BURGOS - Aun con el reactor apagado, Garoña no deja de producir quebraderos de cabeza. Ayer, el portavoz de Ecologistas en Acción para temas nucleares, Francisco Castejón, aseguró que la propietaria de la central burgalesa, Nuclenor, está soportando un “gasto notable” para mantener la planta abierta, pese a estar parada, para que sea un precedente en el parque nuclear español.
En una entrevista con Efe, Castejón sostuvo que Nuclenor, participada por Endesa e Iberdrola, asume el gasto de mantener abierta Garoña con unos trescientos trabajadores porque aunque parece “algo ilógico” es “una inversión”. “No se trata de mantener abierta esta central”, sino de “prolongar la vida de todo el parque nuclear, apuntó.
En este sentido, recordó que hay otras centrales que también están a punto de cumplir los cuarenta años que se fijaron como periodo de vida útil cuando se diseñaron, como Almaraz I, que los cumplirá en 2020 y Almaraz II, al año siguiente, y que se podrían beneficiar de una prórroga con “relativa facilidad” siguiendo el ejemplo de Garoña.
Castejón considera que el Consejo de Seguridad Nuclear también está contribuyendo a alargar la vida de la central de Garoña, al seguir la forma atípica de “licenciamientos parciales”, en lugar de tratar todo el expediente para resolver la solicitud de prórroga, como se había hecho en las ocasiones anteriores. De esta manera, según el portavoz ecologista, se va “estirando” el periodo de resolución y se ganan meses de vida para el resto del parque nuclear. Además, parte de las especificaciones técnicas que se están aprobando para la instalación nuclear de Garoña son válidas para otras centrales y ya contemplan condiciones para que sigan funcionando más allá de los cuarenta años.
Castejón advirtió de que la fórmula que está siguiendo el Consejo de Seguridad Nuclear en el caso de Garoña está sirviendo para evitar una valoración conjunta de la seguridad de la central burgalesa y el debate sobre una solicitud de prórroga por 17 años, la más larga planteada hasta ahora en España, que permitiría a la central llegar a los sesenta. Otro efecto del sistema de “resoluciones parciales” de la prórroga de Garoña es que “desmoviliza a los grupos ecologistas y a la sociedad”, al convertirse en un tema que se prolonga en el tiempo y en el que se avanza a “pequeños pasos”.
El portavoz de Ecologistas en Acción para temas nucleares aseguró además que en el caso de Garoña se están “vulnerando principios democráticos” al haberse aprobado una ley ad hoc para que la central pudiera seguir sin una orden definitiva de cierre tras su parada voluntaria en diciembre de 2012. También señaló que el Consejo de Seguridad Nuclear, que es nombrado por el Parlamento, está representado por tres miembros del PP y dos del PSOE y debe dar cuentas ante el Congreso, tendría que haber acatado la petición de todos los grupos parlamentarios salvo el popular para detener toda la tramitación del expediente de Garoña hasta que haya un nuevo Gobierno.
Castejón insistió en que tres años después de la parada de Garoña ha quedado de manifiesto que su aportación a la red eléctrica es “prescindible” y no se ha producido ningún problema de suministro porque la central burgalesa producía unos 460 megavatios al año y España tiene una “sobrepotencia” eléctrica de casi 60.000 megavatios. - Efe