condado de trebiño - Trebiño comienza, otra vez, el proceso para tratar de integrarse en Álava. Lo hace en un momento complicado por la desconfianza de los vecinos, que han visto cómo durante estos años las instituciones castellano-leonesas ni abrían ni cerraban la mano, sino todo lo contrario. Los trebiñeses han contemplado estupefactos cómo los mismos partidos que les apoyaban en el País Vasco (en concreto, el PP) eran desautorizados en Madrid, Burgos y Valladolid. Pero frente a ese desánimo con el que la derecha española ha tratado de ahogar las aspiraciones del enclave, se sigue manteniendo la fortaleza en los ayuntamientos, en especial, en Condado de Trebiño, y en las organizaciones políticas que lo integran. Así se desprende de las respuestas del alcalde, Ernesto Argote, de Ciudadanos del Condado (CDC).

¿Cómo viven los trebiñeses el reinicio del proceso para tratar de lograr la integración en Álava?

-Los vecinos están hartos ya. Los que estamos un poco más metidos en ayuntamientos, sindicatos o colectivos sí que seguimos dando la batalla, pero en la calle la gente está harta. Hablas de esto y ya no se creen nada, casi tenemos que volver a animar a la gente para que haya confianza.

¿Y qué consecuencias tiene ese estado de escepticismo?

-Pues que cada uno, con el paso del tiempo, ha ido buscando soluciones a su tema particular y como todo el mundo tiene en Vitoria padres, hermanos, hijos... En cuanto tienen algún tema o problema de servicios sociales la gente se empadrona en Gasteiz y se busca la solución.

¿Cómo valoran desde las administraciones esas posturas?

-Como es evidente, desde las instituciones locales creemos que ésa no es la solución. La gente tiene que estar empadronado en donde vive, que es en Condado de Trebiño, no ir a empadronarse para recibir un servicio. Pero, los ciudadanos, hablando coloquialmente, pasan del tema, casi hay que incitarles a que vamos por aquí, por la integración. Pero no se lo creen. Ha habido ya tantas vueltas que no se lo creen.

Uno de los argumentos que se esgrimen para reclamar la anexión a Álava son las distancias con Valladolid para realizar gestiones?

-Bueno, tampoco es que sea tan exagerado. Es decir, hay temas que se pueden resolver en Miranda de Ebro, o en Burgos? Sin embargo, lo cierto y real es que la Junta de Castilla y León ha hecho una dejación de funciones con Trebiño en muchos aspectos. Amparándose en los convenios que hay con Álava, con la excusa de que Trebiño quiere irse a Álava, nos está dejando un poco de la mano.

¿Cómo han sobrevivido hasta ahora con esa forma de cubrir necesidades día a día?

-Hemos estado funcionando con los convenios que existen y que han estado en vigor desde que se hicieron en el año 95 con aquel dictamen del Senado y luego con el acuerdo que hubo con la Diputación de Álava en 2001. Pero no hay que olvidar que se hicieron esos convenios transitoriamente para solucionar el tema territorial y nuestro grupo, al que pertenezco, estábamos a favor de esos convenios en base a que se iba a avanzar en esa materia. Cosa que no se ha hecho. Si en los convenios no se avanza en el tema territorial, no sirven.

Con la decisión de poner fecha de caducidad a los convenios se corre el riesgo de que Trebiño se quede sin esos servicios.

-Ya he dicho que cada uno, a nivel particular, va solucionando su problema como puede. Es muy fácil, estamos a diez kilómetros de Vitoria, todo el mundo tiene medios para poder empadronarse allí? No sé en qué va a terminar esto. Vamos a ser una administración-burbuja, en la que hay un territorio burgalés en medio de Álava, que está con todos los servicios en Álava porque la gente se ha ido empadronando en Vitoria, no porque nosotros demos esos servicios. Poco a poco, cuando la gente cumple los 65 años y deja su actividad, se empadrona en Gasteiz.

La Puebla de Arganzón es más reacia a seguir la misma línea de caducidad con los convenios?

-Sí, claro. Nosotros también consideramos que es fuerte decir a la población que vamos a romper con los convenios, pero es una táctica que queremos seguir para ver si esto sirve de presión para que se sienten a hablar. En pleno siglo XXI esto es un anacronismo que no puede seguir adelante. La Puebla sí que es verdad que está por la integración, está con nosotros, apoya todo? Es más, en la propuesta que se ha hecho ahora al Parlamento Vasco, lo hemos hablado con el alcalde y está de acuerdo en ir de la mano. Ellos aún no lo han pasado por Pleno, lo harán el 13 de abril y están de ir con nosotros, juntos, a registrarlo en el Parlamento Vasco para que se inicie ese trámite.

Pero no se suman a la fecha de caducidad que se ha puesto Condado de Trebiño?

-¿El romper convenios? Ellos no están ahora por la labor, pero tendrán que ir viendo que algo hay que hacer porque tenemos el ejemplo de los servicios sociales, tema sobre el que compareció la diputada de Bienestar Social el lunes de la pasada semana en Juntas Generales para responder a una pregunta de EH Bildu.

¿Qué sucede con ese tema?

-Se trataba del Mapa de Servicios Sociales, que no es sólo para Trebiño sino que en Álava lo tienen que reorganizar porque con la Ley de Servicios Sociales del Gobierno Vasco cambian las competencias. Unas las tiene el ejecutivo autonómico, otras la Diputación y otras los ayuntamientos. Por eso, esos convenios que La Puebla dice que quiere seguir conservando no se van poder seguir manteniendo, hay que hacerlos nuevos. Y por ello se abre la consideración jurídica de si se puede o no se puede hacer. De momento nos han metido en ese Mapa de Servicios Sociales, pero con una salvedad, diciendo provisionalmente. Y además, a ver con quién hacemos luego esos convenios. Porque si el tema de servicios sociales de base lo van a tener los ayuntamientos, nosotros vamos a tener que ir con municipios de Álava, o La Puebla de Arganzón, que es de quien hablamos, va a tener que hacer esos convenios con los ayuntamientos, de municipio a municipio. Y la Diputación de Álava lo tendrá que hacer con la Diputación de Burgos, el Gobierno Vasco con la Junta? ¿Van a estar de acuerdo? ¡No lo sabemos!

¿Aprecia el alcalde que hay diferencia entre la foto de un pueblo de Álava de este mismo entorno y cualquier núcleo de Trebiño?

-Muchísimas. Las diferencias son muy grandes. Por ejemplo, con los regadíos. A un mismo agricultor, sólo por tener la frontera en medio, le ha costado 2.000 euros poner una hectárea de regadío en Castilla y León y 300 en Álava. Y es porque en Castilla y León se está subvencionado ese tipo de ayudas al 40% y en Álava, lo están al 80% y al 90%. También se nota en los pueblos, cuando se interviene. Aquí, en la frontera con Berantevilla, ha intervenido el Gobierno Vasco, la Diputación? Y hacen una travesía, una traída de aguas?

¿Y en el enclave?

-Aquí dependemos de planes provinciales de la Diputación de Burgos. Para todo el Condado de Trebiño, que tiene 50 núcleos de población, recibimos entre 130.000 y 140.000 euros al año para hacer obras en los pueblos. Es imposible. Si eso llega a ser cada año para un pueblo pues podría ser? Pero los pueblos no pueden esperan 50 años a que les toque. Así que no nos queda más que dividir entre 50 y toca a 3.000 euros. Y con esa cantidad no se puede hacer ninguna obra. Poniendo como ejemplo el año 2015, el Ayuntamiento, de sus impuestos municipales, ha invertido en sus pedanías 700.000 euros.

La consecuencia es el despoblamiento de los núcleos rurales.

-En el momento que estuvo el boom inmobiliario se mantuvo un poco la población, porque se hicieron recalificaciones y chalets. Como ciudad-dormitorio vinieron muchas personas desde Vitoria. Si no fuera por eso, la mayoría de los núcleos estarían completamente despoblados.

En el último Pleno, el alcalde llegó a afirmar que no le gustaba la definición de octava cuadrilla?

-No me gusta por cómo se está llevando. Han aprobado una moción en Juntas Generales para tratar a Trebiño como la octava cuadrilla y se ha quedado sólo en el título. El que nos llamen así, si luego no pasamos a los hechos? Para nosotros lo importante es que esto sea Álava pero ya por la vía de los hechos. No ir mendigando? Que salgamos en el Mapa de Servicios Sociales porque tenemos que estar ahí, no porque lo tengamos que solicitar otra vez. Que cada vez que se apruebe algo no tengamos que ir a decir que estamos aquí. Si nos han dado ese título, que lo lleven a la práctica. Queremos más implicación. Siempre nos remiten a la legalidad y la legalidad sabemos que es difícil. Nosotros estamos dando pasos y manifestando lo que queremos. Y queremos que la Diputación de Álava haga lo mismo.

¿En qué sentido?

-Las leyes tienen que estar al servicio de los ciudadanos, no al revés. Si los ciudadanos están reclamando servicios y la ley entorpece que se les puedan dar esos servicios habrá que cambiar la ley y ellos, la Diputación de Álava y el Gobierno Vasco, tendrán que intentar que se cambien esas leyes para que territorios como estos puedan tener servicios con la provincia que está más cercana. Por eso pedimos más implicación a la Diputación de Álava, a las Juntas Generales y al Gobierno Vasco.

¿Y no la está habiendo?

-Sí y no. Ahora estaba leyendo el Mapa de Servicios Sociales y en un apartado referido a Trebiño se afirma que con todo, su inclusión definitiva queda condicionada a que existan las condiciones jurídicas e institucionales que así lo avalen. Si realmente quieren que estemos en el Mapa de Servicios Sociales vamos a por ello, y que no digan de antemano que queda condicionado.

Por lo que dice entiendo que se queja de la ambigüedad desde Álava.

-Sí, totalmente. Cuando se constituyó la mesa junto con Eudel, los ayuntamientos y la Diputación para el Mapa de Servicios Sociales fue cuando vimos este trato. No se había contado con nosotros para nada. Tuvo que ser EH Bildu quien metiera una moción en el Pleno para que se hiciera un hueco y pudiéramos estar en esa mesa. No nos admitieron porque la mesa ya estaba constituida, y nosotros tampoco queríamos estar por encima de ningún municipio de Álava. Al final nos han incluido en el Mapa, pero fue a raíz de una reclamación y eso es lo que no queremos.

¿Continuará la Comisión de Integración en Álava trabajando como lo ha hecho hasta ahora?

Sí, sí. Estamos seguros de que la Comisión no parará con las tramitaciones que está llevando a cabo. El pasado 8 de marzo ya hicieron una propuesta para tramitar la proposición de ley orgánica, que fue aprobada por el Pleno. El siguiente paso, que es el que estamos esperando, es que La Puebla de Arganzón también lo apruebe. Así iremos juntos al Parlamento Vasco a registrarlo para ver si antes de que se disuelva la cámara se puede aprobar ahí, ya que hemos hecho una ronda de contactos con todos los partidos y tenemos el de todos.

¿Del PP también?

-Sí, también. Ellos están en otro discurso, que si tiene que ser a través de la Ley de Enclaves, pero no dicen que no. No sabemos si se podría abstener en la tramitación de la proposición de ley orgánica? Pero en el País Vasco no hay nadie que diga que no.

Otra cosa es lo que pase en Madrid.

-En Madrid es donde tenemos reparos. Allí, el PP nos dice que no, el PSOE dice una cosa en el País Vasco y otra en Castilla y León y el PNV lo está apoyando y lo ha metido en la carta de negociación con el PSOE. Esperamos que esa línea de PSOE-Podemos-nacionalistas pueda salir adelante, que es la que más posibilidades tiene para salir en Madrid.