tras cuatro años de pelea, el pasado mes de enero un corredor de seguros de la ciudad empezó a ver la luz al final del túnel. En 2012, primer año en que se giraba en Vitoria la tasa por vivienda vacía, a este profesional le llegó este impuesto por el apartamento en el que trabaja todos los días desde hace treinta años, con su correspondiente alta en el IAE. El corredor recurrió y el Ayuntamiento aprovechó el escrito de respuesta para comunicarle que a partir de ese momento le iban a cobrar la tarifa en la tasa de basuras correspondiente a bancos y seguros de hasta 100 metros cuadrados, en lugar de la que corresponde a las viviendas o a comercios y oficinas, por los años 2010, 2011 y 2012, a razón de más de 300 euros cada uno. Llamó a sus compañeros, a ninguno le cobraban así, y pidió amparo al Síndico, que le dio la razón. Entonces el caso saltó a los medios y el Ayuntamiento anunció que rectificaba, que corregiría el error en su tasa de basuras y que le devolverían el dinero cobrado de más.

Pues no. Mes y medio después de este anuncio, el corredor de seguros no tiene noticia alguna al respecto, insiste en sentirse perseguido por algún funcionario al que ni siquiera conoce y reclama que le “dejen en paz”. Eso sí, ahora ya no es el único que paga la tasa de basuras como si regentara un banco, pues desde que se conoció este asunto a otros dos compañeros les sucede lo mismo. Al resto no.

“Esto no puede ser, llevo dado del alta desde 1982, si ahora tienen razón es que alguien lo ha estado haciendo mal durante treinta años, y me consta que hay más de 200 oficinas como la mía en Vitoria”, denuncia el profesional, que hace escasos días habló con el defensor vecinal, Martín Gartziandia. Éste le aseguró que él tampoco tenía noticias respecto a la devolución anunciada.

El síndico pidió en su día al Departamento de Hacienda que le detallaran cuántas revisiones se habían practicado a este tipo de negocios, especialmente en viviendas, y si como consecuencia de este proceso de revisión se había modificado el importe de la tasa de basuras a otros establecimientos de mediación de seguros aparte de al del reclamante, así como el número de negocios de este tipo a los que se había modificado la cuantía de la tasa de basuras y con qué efectos. Desde diciembre de 2014, ni una de las revisiones de la tasa de basuras que se habían realizado hacía referencia a corredurías de seguros, le dijeron a Gartziandia.

inspección Al año siguiente de su primera reclamación, al corredor le volvieron a cobrar como si fuera dirigiera un banco, y volvió a recurrir. No le respondieron, pero siete meses después le ingresaron un importe equivalente a la tasa recurrida y decidió olvidarse del asunto. Sin embargo, un día llamaron a su puerta los inspectores municipales y tras constatar que tras la misma había una correduría de seguros, le volvieron a girar la tasa de Bancos y seguros de hasta 100 metros cuadrados correspondiente a los años 2012, 2013 y 2014.

Al afectado, muy agradecido por la implicación del defensor vecinal con su caso, le llama la atención que el Ayuntamiento no se someta a su arbitraje, se pregunta para qué existe entonces esta figura, y clama contra la “indefensión” que siente ante su situación. “Si esto acabara en un juicio igual me tendrían que indemnizar, pero sería el Ayuntamiento el que tendría que hacerlo, y la persona responsable de todo esto se quedaría de rositas, la sensación de impunidad es tremenda”, concluye.