gasteiz - Ni por asomo se imaginaría usted hace un año que iba a acabar el 2015 como portavoz del PSE en el Consistorio y apoyando a un gobierno del PNV. ¿Le hubiera gustado que las cosas se hubieran desarrollado según el guión previsto, y jubilarse?
-No me hubiera imaginado esto, pero habiendo pasado el momento estoy encantado. La actividad municipal, el día a día, es muy estresante, pero a mi me gusta y ya no pienso en lo que pudo ser. Estoy a gusto, trabajando bien, con mucho ritmo porque la actividad es frenética, pero a gusto.
En junio todos los grupos municipales salvo el PP parecían ir de la mano para abrir una nueva etapa en la ciudad. Las cosas han cambiado mucho desde entonces...
-Pero eso es normal, no somos todos iguales, podemos coincidir en algunas cosas, pero luego cada uno tiene sus propias posturas y eso es lo que enriquece, si todos pensáramos igual no sería tanto aburrido como poco enriquecedor para la vida de la ciudad. Ahora somos más grupos que antes y eso va a aportar más posiciones, más ideas... lo importante es ponerlas sobre la mesa y lograr acuerdos para que la ciudad avance. Lo raro sería lo contrario, que todo el mundo dijera amén ante cualquier tema. Ni siquiera estando juntos en el gobierno hay que coincidir en todo, yo cuando veo diferentes partidos en los gobiernos veo que hay cosas en las que se diferencian. A mí no me parece negativo, es positivo y enriquecedor para que lo que salga del Ayuntamiento lo haga con el mayor consenso y con las mayores aportaciones y matices posibles; eso es lo bueno de la democracia. En España venimos de un gobierno con mayoría en el Parlamento y eso no ha enriquecido nada, lo importante es poder confrontar ideas.
Ustedes son ahora el único pilar que sostiene al gobierno de Urtaran. ¿Cree que tras el 20 de diciembre la situación dará un giro y habrá más apoyo en el Pleno a las políticas del gobierno?
-Son elecciones generales y los temas que se ponen sobre la mesa tienen poco que ver con el tranvía, el agujero, el Presupuesto y los recortes al movimiento asociativo, que nosotros mejoramos de forma importante dándole un matiz de izquierdas... No es comparable. Si habláramos de unas municipales, donde los temas que se ponen sobre la mesa son nuestras competencias, sí, pero no creo que del día 19 al 22 cambien radicalmente las cosas, seguiremos teniendo los mismos problemas. Salga quien salga, eso no va a cambiar.
¿Cómo defendería usted los Presupuestos de sus socios, que no encuentran respaldo en la Corporación?
-Hay que ser realistas. A la hora de hacer un Presupuesto tienes que tener en cuenta los gastos obligatorios, este año tenemos el agujero, y después, en lo que queda, en lo que puedes decidir, es donde nosotros hemos metido cosas que nos parecen importantes. Los centros de mayores, los agoraspace, las demandas del movimiento asociativo, al que tenemos que ver como un complemento, porque llegan adonde no llegamos nosotros en nuestra competencia... Ahí hemos introducido muchas demandas de los ciudadanos y las asociaciones que llegan a nuestros despachos. A la vuelta de vacaciones mandamos una carta a todos estos movimientos e inmediatamente nos contestaron, y esa influencia se nota. Hay mucha diferencia entre que haya un 20% de bajada para todas las asociaciones del espacio sociosanitario o que no la haya. A todos nos gustaría tener la caja llena y hacer de todo, pero esto es lo que tenemos, no hay dinero suficiente.
¿Sienten entonces que se les ha dejado margen para dejar su sello?
-Sí. No me han dicho a nada que no tajantemente, me plantean ponerlo de otra forma, ponerlo en otro lado, cuestiones técnicas, pero el matiz de izquierdas está ahí.
EH Bildu reclamaba que no hubiera costes sociales ni laborales para apoyar las Cuentas de Urtaran. ¿Cabe la posibilidad de que finalmente no sea así?
-Está bien que el resto de grupos de la oposición participen y aporten, a mi me parece bueno que entren a negociar con el equipo de gobierno. Está complicado, es cierto, porque como digo la limitación de recursos es la que hay y el Presupuesto está cuadrado, si quieres poner cosas nuevas en el gasto hay que pensar también en los ingresos, si no el interventor no nos va a dejar. De todos modos, yo creo que todavía hay margen para que la oposición pueda aportar y dejar su parte en el Presupuesto, que se vean reflejados aunque no sea al 100%. Lógicamente hay que dejar pelos en la gatera en una negociación, sea de lo que sea, habrá cosas a las que tendrás que renunciar o dejarlas para el año que viene, pero la legislatura son cuatro años y no podemos pretender que todo se haga en el minuto cero.
¿Está la ciudad tan mal financieramente como parece o en el diseño de las Cuentas se ha tirado un poco por lo bajo para tener margen de negociación? No sería la primera vez que sucede.
-La cosa está tan mal como parece. Nosotros no hemos entrado directamente al Presupuesto, primero hemos hablado de cómo buscar soluciones para el agujero, y luego lo hemos pasado al Presupuesto, con lo cual teníamos los deberes hechos antes de hacer las Cuentas. Primero se cubre lo ordinario y obligatorio, luego el agujero. Por lo tanto, parte de la negociación del Presupuesto era el agujero porque iba a influir, y ese agujero no está engordado, tenemos ese problema porque en la legislatura anterior pensaron que iban a volver a gobernar, pero al final no han estado ellos y además no sabíamos que ese agujero existía, porque no han dejado de hacer cosas, las hacían y guardaban las facturas.
Durante muchos meses ha habido una importante crispación en esta ciudad a cuenta de la campaña sobre las ayudas sociales emprendida por el anterior alcalde, Javier Maroto. ¿Percibe que ha bajado el suflé?
-Sí, ya no se oyen los bulos aquellos de entonces, han desaparecido. En la legislatura anterior le planteamos al equipo de gobierno que hiciera algo para que eso bajara, y simplemente ha bajado con el cambio de gobierno, sin más, la gente está menos crispada. Lo que pasaba dentro fue saliendo fuera y al final, el culmen, el momento álgido fue la división en la calle en la toma de posesión, en la plaza, que para mí, un responsable público, me parece lo peor de lo peor que puede ocurrir. El resultado de todo aquello es que la gente no se pegó porque estaba la Ertzaintza enmedio. No hay responsable público que pueda sentirse orgulloso de haber propiciado eso, es lo último que hay que hacer. Pues ahora eso creo que ha desaparecido, estamos en una situación diferente, miramos todos al futuro, a la movilidad, el tranvía hasta aquí o hasta allá, el BRT, comprar los autobuses que hacen falta... Nada conseguimos si vamos atrás y pensamos todo el rato en lo que pasó. Ya pasó. La ciudadanía quiere que la gente tenga trabajo, que lleguen las ayudas a quienes las necesiten, que demos solución a la línea 6 o la 10, que una mujer con coche de niño o silla de ruedas no tenga que dejar pasar tres autobuses, ése es el reto de la legislatura. La práctica nos enseña que conforme nos dedicamos a trabajar en lo que hay que hacer lo otro va a desaparecer. No estamos económicamente mejor, seguimos con 20.000 parados... ¿Qué ha cambiado? Que ya no hay quien esta instigando permanentemente, nos ven que estamos trabajando y entonces se baja el pistón, desaparece la crispación, que en nada ayudaba a solucionar el día a día del ciudadano, que es lo que tenemos que hacer.
¿Ve otra actitud en el grupo municipal del PP a medida que al otro lado del Pleno el respaldo a Urtaran ya no es tan sólido?
-El PP ha cambiado porque no va a presentar enmienda a la totalidad, presenta muchas enmiendas porque no puede dejar que todo salga contra lo que ellos plantean, pero sí se les ve un cierto movimiento en ese sentido. Ya veremos qué va pasando en el debate, hay que discutir las enmiendas de unos y otros, cómo se toma cada uno que se acepten unas enmiendas y se rechacen otras, pero no hay una actitud de confrontación visceral, como en la anterior legislatura, hay más intentos de llegar a acuerdos, se está más propositivo, se intenta aportar y tirar para adelante. Eso sí, cada uno con sus matices, cada uno hemos ido a las elecciones con unos programas, ahora no puedes plantear lo contrario.
¿Entrarán al gobierno municipal después de Navidad?
-Ahora a mí eso no me preocupa nada porque hay problemas mucho más importantes para la ciudad. Cuando llegue el momento lo decidiremos en el partido, el grupo municipal, yo mismo como portavoz, las ejecutivas, y tomaremos la decisión que sea. Tampoco a mí me genera eso una angustia o un estrés especial, estamos colaborando con el equipo de gobierno, estamos siendo leales, mantenemos nuestras posiciones allá donde hay diferencias y colaborando en lo que toca. Ya está. ¿Si entramos puede cambiar algo? De cara a solucionar los problemas de la ciudadanía esto no va a influir mucho. Cuando llegue llegará, ahora hay muchas cosas encima de la mesa de las que preocuparnos, son problemas importantes a futuro y tenemos que atinar en la respuesta.
Desde el punto de vista meramente operativo es más fácil gobernar con ocho concejales delegados que con cuatro.
-Es complicado gobernar con cuatro concejales delegados, pero se ha habilitado un sistema, un equipo, y aunque al principio daba un miedo terrible, poco a poco el gobierno le va cogiendo el truco, van teniendo una mayor relación con directores y responsables de departamentos, y es normal que sea así. Las cosas van funcionado, no tengo la percepción de que Vitoria se haya parado, todo lo contrario. Yo planteo cosas en las comisiones y me da vértigo la respuesta comparado con lo que había antes. Preguntabas algo, no había respuesta, esperabas un par de meses, volvías a preguntar, no te respondían... El otro día planteé una cuestión para Aranbizkarra. Me llamaron los padres de una guardería porque había un sumidero roto por el que entraban y salían ratas. Lo planteé a las once de la mañana y a las cuatro de la tarde los padres me llamaron para decirme que estaba la tapa puesta. Pueden parecer pequeñas cosas, pero al ciudadano le importa eso, su barrio, su calle. Yo veo que hay mucha agilidad, han conseguido encontrar, yo creo, un sistema con el cual entrar en el gobierno no es una prioridad. Y en general se trabaja. Yo miro mi larga experiencia en el Ayuntamiento, quizá demasiado larga, y me dice que la cosa está funcionando bien. Yo he visto épocas, con más cargos de confianza, y no era lo mismo. Muchos días salgo a las ocho o las nueve y hay muchos concejales en los pasillos, antes aquí por la tardes había un silencio sepulcral, no venía nadie.