lanciego - No hay fisuras. Los productores, los trujales, los comercializadores y, por ende, los técnicos y la propia Mesa del Aceite coinciden en afirmar que se está avanzando en calidad, que el aceite de oliva virgen extra que se elabora en Álava está logrando los mejores niveles y que aún queda más margen de maniobra.
Para Bonifacio Silva Moreno, agricultor nacido en Torrecilla en Cameros y afincado en Lapuebla de Labarca, los olivos están muy bien este año “y la verdad es que no nos quejamos de la producción que traen en esta campaña. Están muy bien”, comenta mientras trabaja con una vareadora de gasoil, rama por rama, y van cayendo las olivas sobre la rafia que se ha extendido a todo ancho de la copa del árbol. “De cada uno de los olivos podemos sacar de 15 a 20 kilos que se transforman en unos cuatro litros de aceite de oliva virgen extra”.
Bonifacio recibe la ayuda de Pedro M. Morales, propietario también de los viñedos, que le deja el trabajo con la vareadora, mientras él se ocupa de ‘rastrillar’ las olivas más perezosas en caer y en ir llenando los sacos de arpillera. “Los tiempos están cambiando y ahora vamos con máquinas. De cogerlos a ordeño a hacerlo con máquina supone pasar de mes y medio de trabajo a una semana en una parcela como ésta. Además el cuello y la espalda sufren menos al llevar el cesto colgado” y explica que como siempre quedan olivas en el árbol las retiran con un rastrillito.
Pedro Morales colabora, pero reconoce que está traspasando la gestión a Bonifacio. Él es un hombre mayor que siempre ha tenido relación con estos impresionantes árboles. “El olivo en Rioja Alavesa ha sido toda la vida para casa”, reconoce, y añade que antes se recogía más oliva que ahora. “Mi impresión es que hace diez años se plantaban más olivos que ahora, pero también se han quitado muchos. Nosotros, en Lapuebla, éramos de los que más olivas cogíamos antes, pero ahora ya es más general”. Mientras termina de llenar otro de los sacos, advierte de que “los que más viñas tienen menos olivos suelen poseer porque si están en un sitio no acuden al otro. Parece mentira, pero el olivo tiene mucho trabajo. Entre la poda y los venenos, labrarlos? no es que sea mucho gasto, pero lleva trabajo”.
Se nota en el trabajo de campo otro talante y a ello no ha sido ajena la Mesa del Aceite y el Olivo de Rioja Alavesa, que es quien ha puesto de acuerdo a todos los implicados en este cultivo-negocio para promocionarlo, al margen de polémicas y tensiones.
Gorka Mauleón es el presidente de esta Mesa, y alcalde de Lantziego, quien confirma que las labores se han adelantado este año hasta el punto de que “quizás haya sido la vez que se ha hecho más pronto en Rioja Alavesa y tal y como se preveía la cantidad es alta, muy buena”. Señala que afortunadamente el aceite de la comarca lleva encadenados varios años buenos y eso supone mantener una línea de calidad que da prestigio al producto.
Esos adelantos no son fortuitos. “En la Mesa continuamos con un estudio de maduración de la oliva, con el que hacemos molturaciones en diferentes estados de madurez para ver cómo podemos extraer el máximo de esta variedad Arroniz, que, como es casi única en el mundo, hay que conocerla a fondo”, explica. Por eso es la calidad lo que más importa en estos momentos. Y mantener un nivel alto de producción media, sin altibajos. “Hay muchos bodegueros que llevan aceite propio, aunque en cantidades pequeñas. Lo van sacando al mercado nacional y exterior, pero creo que lo importante en estos momentos es el mercado local, el de Euskadi”. Por cierto, que el presidente de la Mesa adelanta que la Feria del Aceite se celebrará en marzo del año que viene y ya se está trabajando en la organización.
En los trujales hay poco tiempo para descansar. En el de Lantziego contratarán a seis personas para molturar y hacer todas las tareas, mientras que los de Moreda de Álava, La Equidad, y en el Trujal-Almazara de Oion se recibe y moltura a la mayor rapidez antes de que los fríos que han entrado ya este fin de semana dañen los aromas del futuro aceite.
José Manuel Ceballos, gerente del Trujal La Equidad, también destaca que la campaña ha comenzado antes, “como ha ocurrido con otros productos, como la uva, la fruta o la huerta”. Confirma que en este adelanto de recogida ha influido la estrategia de varear antes porque se están haciendo pruebas de índices de madurez para ver cómo resulta mejor, “si resulta mejor cogerla más verde para que no pierda aromas antes de que comience a helar”.
En principio, las primeras catas que se están realizando están saliendo muy buenas, por eso consideran que es un acierto el adelanto. Y reconoce que, “de hecho estamos valorando adelantarlo más para conseguir más calidad. No es que le vaya a dar más sabor, que se lo dará al principio, algo más de amargor y picor, sino que ganará en aromas”. Para eso insisten en ir haciendo las pruebas y parece que las distintas muestras van dando la razón de que “hay que buscar un equilibrio: ni muy, muy verdes, ni muy, muy maduras”.
En términos muy similares se manifiesta Mari Cruz Arce Martínez, del Trujal Almazara de Oion. Asegura que la oliva está llegando buenísima y adelantada e insiste en que “hay que cogerla ya, porque viene el frío, con lo cual el aceite que hasta ahora ha salido extraordinario, después, con el frío, seguirá siendo bueno, pero cada vez peor”. El Trujal de Oion lleva 15 años trabajando en la comarca y conocen a la perfección los lugares a los que está llegando el aceite de Rioja Alavesa. “Las bodegas van haciendo su aceite y este sale por todo el mundo: Japón, China, Estados Unidos, Alemania, Rusia, por todas partes”.
En este trujal el proceso de preparación de las olivas es mas o menos igual que en todos los sitios, pero aquí lo extreman hasta el punto que se lava la aceituna. “Antes no lo hacíamos porque se cogía a ordeño y no hacía falta, Ahora cada vez se van mecanizando más y traen más piedras, más barro y ramas y por eso hemos puesto una lavadora y la aceituna entra limpia en las máquinas”. Por eso no es de extrañar que cuando la gente lo prueba dice que está riquísimo. “Y no lo digo porque yo haga el aceite. De hecho si los pruebas, estos aceites saben mucho mejor que los andaluces. Y no solo en cuanto a calidad, sino organolépticamente”.
Eso es lo que afirma una comercializadora, Mari Luz Garrido, de Bodegas Ondalán, de Oion cuando comenta que “nosotros sentimos el aceite como un vínculo inseparable de lo que es el viñedo. El que tengamos ahora una presencia testimonial en los mercados con nuestros aceites ha sido un refuerzo para unir la calidad del vino a la calidad del aceite y potenciar de esa manera la máxima expresión del terruño, de donde estamos, de Rioja Alavesa”.