incívicos. Hay que entender aquello de que cuando el hambre aprieta... Sin embargo, lo que no se puede aceptar es el hecho de que a estas alturas de la película haya vecinos de esta ciudad -da igual su edad y otras consideraciones- que se toman aquello de la educación y del civismo por el pito de un sereno. La única solución contra los guarros como los que dejaron la escena que aparece sobre estas líneas es armarles de escoba y ponerles a limpiar. Foto: P.O.
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