se acaba un año de cambios políticos en casi todos los niveles institucionales, con un fiel reflejo en Álava; un 2015 de ligera recuperación económica, aunque más en las grandes cifras que en los hogares y en la calle; y un ejercicio marcado especialmente en el ámbito internacional por la tragedia de los refugiados, entre otros muchos titulares que hoy se podrían rescatar. Pasar una simple hoja del calendario no servirá para hacer borrón y cuenta nueva y que los problemas sociales desaparezcan o las tendencias den un vuelco, pero sí que es una excelente oportunidad para reflexionar, desde el ciudadano de a pie al dirigente con responsabilidad, y hacer una lista de propósitos y buenos deseos para los próximos 366 días, que no hay que olvidar que 2016 viene bisiesto. A apenas unas pocas horas de pasar esa hoja, este periódico ha salido a la calle para recopilar los anhelos de distintos vecinos de Gasteiz y algún que otro visitante.
A la vista de la crítica situación que sufren millones de personas en todo el planeta, a la mayoría de estos residentes les resulta difícil rescatar necesidades acuciantes en el ámbito más local, a pesar de que Álava tampoco se está librando del paro o la desigualdad. Isaac Marino, jubilado residente en Gasteiz, se refiere precisamente a este aspecto clave para que la economía siga recuperándose. “Me gustaría que el paro bajase y que la Educación y la Sanidad funcionaran bien, porque los recortes deberían estar prohibidos. Pero sobre todo lo primero, que la economía mejore y que los contratos sean dignos. Si eso funciona bien, todo lo demás irá bien”, anhela Marino, preocupado también por los problemas que acechan a su generación, muchos de cuyos integrantes deben hacer encaje de bolillos para subsistir y ayudar también a sus descendientes. “Espero que Rajoy no me quite la pensión”, anhela medio en serio medio en broma.
Pese a que las cifras de pobreza distan bastante en Gasteiz y el resto del territorio de las que sufren en muchos otros territorios vecinos, María Carrera pone el foco sobre la crítica realidad que atraviesan un buen número de vecinos muchas veces invisibles. “Tenemos que ser todos un poco más humanos, en todos los sentidos. Hay mucha gente en la calle pasándolo mal, y ahí se queda”, apunta esta vecina de la capital alavesa señalando a un sin techo que pide limosna en las inmediaciones. “La gente vamos mucho a lo nuestro y eso no debería ser así”, lamenta Carrera, que aun y todo remarca que la situación económica general es aquí mucho mejor que en otros lugares. “2015 ha sido un año normalito. No para tirarse muchas flores, pero es que hay gente que lo lleva muy mal. No estamos tan mal si miramos a otros sitios”, insiste Carrera. Uno de sus deseos para los meses venideros, mirando ya al ámbito más local, es que esa nueva revolución de la movilidad que se avecina en Gasteiz sea beneficiosa para todos sus vecinos. “No se puede pedir todo para todos, pero espero que todos los barrios tengan un buen transporte público”, desea esta residente.
precios públicos Transporte público al que también se refiere Francisco Javier Albújar, vecino de Abetxuko, que concretamente pone el foco en el incremento de tarifas que éste ha experimentado en los últimos años. Ayer, para desplazarse desde el barrio hasta el centro de la ciudad con sus hijos en tranvía, Albújar tuvo que desembolsar cinco euros.
“Pediría que el transporte público no sea tan caro, porque no ha hecho más que subir”, remarca este vecino, que hace extensible su queja a otros precios públicos y tampoco tarda en referirse a la difícil situación económica que atraviesan muchos vecinos de la ciudad, pese a la aparente mejora de la economía. En su caso, además, está pendiente del posible cierre de su empresa por problemas económicos. “Yo sólo espero que mejoren las cosas, el trabajo y que todos estemos bien de salud. A ver si sale esto adelante y despega, porque dicen que está despegando y no es cierto. Se nota a pie de calle. Hace un tiempo, para llegar de las afueras al centro en coche igual necesitabas media hora, pero ahora lo haces en cinco minutos porque está todo mucho más parado. Lo mismo pasa en los talleres de coches, que no trabajan”, enumera este vecino.
Zuriñe Fernández, otra gasteiztarra, extiende sus deseos a un ámbito más internacional, donde espera que el nuevo ejercicio traiga “un giro de 180 grados en todos los sentidos”, tras un 2015 que “personalmente ha sido igual que todos los demás”. “No sé qué decir desde un punto de vista más local para que no sea una burrada, pero me gustaría que la gente sea más responsable de su sitio”, anhela Fernández después de darle unas cuantas vueltas a la cuestión planteada por este periódico. “Espero que haya un acolchonamiento mundial. Que la gente pueda vivir sin preocuparse de sus necesidades más básicas”, zanja.
Gaditano aunque de visita en Vitoria durante estos últimos días, Nacho Sancho también anhela un ejercicio de mejora económica, más aun en una tierra como la suya donde las cifras de paro han mostrado su peor cara durante la crisis. “Para 2016 pido lo típico, trabajo para todos, que es muy importante, y mucha salud, porque si la tienes es la clave de la vida”, asegura Sancho. Por lo demás, este visitante desea que haya “paz en el mundo”, porque “es muy importante aunque suene peliculero”, y que las buenas palabras de las formaciones políticas que abanderan el cambio “tengan su reflejo en el día a día”.