El diputado general inició oficialmente las negociaciones presupuestarias el pasado 21 de octubre. Su objetivo pasaba por diseñar “un presupuesto muy diferente al del gobierno foral anterior”.

El portavoz juntero de la coalición abertzale recordaba esta semana que su partido podía, por primera vez, influir en los presupuestos de Álava para “iniciar el camino del cambio” en el territorio.

El PP optó finalmente por no presentar una enmienda a la totalidad del proyecto de cuentas forales, aunque según su portavoz juntero se trata de unos presupuestos “clientelistas”.

dos meses después del pistoletazo de salida oficial a las negociaciones presupuestarias, la Diputación alavesa va a comerse las uvas con la tranquilidad de saber que en 2016 va a poder gestionar unos presupuestos propios. La opción de prorrogar los anteriores, renovados tal cual a su vez respecto al tercer curso de la legislatura popular, ha quedado ya diluida definitivamente. Ni EH Bildu, próximo socio presupuestario salvo sorpresa del gobierno foral, ni el Partido Popular decidieron presentar enmiendas a la totalidad del proyecto de cuentas de PNV y PSE, así que ahora tan solo resta saber cuántas y por qué cuantía son las enmiendas que se acaban introduciendo en los presupuestos finales del próximo curso.

Tras semanas de conversaciones entre el diputado general, Ramiro González, y el portavoz juntero de EH Bildu, Kike Fernández de Pinedo, el proceso está cerca de tocar a su fin. Según marca el calendario de las Juntas Generales, el martes vence el plazo para la reconsideración de enmiendas parciales, mientras que los días 22 y 23 la comisión de Hacienda, Finanzas y Presupuestos abordará en doble sesión los cambios al proyecto de cuentas para que el 29 se celebre el Pleno de ratificación, al que las fuerzas de la Cámara foral acudirán ya con las cartas puestas encima de la mesa.

A la espera de cerrar el acuerdo entre jeltzales y abertzales, EH Bildu aportaría ahora mismo alrededor de 6,5 millones de euros a los presupuestos de 2016, con base tanto en las 43 enmiendas parciales presentadas el pasado miércoles como en sus propuestas ya incluidas en el proyecto anunciado por el gobierno foral el pasado 13 de noviembre, que suma un total de 438,2 millones de euros, un 3,04% más que el pasado año. Como ambas formaciones han admitido desde los primeros compases, la sintonía entre unos y otros fue, probablemente por motivos muy distintos, especialmente buena.

El propio Fernández de Pinedo asumía hace poco en una entrevista a este periódico que “en política hay que ser utópico y realista al mismo tiempo”, y en este caso PNV y EH Bildu, muy distanciados en mil y una cuestiones, han acabado tirando de pragmatismo y acordando, salvo sorpresa, un cambio de rumbo para Álava. Los primeros eran conscientes de que los alaveses no entenderían un apretón de manos con el PP como protagonista después de que los resultados electorales apostaran por el cambio al frente de la Diputación. Los segundos vieron desde el inicio la oportunidad, por primera vez en su historia, de influir en los presupuestos forales para plasmar con números, negro sobre blanco, el citado cambio de rumbo en el territorio.

Donde, en cambio, la coalición abertzale no ha podido influir, al menos como estimaba, ha sido en los otros dos partidos de la Cámara foral con los que forma un bloque de izquierdas ad hoc, compartiendo votos para aprobar algunas mociones que el propio ejecutivo foral hubiera preferido que no salieran adelante, como la apertura de un debate a principios de año para revisar la política fiscal del territorio.

fricciones y críticas Así, aunque Fernández de Pinedo había instado a Podemos e Irabazi a implicarse también, por su cuenta, en las negociaciones con la Diputación para acordar la inclusión de sus propias enmiendas con vistas a un gran pacto presupuestario, los dos partidos optaron finalmente por presentar enmiendas a la totalidad de las cuentas, como también hizo Ciudadanos. De hecho, el acercamiento entre PNV y EH Bildu ha suscitado el primer roce entre las tres fuerzas, especialmente en Podemos, cuyo portavoz Koldo Martín recriminó a la coalición soberanista que “haya acordado ya las cuentas con el PNV” y que además lo haya hecho “sin incluir a las demás fuerzas de izquierdas”.

Mientras tanto, en Irabazi parece que no pierden la esperanza de tumbar entre los tres el proyecto presupuestario y ha propuesto a Podemos y EH Bildu un pacto para crear unos presupuestos “más sociales”. Las tres formaciones se reunirán el martes por la mañana, a instancias de Irabazi, para tomarse el pulso y tantear el terreno, pero no parece que el deseo de la agrupación formada por IU y Equo vaya a acabar cristalizando más allá de esa reunión.

piropos e insultos Por su parte, el convidado de piedra a la fiesta presupuestaria de este año ha sido el Partido Popular. Y no será porque no ha intentado asumir protagonismo, pues su portavoz juntero, Javier de Andrés, ha ido casi a dos ruedas de prensa por semana desde que el acuerdo PNV-EH Bildu se anticipaba ya como algo más que plausible. De hecho, entre el diputado general y su predecesor en el cargo ha habido más diálogo frente a los micrófonos que cara a cara, y cada declaración de uno y otro se convertía en una palada más de tierra para el posible apretón de manos.

Por si las líneas rojas marcadas por el PP desde el pistoletazo de salida -la luz verde a los proyectos de la N-124 y la variante de Saratxo- no eran un indicador lo suficientemente diáfano, pues el gobierno foral no está dispuesto a ponerlos en marcha, Ramiro González dejó bien claro el pasado jueves que las palabras que Javier de Andrés ha dedicado a su proyecto durante estas semanas no le han sonado precisamente a piropos. “Ha calificado constantemente nuestros presupuestos como clientelistas al mismo tiempo que decía que quería negociar. Supongo que todo ha sido una pose para dar cierta imagen de apertura de cara a las elecciones del 20D, porque me resulta difícil creer a alguien que dice que quiere negociar contigo mientras se dedica a insultarte”, zanjaba el diputado general.

El llamamiento de Irabazi. EH Bildu, Podemos e Irabazi se reunirán el martes por la mañana a instancias de los últimos tras el emplazamiento de su portavoz, José Damián García, que parece no perder la esperanza de pactar unas cuentas de forma “coordinada” entre los tres grupos de izquierda, tras “sopesar la propuesta de la Diputación y valorar las explicaciones dadas por EH Bildu sobre las partidas negociadas con el PNV y el PSE”.

438,2

El proyecto presupuestario foral para 2016 asciende a 438,2 millones de euros, un 3,04% más que el del año pasado, último de la legislatura del PP, prorrogados respecto a los de 2014.