gasteiz - El Ayuntamiento de Vitoria no va a poner trabas a la Caja Vital para que el proyecto de alojar sedes de universidades europeas y estadounidenses en el antiguo edificio de las carmelitas descalzas de Betoño cuaje, pero eso sí, siempre que parte del arrendamiento que la Obra Social cobre a dichas universidades vaya a parar a las arcas municipales. Así lo anunció ayer el alcalde de Vitoria, Gorka Urtaran, en respuesta a una pregunta de la portavoz de EH Bildu, Miren Larrion, que apuesta por que Vitoria recupere la titularidad del edificio.
Para entender bien todo este proceso hay que retrotraerse diez años atrás. En 2006, el Ayuntamiento y la Caja Vital, entonces todavía una entidad financiera, intercambian el palacio Zulueta por el viejo convento neogótico -una operación que todos los grupos menos el PP cuestionan porque sostienen que ambas instalaciones eran municipales-. La condición era que el edificio se destinara a usos culturales, pues ahí se iba a alojar el proyecto Krea impulsado por la Caja para la promoción de los artistas locales.
Poco después llega la crisis del ladrillo y las finanzas, la Vital entra en un convulso proceso de fusión con BBK y Kutxa y el proyecto Krea muere, al poco de acabar unas obras de acondicionamiento de su continente que le costaron a la entidad la friolera de 18 millones de euros.
El convento se cierra con llave y se le aplica un mantenimiento anual que cuesta 90.000 euros, para evitar su deterioro. Como explicaba ayer el concejal del PSE Carlos Zapatero, antiguo presidente de la Caja, tener el edificio cerrado era un despilfarro, y abrirlo “de cualquier manera” también.
Más tarde, un grupo de empresarios vitorianos ve que el convento tiene potencial para albergar proyectos universitarios e inicia, en calidad de intermediario de la Vital, los contactos para buscar inquilinos en Estados Unidos y el Reino Unido. Había, sin embargo, un problema. El convenio de permuta habla claramente de usos propios de la Obra Social, y no es exactamente el caso, y de que fuera la propia Caja la que explotase el edificio, que no es el caso en absoluto. Por ello, en 2014 la Vital le pide al Ayuntamiento que modifique el convenio, el gobierno de Javier Maroto accede, y se alteran las condiciones de la permuta, pero eso sí, incorporando una nueva cláusula según la cual el Consistorio tiene derecho a participar de los beneficios que deje el alquiler del edificio. EH Bildu interpone un recurso contencioso-administrativo contra la modificación del convenio, y lo gana con tanta claridad que el Ayuntamiento es condenado a pagar las costas del juicio.
Según la sentencia, la modificación altera “sustancialmente” el contrato inicial, según el cual si pasados treinta años en el edificio no se dan los usos pactados el Ayuntamiento podrá recuperar la titularidad del mismo.
Así están las cosas y con base en ello ha decidido Urtaran, que cuenta con el respaldo del PSE y del PP, convertirse en coarrendatario de la Vital, en lugar de recuperar el edificio para el patrimonio municipal.
indemnización sí o no ¿Y por qué no quedarse con el edificio? Según dijo ayer Urtaran, porque cuando se produjo la cesión estaba valorado en 2,5 millones de euros y en estos años se han invertido otros 18 millones. Según el alcalde, existe el riesgo de que un juez pueda condenar al Ayuntamiento a pagar la diferencia si ejecuta la reversión.
Larrion, por contra, no lo ve así, pues argumenta que si cualquier obra necesaria para utilizar el edificio se computa a la hora de revertirlo, dicho proceso sólo podría haberse producido justo cuando se produjo la permuta. Tan convencida de ello está, dijo, que EH Bildu volverá a los tribunales si el alcalde mantiene la intención manifestada ayer de convertir al Ayuntamiento en casero de la Rocky Mountain College of Art and Design de Denver, especializada en el diseño y el arte aplicado a la industria; y de la University of Arts de Londres, que se instalarán en el convento en apenas medio año.
“La sentencia nos permite ejecutar el derecho a la reversión”, insistió Larrion, quien recordó que la juez habla del edificio “y todas sus pertenencias”, por lo que entiende que no habría que abonar indemnización alguna a la Caja por las obras realizadas.
“Ahora no podíamos revertirnos a la situación anterior si no se valoran los edificios con su nuevo valor; al Ayuntamiento la reversión de la permuta no le iba a salir gratis, y no tenemos capacidad para hacer un desembolso económico de la cuantía que podría suponer dicha reversión”, advirtió en cambio el alcalde.
Según la sentencia que anula el acuerdo de la Junta de Gobierno Local adoptado en el año 2014, “nos hallamos ante una modificación sustancial del inicial contrato de permuta, por lo que la enajenación a un tercero supone una alteración” del mismo.
El alcalde vitoriano aseguró ayer que ejecutará la cláusula según la cual el Ayuntamiento tiene derecho a participar de los beneficios del arrendamiento del convento de las carmelitas descalzas.
La portavoz de EH Bildu cree que el Ayuntamiento puede recuperar el antiguo convento sin tener que pagar indemnización a la Caja Vital por las obras realizadas después de la permuta.
La opinión del concejal del PSE tiene el valor de ser la de quien fuera presidente de la Caja Vital desde 2010 y hasta su disolución como entidad financiera.
2,5
Millones de euros era el valor del convento de las carmelitas descalzas cuando en 2006 se acuerda la permuta con el Ayuntamiento por el palacio Zulueta.
18
Millones de euros se gastó la Caja Vital en acondicionar el edificio para albergar el proyecto Krea.
90
Mil euros le cuesta cada año a la Obra Social de la Caja Vital el mantenimiento del edificio a pesar de no estar destinado en la actualidad a ningún uso.