Gasteiz - Una imagen, o un puñado de ellas, siempre vale más que mil palabras. Basta para comprobarlo con recorrer con la mirada las fotografías que acompañan a este texto, algunas de las instantáneas tomadas en Vitoria el fatídico 3 de marzo de 1976 y sus días posteriores. Imágenes para no olvidar.
En medio de un ambiente de descontento laboral generalizado, de anhelo de cambios políticos inmediatos apenas cuatro meses después de la muerte del dictador Franco, la Policía Armada irrumpió con todo en la Iglesia de San Francisco de Asís de Zaramaga, donde se estaba desarrollando una asamblea pacífica de trabajadores. Más de 5.000, que participaban en una multitudinaria jornada de huelga general.
Los grises resolvieron la situación, primero, gaseando el templo y, después, disparando con fuego real a los congregados que trataban de huir en medio del pánico. Y segaron la vida de Pedro María Martínez Ocio, trabajador de Forjas Alavesas, de 27 años; Francisco Aznar Clemente, operario de panaderías y estudiante, de 17, Romualdo Barroso Chaparro, de Agrator, de 19; y José Castillo, de Basa, de 32. La carga dejó también más de 150 heridos de bala. Dos meses después moriría a causa de las graves heridas Bienvenido Pereda, trabajador de Grupos Diferenciales, con sólo 30 años. Sin justicia, con total impunidad.
Al escenario de guerra creado ese día sucedió unos pocos días después la emoción del funeral en recuerdo a las víctimas, al que asistieron miles de personas.