El grupo Tubos Reunidos estudia aplicar un ERE temporal a la plantilla, integrada por unos 1.800 trabajadores, al "no poder alargar en el tiempo pérdidas sostenidas" provocadas por la fuerte caída que ha experimentado el mercado del petróleo y del gas.
Vitoria. Fuentes de esta compañía, que tiene plantas en Amurrio (Álava), Galindo (Bizkaia) y Pamplona, han confirmado a Efe que la dirección aún no ha comunicado al comité de empresa que hay una "alta probabilidad" de que se ponga en marcha un expediente temporal (ERTE) con el que se reduciría la jornada laboral de la plantilla.
Tampoco se ha concretado aún a cuantos trabajadores afectaría esta medida.
Fuentes sindicales han puesto de relieve que la compañía está aprovechando la mala situación del mercado para tratar de recortar los derechos sociales y económicos de los trabajadores, cuando a su juicio la situación financiera del grupo no es mala, como así lo demuestran las cuentas auditadas por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Además, los sindicatos "no entienden" que se pretenda implantar un ERTE y al mismo tiempo la firma haga una inversión de unos 30 millones de euros junto con la compañía japonesa Marubeni, financiados al 50 % entre ambas, en una nueva fábrica en el polígono de Júndiz, en Vitoria.
Fuentes de la dirección de la empresa han explicado a Efe por su parte que Tubos Reunidos perdió unos 8,5 millones de euros en los nueve primeros meses de 2015, frente a los 5,1 millones de beneficio logrados en el mismo periodo de 2014.
Esto se debe a la reducción de inversiones de sus clientes como consecuencia de la caída del precio del petróleo, lo que ha provocado un exceso de capacidad en sus fábricas.
La aplicación del ERTE responde por lo tanto a que "no se pueden alargar en el tiempo esas pérdidas sostenidas", ha recalcado un portavoz de la compañía.
No obstante ha explicado que el grupo produce muchos tipos de tubos, unos para los sectores del gas y el petróleo, en los que ha habido una importante caída de precios y de demanda, y otros a los que no afecta esta crisis.
La producción de tubos básicos, los que tienen menos valor añadido, es la más perjudicada. Por ello, la actual apuesta del grupo en la fábrica de Júndiz es crear con tecnología japonesa el roscado, uno de los complementos para tubos de altas aleaciones, lo que confiere aún más valor añadido a ese producto.
La inversión en Júndiz, aseguran las mismas fuentes, ha sido posible porque la firma tiene "una gran solvencia financiera" aunque haya tenido pérdidas, y precisamente para frenar esas pérdidas sostenidas ven necesario poner en marcha un ERTE.