La terapia celular está siendo cada vez más utilizada para abordar enfermedades. A diferencia de los medicamentos clásicos como los comprimidos o las cápsulas, los nuevos fármacos combinan los mejores biomateriales y células para crear sistemas de liberación de sustancias terapéuticas. La utilización de células madre (aquellas capaces de diferenciarse en cualquier tipo de células) ha supuesto un gran avance, siendo cada vez más utilizadas por muchos grupos de investigación. No obstante, para poder emplear todo el potencial de las células madre, es necesario diseñar y desarrollar sistemas que permitan su transporte e implantación adecuados. Y en esas está, desde el campus vitoriano de la UPV, el equipo de NanoBioCel.

La microencapsulación celular consiste en la inmovilización de células capaces de secretar sustancias terapéuticas para su liberación durante largos periodos de tiempo. Dependiendo de las sustancias que secreten, su aplicación será diferente, abordando múltiples patologías. En ese contexto, las células madre ofrecen ventajas respecto a otros tipos de célula, por lo que cada vez son más utilizadas en distintas áreas de la terapia celular. Secretan sustancias con capacidad de modificar el sistema inmune. Además, el organismo en el que se implantan no las reconoce como extrañas, pudiendo ser incorporadas en otras especies sin que produzcan el rechazo inmunológico, y son capaces de diferenciarse en varios tipos de célula, abriendo el abanico de posibilidades que ofrecen a otras terapias como la medicina regenerativa.

Pues bien, en este trabajo del grupo de investigación NanoBioCel de la UPV, se ha desarrollado un sistema biomimético, utilizando las células madre mesenquimales D1 modificadas genéticamente, para secretar eritropoietina (EPO). Las microcápsulas, donde se inmovilizaron las células, fueron modificadas utilizando diferentes concentraciones de un péptido de adhesión para mejorar la supervivencia celular. Los resultados demostraron que las microcápsulas que contenían el péptido de adhesión mejoraron la actividad de las células madre encapsuladas. Además, se pudo observar que los sistemas diseñados no afectaron a las células inmovilizadas, manteniendo sus características.

Además de NanoBioCel, otros grupos están realizando investigaciones y ensayos clínicos relacionados con la microencapsulación celular, con la promesa de pronto abordar así enfermedades crónicas que en la actualidad carecen de un tratamiento eficaz.