Vitoria - Dice un proverbio que no importa cuánto dure el invierno, porque al final siempre llega la primavera. El problema es que Foronda lleva tanto tiempo congelado como aeropuerto de pasajeros, al margen de los vuelos chárter, que hay quienes se preguntan si la recuperación de líneas regulares a partir del año que viene será algo más que flor de un día. Ayer, la Diputación alavesa confirmó la puesta en marcha para primavera de 2017 de vuelos con la compañía low cost que gane el concurso que se va a convocar en mayo, pero no logró disipar dudas sobre qué garantías existen de que la empresa adjudicataria no acabe dando la espantada. Dos huidas previas alimentan las dudas: la abrupta salida que protagonizó en el año 2007 Ryanair, el nombre que precisamente más suena ahora para retomar las riendas de las futuras operaciones, y la despedida algo menos dramática de Helitt en 2012.
Ni la primera vez que preguntó, ni en el turno de réplicas, EH Bildu logró la respuesta que esperaba de la diputada de Desarrollo Económico y Equilibrio Territorial, Pilar García de Salazar, a la que había solicitado su comparecencia en Juntas Generales. “Estamos de acuerdo con su defensa de una estrategia para consolidar Foronda como aeropuerto de pasajeros, pero no ha dicho nada concreto de las condiciones del contrato ni sobre las garantías para evitar estampidas. Al final, pájaros y flores”, decía la izquierda abertzale, al finalizar la comisión. Por ahora, lo que existe es un compromiso firme por parte del ejecutivo foral para que la implantación de vuelos regulares sea algo más que una apuesta a corto plazo, eligiendo con especial cuidado los destinos, de forma que los aviones se llenen lo suficiente como para que la falta de rentabilidad no sea, como en anteriores fracasos, excusa para partir peras.
García de Salazar reconoció que sólo con vuelos chárter, como los del Inserso, a Croacia, Noruega y Baleares de este año, “no vamos a conseguir potenciar Foronda como aeropuerto de pasajeros” ni alcanzar los 150.000 viajeros deseados para 2019. La única fórmula posible pasa por la implantación de líneas regulares y, por ello, hace tiempo que VIA -la sociedad para el impulso de Foronda formada por la Diputación, el Ayuntamiento de Vitoria, el Gobierno Vasco y la Cámara de Comercio de Álava- empezó a tantear a compañías interesadas en ofrecer “unas mínimas garantías de permanencia y estabilidad, así como conexiones atractivas y sostenibles en el tiempo, con un coste y retornos razonables”. La respuesta “fue diversa”. Algunas replicaron que su estrategia no incluía aeródromos secundarios, otras desestimaron la posibilidad tras valorarla y las hubo que “simplemente no contestaron”.
Y así pasó el tiempo hasta que hace poco se reinició la ronda de contactos y la compañía irlandesa que un día dejó tirada a Álava puso encima de la mesa una jugada que, al parecer, ha resultado creíble. VIA acordó el pasado día 7 convocar un concurso público, cuyas bases se conocerán en mayo. “Se trata de una inversión para que el aeropuerto desarrolle su potencial de generación de riqueza y de captación de visitantes con los retornos que, según diferentes fuentes, aseguran la recuperación de la inversión en el mismo ejercicio”, aseveró García de Salazar al abordar el asunto económico, momento que el PP aprovechó una vez más para hacer crítica política.
El grupo juntero popular denunció que el Gobierno Vasco, que acaba de destinar una partida a Foronda de 500.000 euros pendiente desde 2102 -cuando gobernaba el PSE con el PP-, y el Ayuntamiento vitoriano, que planea poner 1,04 millones de aquí a 2020, “no han asumido su compromiso económico de 2016”. También insinuó que las líneas regulares corren riesgo si se sigue trabajando con el remanente de anteriores ejercicios o con el horizonte puesto ya en 2017. No habló, sin embargo, de una circunstancia que ya se ha demostrado que es un obstáculo para que el aeropuerto acoja vuelos de pasajeros con normalidad: el recorte horario que aplicó el Gobierno de Mariano Rajoy. Por suerte, o porque se ha estirado el chicle hasta romperse, parece que Aena ha decidido al fin facilitar las cosas.
La sociedad aeroportuaria aseguró ayer a través de una nota de prensa de que, si finalmente hay una compañía low cost que quiera operar de forma regular en Vitoria, “adaptará el horario operativo del aeropuerto”, que ahora sólo funciona de noche y a demanda de los chárter de temporada, “y lo dotará de recursos adicionales”. Fue su manera de salir del paso, además, de las acusaciones del comité de trabajadores del aeropuerto, que ha convocado una huelga indefinida a partir del día 25 para pedir la continuidad de los vuelos de pasajeros a lo largo de todo el año. Una crisis en la que la Diputación quiere implicarse. García Salazar afirmó que desea reunirse con los portavoces de la plantilla y dijo que ya tiene previsto un encuentro con Aena la próxima semana para intentar desbloquear el conflicto.