lapuebla de labarca - Una ventana de sol y de buenas temperaturas se abrió ayer durante buena parte de la mañana antes de que el cielo se desplomase en forma de lluvia sobre la totalidad del territorio histórico. Fue suficiente para permitir que la celebración del Uztaberri Eguna se convirtiera en un magnífico día de primavera, con temperaturas del orden de 18 grados, que ayudaron a que la afluencia de visitantes a Lapuebla de Labarca se convirtiera en algo memorable.

Desde primeras horas de la mañana todo estaba listo para recibir a quienes deseaban disfrutar de la fiesta y a conocer mejor los primeros vinos del año que se dan a degustar en Rioja Alavesa. Los voluntarios controlaban los accesos al pueblo aconsejando a los conductores las mejores zonas para aparcar, ya que en el interior del casco urbano era completamente imposible encontrar huecos.

Por su parte, en la calle principal se fueron situando los puestos de los artesanos y otros colaboradores. Como no podía ser menos, allí estaban los organizadores del Araba Euskaraz de este año 2016, un grupo de jóvenes dinamizadores sociales, el stand de venta de copas donde se facilitaba a los asistentes un ejemplar de DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, así como las artesanas que preparan cada año ricas rosquillas y bizcochos, vinagre y jabones naturales, o el dulce arrope, junto a otros productores de embutidos y quesos llegados de otras regiones.

En la plaza se había situado el lugar para el Concurso de Descorchadores de botellas de vino, en el que se contó con dos grupos de participantes: uno de mujeres y otro de hombres, cuyos ganadores recibieron un recuerdo en forma de botella de vino con la llamativa etiqueta que se ha colocado por vez primera en las botellas del Uztaberri. A continuación se inició el acto central con el pregón de la fiesta a cargo del montañero Juanito Oiarzabal. Fue presentado por la alcaldesa de Lapuebla de Labarca, Maider Murillo, quien estuvo acompañada en todo momento por el diputado general de Álava, Ramiro González; el diputado foral de Agricultura, Eduardo Aguinaco; y por representantes de las bodegas participantes.

En sus palabras de exaltación del vino de Rioja Alavesa, el popular montañero relató una anécdota vivida en primera persona en la que reivindicó el consumo de los vinos de la comarca. Recordó que en el año 1999 “mis compañeros y yo de Al filo de lo imposible completamos los 14 ochomiles que hay en el planeta. Consecuencia de todo aquello fueron los homenajes y uno de ellos, por cierto, con el lehendakari Ibarretxe, con quien comimos fenomenalmente bien. Aquello surtió efecto con respecto a otras entidades y la cuestión es que TVE, entonces dirigida por Pío Cabanillas, organizó una comida en La Moncloa y os podéis imaginar con quien? Con Aznar, con José Mari. Era un viernes y salían del Consejo de Ministros, donde también estaba Mayor Oreja, que me saludó como alavés. Entramos al salón para comer y resulta que en la mesa, que era muy larga porque estábamos veintitantos invitados, entre ellos, mi mujer, la cuestión es que el servicio había puesto vinos de Ribera de Duero nada más. Y hablando con Aznar, le dije distendidamente, ¡Joder, aquí se barre mucho para casa!, porque este hombre es de Valladolid. Me preguntó que si no me gustaba el vino de Ribera y le dije que no, ¡Es que soy un defensor de los vinos de Rioja Alavesa! La cuestión es que llamó al maître y le dijo que retirara la mitad de las botellas de Ribera y que pusieran esa mitad de vinos de Rioja Alavesa. Y creo recordar que aquel Rioja Alavesa que se puso era de Lapuebla de Labarca”.

Finalizado el pregón se brindó con el vino del año de la localidad, mientras la multitud comenzaba el recorrido por las 10 bodegas que participaban este año en la fiesta. Oiarzabal se incorporó también a ese recorrido, junto al resto de autoridades e invitados, pero antes comentó que el éxito de los proyectos deportivos que ha acometido tienen su clave “en el esfuerzo y el conocimiento”, pero “sin ninguna duda ir acompañado de unos buenos caldos al Himalaya siempre hace que la expedición sea mucho más cómoda” .

La fiesta continuó con la primera de las degustaciones, la del bolo, el guiso de bacalao y arroz que se preparaba tradicionalmente en época de vendimias y que es todo un valor gastronómico del medio rural muy apreciado. Tanto es así que las 400 raciones previstas volaron con gran rapidez. Otro tanto ocurrió con la sartenada que se había preparado para la comida y que este año se trasladó a una carpa en un parque a la entrada de Lapuebla de Labarca.