayuntamiento en reformar esta vía y, según explicó ayer a este diario César Caño, los problemas han resurgido.
También creen necesario acabar con otro problema histórico de Coronación, la carcoma que afecta a los edificios del pasaje de Aldabe, y así se lo han explicado a la institución municipal.
En el barrio entienden lógico solventar estas dos deficiencias históricas antes de proceder a reformar el espacio público del barrio, en un proyecto cuyas primeras actuaciones arrancarán el próximo año. Aprovechando la aplicación del plan SmartEnCities, que con la ayuda de financiación europea convertirá al barrio vitoriano en un referente en la UE en cuanto a rehabilitación de vivienda según criterios de eficiencia energética, el Ayuntamiento quiere lavarle la cara al barrio también por fuera.
Así, en breve arrancará un proceso participativo para rehacer las calles del corazón del barrio. Se trabajará con los vecinos, según se les explicó en la presentación celebrada el pasado lunes en el Palacio Europa, tanto en materia de aparcamientos o zonas verdes como en la elección de materiales o de mobiliario urbano. De hecho, se ha descartado la idea inicial de demoler edificios y construir un pasaje, y ahora el proyecto está básicamente abierto a lo que decidan los propios residentes.
transformación radical La actuación sobre el espacio público es, en todo caso, uno de los efectos colaterales del núcleo de la transformación del barrio. La sociedad del Gobierno Vasco Visesa, en colaboración con entidades privadas como MCC o Tecnalia, con el Ayuntamiento y con la asociación de vecinos Errota Zaharra, va a gestionar la rehabilitación de entre 750 y 1.300 viviendas del barrio para conectarlas a una red común de calefacción y agua caliente alimentada con astillas procedentes de los Montes de Vitoria. Además, se revestirán fachadas y cubiertas de los edificios para mejorar su eficiencia energética, y los consumos se monitorizarán mediante el uso de las nuevas tecnologías.
El presupuesto estimado para materializar este ambicioso plan asciende a casi 30 millones de euros, y 11 de ellos llegarán directamente y a fondo perdido de la Unión Europea, siempre que al menos 750 familias decidan apostar por la rehabilitación de sus viviendas. Quienes den el paso deberán aportar aproximadamente 9.600 euros por poner dobles ventanas en sus casas, estrenar fachada y cubierta y conectarse al nuevo sistema centralizado de calefacción. Visesa ha negociado con entidades bancarias de la ciudad para que esos casi 10.000 euros se puedan pagar en cuotas mensuales de 80 euros durante una década, y además esta sociedad y el Ayuntamiento abrirán un fondo de garantía dotado con cerca de tres millones de euros para las familias cuyas rentas les impidan sumarse al proyecto. En unos meses abrirá sus puertas la oficina de la calle Pintorería habilitada para informar a los vecinos de los detalles del proyecto, que Vitoria presentó con éxito en Europa en consorcio con las ciudades de Sonderborg (Dinamarca) y Tartu (Estonia).