Gasteiz - En apenas veinte minutos, tras escuchar al abogado de la acusación, al denunciante, Luis Izaga; y a un testigo, la jueza declaró el caso por supuestas coacciones de dos feministas a los blusas en el paseíllo del pasado 8 de agosto visto para sentencia. Mientras las partes esperaban a que se personaran las dos chicas acusadas, ayer ellas ofrecían una rueda de prensa frente al Palacio de Justicia explicando que no iban a acudir a la vista, y pedían, desde “la buena voluntad y el afán de construir”, que se retire la denuncia y se haga “un ejercicio de reflexión” para cambiar las “actitudes” que se dan en contextos de fiesta como parte de la diversión.
“El debate aquí y ahora no es blusas sí o blusas no, feministas sí o feministas no. El debate que planteamos es si estamos dispuestas realmente a acabar con todas las expresiones de violencia que se ejercen contra las mujeres”, señaló Izaskun Goienetxea, una de las dos acusadas. La otra es Maialen Sáenz de Okariz, también presente ayer en la rueda de prensa junto con varias decenas de personas. Ambas se negaron a comparecer en el juicio porque no admiten que “el movimiento feminista sea criminalizado por ningún colectivo, persona o institución, sea popular o no, que no esté dispuesto a cambiar actitudes de amparo, justificación y defensa de agresores del tipo que sean, en el lugar que sea o en las fechas en que se den”.
Las dos feministas dijeron tener “el derecho y el deber” de enfrentarse a este tipo de expresiones “a pesar de que las consecuencias sociales inmediatas no sean las más deseadas”, y aseguraron que los recientes y dramáticos episodios vividos en Gasteiz de violencia contra las mujeres y contra los menores “son sólo la punta del iceberg. Detrás de esto -afirmaron- hay múltiples violencias: sociales, institucionales, laborales, económicas, verbales, psicológicas o mediáticas, a las que hay que poner freno empoderándonos, organizándonos, saliendo a la calle, tapadas o a cara descubierta, enfrentándonos a cualquiera que no pretenda avanzar en igualdad y perpetuar esta sociedad basada en relaciones de poder económico, social, político y de género”.
Entre las actitudes que denuncian están las “bromas claramente sexistas” protagonizadas por “hombres en grupo”, o las canciones del tipo “maricón el que no bote”, ante las que reclamaron poder enfrentarse aun cuando estén “amparadas en la fiesta, el grupo y el alcohol”. Además, pidieron a los colectivos “claramente masculinizados un esfuerzo por reflexionar, escuchar y cambiar actitudes”. En todo caso, dijeron aceptar las consecuencias que se puedan derivar de toda esta polémica concreta “como parte del necesario debate para avanzar hacia una sociedad más justa e igualitaria”.
Mientras, dentro de los Juzgados, el abogado de Luis Izaga, que presentó la denuncia en nombre de la Comisión de Blusas y Neskas como presidente de la misma, pedía la pena mínima para las dos chicas, una multa de seis euros diarios durante un mes, que suman 180 euros.
Tras el juicio, y con respecto a la petición pública de que se retire la denuncia, Izaga declaraba ayer que nadie se había puesto en contacto con él para solicitárselo, ni tampoco la Comisión había recibido correo electrónico alguno al respecto. “Se ha llegado hasta el final, que sea lo que dictamine la juez y punto, no queremos entrar en más polémicas. Que ellas se dediquen a su actividad, que es muy loable, y nosotros a la nuestra, que es organizar las fiestas”, zanjó.
Por otro lado, no es cierto que la Asamblea de Mujeres de Álava ni el colectivo 7menos20 haya hecho ningún pronunciamiento con respecto a la convocatoria de ayer, en contra de lo publicado en este diario.
Incomparecencia. Las dos acusadas, así como su representación legal, rehusaron ayer comparecer en el juicio por coacciones al que se enfrentaban. En el mismo declararon el abogado de la acusación, Luis Izaga, que interpuso la denuncia en representación de la Comisión de Blusas y Neskas; y un testigo.
Las dos feministas a las que ayer se juzgaba en Gasteiz reclamaron su “derecho y deber” a enfrentarse a las expresiones de machismo del tipo que sean.
El presidente de la Comisión de Blusas y Neskas afirmaba que ni él ni el organismo del que es portavoz han recibido petición alguna de que se retire la denuncia.
180
Euros de multa, la pena mínima, pide la acusación contra las dos jóvenes que irrumpieron en el paseíllo del pasado 8 de agosto.