Las familias con niños en edad escolar de los nuevos barrios de la capital alavesa tienen claro desde hace ya varios años que sólo mediante una movilización constante y ruidosa, mediante la fiscalización exhaustiva de la gestión de las instituciones, conseguirán que sus hijos e hijas cuenten con las infraestructuras necesarias para recibir una educación digna. Ha pasado en Zabalgana, donde la construcción del colegio de Mariturri -que abrirá sus puertas en unas pocas semanas-, o del de Aldaialde, o del instituto -en estos dos últimos casos los centros no estarán operativos hasta dentro de un par de años- ha costado muchas reuniones, denuncias a la prensa, manifestaciones y horas del tiempo libre de las familias.

En Salburua la situación no es diferente. Se trata de un barrio de más de 15.000 habitantes que dispone de un único colegio de Primaria, que carece de instituto y que está a la espera de un segundo centro escolar, Errekabarri, que arrastra consigo una historia digna de mención. Hace ya dos años y medio que las familias reclamaron al Gobierno Vasco su construcción, Educación recogió el guante y pidió al Ayuntamiento de la capital alavesa que le cediera la parcela EQ33 del sector 11 de Ibaialde para ponerse a la tarea. Y no se supo más. Durante meses y meses los padres y madres esperaron en vano, y sólo con el cambio de gobierno en el Ayuntamiento descubrieron que la institución municipal no había respondido al requerimiento y que el ejecutivo vasco no había vuelto a preguntar sobre la cuestión.

Y no sólo eso, lo que debía ser un mero trámite tenía también sus dificultades. Como recuerda la asociación Salburua Burdinbide en su página web, el Ayuntamiento redensificó la parcela, destinada inicialmente sólo a equipamientos, cuando Patxi Lazcoz era alcalde, y dio cabida a empresas constructoras, ahora copropietarias de la misma y que deberán ser indemnizadas para dejar libre el terreno a los chavales.

Nada que no se pudiera solventar, en todo caso, pues el actual equipo de gobierno va a firmar un protocolo con Educación por el cual el Gobierno Vasco se compromete a iniciar los trámites para la adjudicación de las obras, mientras el Ayuntamiento se dedica a negociar con los propietarios privados. La idea es que a mediados de 2016 empiecen las obras y los 240 alumnos que cada día tienen que desplazarse hasta el saturado colegio Cándido Ruiz de Garibay de Zaramaga empiecen a ver sobre el terreno su futuro centro escolar, que abrirá en el curso 2017-2018. La parcela está ubicada en el cruce de las calle Bulevar de Salburua y Paseo de la Ilíada, junto a las vías del tren y muy cerca del nuevo centro cívico del barrio.

inversiones costosas En todo caso, construir un colegio no es igual que instalar un parque infantil. Por ejemplo, el instituto de Zabalgana, ya constituido administrativamente pero cuyos alumnos van a estudiar a Lakua cada mañana, va a costar la friolera de 13 millones de euros, una inversión muy fuerte, pero no menor que la de la estación de autobuses (cerca de 20 millones de euros), las oficinas municipales de San Martín (más de 30 millones, que el Ayuntamiento paga a plazos bajo la fórmula del alquiler con derecho a compra), o el tranvía (100 millones de euros), obras todas ellas muy necesarias y para nada superfluas, pero no más importantes que un centro escolar. Se trata además, tanto en el caso de Salburua como en el de Zabalgana, de barrios nuevos pero no tanto, pues comenzaron a habitarse hace ya más de una década.

Por ello, desde Salburua Burdinbide lamentan haberse fiado y “esperado pacientemente” durante años y no ejercer una presión social que ya este otoño se ha dejado sentir. Las familias se han concentrado en la parcela, se han solicitado reuniones con el Ayuntamiento, se ha publicitado la situación que se vive en el barrio y el tema se ha desbloqueado a pesar de la redensificación y de la mala situación económica de las instituciones.