Un mural comunitario es más, mucho más, que una obra de arte. Se trata de una poderosa herramienta que nace del trabajo en equipo, se alimenta del aprendizaje de los voluntarios y la experiencia de los profesionales, y fructifica en una imagen que, sea cual sea su temática, narra la riqueza de todo ese proceso colaborativo. Por eso, desde que esta manera de entender la transformación de los espacios aterrizó en Vitoria en 2007, con el Itinerario La Ciudad Pintada, no ha dejado de extenderse. Como una pandemia altamente contagiosa que sólo la falta de apoyo institucional ralentizó, las brochas fueron viajando desde el Casco Viejo hacia los barrios. Y al fin, han acabado traspasando las paredes invisibles de la capital. El Ayuntamiento de Llodio y la escuela de Lamuza han llamado a las hermanas Werckmeister, responsables de la ruta gasteiztarra, para convertir la tapia del colegio en un escaparate que humanice el entorno en el que se ubica, que recientemente fue acondicionado con un parking y unos juegos infantiles.

Y claro, la empresa vitoriana no pudo resistirse a la invitación. Mañana mismo empieza el taller para diseñar el mural. Entre los participantes se encuentran la Asociación de Madres y Padres de la ikastola, el Consistorio de Llodio y unos cuantos vecinos del barrio. Además, se ha habilitado un blog, https://murmuro.lamuza.blogpot.com.es, para que todas las personas interesadas en el proyecto transmitan sus ideas o hagan seguimiento del proceso de creación. Cuantas más aportaciones haya, más enriquecedor será el camino y mejores los resultados. Si algo tienen muy claro los impulsores de la iniciativa es que van a esforzarse por convertir la pared de la escuela “en un nuevo monumento” del, por y para el pueblo.

La labor promete un antes y un después de los que no se olvidan. El lugar donde se va a intervenir es un muro de retención que se encuentra ahora mismo “en muy mal estado”, por lo que proporciona “una imagen incongruente en la zona”. Gracias al proyecto de Werckmeister, pasará a convertirse “en una portada” de 200 metros cuadrados de la que presumir, que hablará de convivencia, diversidad y educación en comunidad. Ahora bien, con qué dibujos o colores, ya es cosa de todos los participantes. Las reuniones de trabajo colectivo con vecinos y la chavalería empezarán mañana con una primera sesión a las 17.30 horas. Habrá otra el 12 de diciembre de 11.30 a 13.00 horas y una tercera el 19 de ese mes. Todas en la escuela de Lamuza.

Después de las tormentas de ideas y la definición del diseño, el proyecto saltará a la calle. Eso sí, como la pared está tan decrépita y padece problemas de humedad, la intención es construir una segunda superficie a treinta centímetros de la existente, hecha de chapa de aluminio, y ejecutar la obra sobre la nueva fachada. “El mural se pintará directamente sobre esta superficie sólo en parte, ya que se pedirá a los vecinos y vecinas de Llodio que se manchen las manos pintando parte del diseño sobre una tela técnica que posteriormente se incorporará de forma permanente al mural”, apuntilla Werckmeister, acostumbrada ya a lidiar con todos esos inconvenientes tan característicos del arte al aire libre y a ras de suelo.

La obra irá tomando forma en la pared a lo largo de la primavera, aprovechando que las condiciones climatológicas son más benevolentes que en invierno. Y si los plazos siguen su curso, sin sobresaltos, para el próximo mes de junio podrá celebrarse la inauguración del mural. De la obra y de una gran experiencia. La de hacer cosas que jamás uno hubiera imaginado que podía hacer a lo largo de un singular proceso de aprendizaje y de empoderamiento, compartiendo objetivos y espacios de encuentro con otras personas que pueden tener diferentes maneras de entender la realidad, construyendo la conciencia ciudadana de que es posible contribuir como parte de un todo a la humanización del espacio urbano.

El muro. El lugar donde se va a intervenir es una pared de 200 metros cuadrados que separa el colegio de Lamuza de una zona acondicionada recientemente como parking y espacio de juegos infantiles. Se encuentra en muy mal estado de conservación y sufre importantes problemas de humedades.

El objetivo. La idea es transformar esa pared en una portada que humanice el espacio a uno y otro lado. El mural hablará de convivencia, diversidad y educación en comunidad.

La técnica. Debido al estado de la pared, se construirá una segunda superficie a treinta centímetros de la existente, hecha de chapa de aluminio. El mural se ejecutará sobre esta nueva fachada. También se trabajará sobre una tela técnica que se incorporará a continuación a la obra permanentemente.

Las fases. Las reuniones de trabajo para definir la idea se celebrarán mañana, el 12 de diciembre y el 19 de ese mes. El mural se pintará a lo largo de la primavera, aprovechando que las condiciones climatológicas son más benevolentes que en invierno, y se inaugurará en el mes de junio de 2016.

La empresa Werckmeister, responsable del Itinerario Muralístico La Ciudad Pintada de Vitoria, llega a Llodio dispuesta a plasmar su particular visión de hacer muralismo público. Una manera de trabajar que no podría entenderse en Llodio sin la participación tanto de estudiantes, como de padres y madres y vecinos de la localidad. Por eso mismo, se ha habilitado un blog, ‘https://murmuro.lamuza.blogspot.com’, para que todas las personas que estén interesadas puedan aportar sus ideas y seguir el proceso.