No hay nada más especial que el brillo de ilusión en los ojos de un niño. Y nada más triste que una mirada sincera de una criatura huérfana de alegría. Estas fechas navideñas lo son, sobre todo, por y para los más pequeños de cada casa. Su mera presencia matiza y mejora los adornos, las viandas y los sentimientos. Sin embargo, no siempre es posible la sonrisa de un crío. Los hay que viven y padecen condiciones muy difíciles por diferentes circunstancias. Varios de ellos se encuentran ingresados en las camas de las habitaciones de Pediatría del Hospital Universitario de Álava ante diferentes problemas de salud. Y ahí es donde ayer decidieron interceder los Bomberos de la capital alavesa. Ni cortos ni perezosos se presentaron en el recinto hospitalario con el camión escala para intentar recuperar la sonrisa de los jóvenes pacientes durante estas fechas de Navidad. Visto lo visto, lo consiguieron.

Desde el retén se armaron con todo tipo de artículos relacionados con su trabajo, como cascos de juguete, gorras y, sobre todo, sacos de ilusión para los más pequeños. Los efectivos se subieron a la autoescala y con las luces y sirenas preparadas para la ocasión accedieron a Txagorritxu y elevaron la escalera móvil de la dotación para asegurar una entrada en una de las ventanas del área de Pediatría. Desde allí pasaron habitación por habitación con su misión más complicada: devolver un poco de ilusión a los ojos de los jóvenes pacientes. - DNA