gasteiz inició el camino para convertirse en Ciudad Amiga de la Infancia el pasado viernes 6, durante la celebración de un Pleno municipal. Allí, la aprobación por unanimidad de una moción del grupo Sumando-Hemen Gaude para que la capital alavesa dé los pasos necesarios hacia esta distinción demostró que, al menos sobre el papel, el consenso en la materia está garantizado. A grandes rasgos, ser una ciudad amiga pasa por trasladar al ámbito local la Convención sobre los Derechos del Niño, un tratado de 54 puntos que supuso el primer instrumento internacional en reconocer a los más pequeños como agentes sociales y titulares activos de sus propios derechos. Este viernes, precisamente, se celebra el 26 aniversario de la aprobación del tratado por parte de la Asamblea General de Naciones Unidas, cuyo fondo para la infancia, Unicef, es el precursor de esta red de urbes comprometidas con los derechos de los niños. Un 20 de noviembre que, de paso, también pasó a convertirse en su Día Internacional.
¿Pero qué iniciativas concretas hay que llevar a cabo para convertirse en una Ciudad Amiga de la Infancia? Entre otras cosas, las ciudades deben reconocer el derecho de los pequeños a que sus voces, ideas y opiniones sean escuchadas y tenidas en cuenta en sus familias, comunidades y vida social, deben actuar también bajo la premisa de que las aportaciones de los niños sirven para crear un espacio de convivencia mejor para el conjunto de la ciudadanía, tienen que velar para que todos los pequeños reciban servicios básicos como la Sanidad y la Educación y que sean protegidos de la explotación, el abuso o la violencia, pudiendo caminar solos y con seguridad por las calles.
Además, todos deben contar con espacios de encuentro y de juegos para compartir con sus amigos, así como zonas verdes y un ambiente sin contaminar, tienen que poder participar en eventos sociales y culturales y deben poseer las mismas oportunidades, con independencia de su origen, religión, nivel de ingresos, género o discapacidad. Gasteiz tiene ahora un tiempo limitado para ser reconocida como ciudad amiga en 2016, ya que el reconocimiento se otorga cada dos años, la última en 2014.
Entre otras cosas, la capital alavesa debería constituir un consejo municipal de Infancia y Adolescencia para fomentar la participación de los pequeños en la vida pública municipal, aunque ya ha desarrollado bastantes trabajos previos en este ámbito, formar una comisión interdepartamental para remar en esta dirección e impulsar el desarrollo de nuevas políticas municipales que tiendan a favorecer la aplicación de la Convención sobre los Derechos del Niño. Una vez dentro, el programa fomenta también el trabajo en red de todas las ciudades participantes en él.
Elsa Fuente, coordinadora del Comité vasco de Unicef, se muestra optimista por el recorrido que la ciudad ha andado a lo largo de los últimos años. “Se tiene mucho camino ya andado, porque esto viene de atrás. Pero ahora ha sido el momento de dar un paso más”, certifica Fuente. El papel de los gobiernos locales en el cumplimiento de los derechos de la infancia pasó a formar parte de la agenda internacional ya en el año 1992, en Dakar (Senegal), con la puesta en marcha de la iniciativa Alcaldes Defensores de los Niños, también apoyada por Unicef, pero no fue hasta 2001 cuando durante la conferencia de la ONU sobre asentamientos humanos se declaró el bienestar de los niños como indicador de un entorno saludable, democrático y con buena gobernanza. En este marco, se lanzó el programa Ciudades Amigas de la Infancia, al que en la actualidad pertenecen 125 municipios del Estado, ninguno dentro de la CAV.
Fuente, que compareció ante el Pleno de Gasteiz el día en que la moción de Hemen Gaude salió adelante, no esconde su satisfacción por la actitud de todos los grupos municipales, aunque reconoce que la hora de la verdad llegará cuando haya que poner en marcha las iniciativas necesarias. “Al hablar de los derechos de la infancia, ¿quién no va a estar a favor? Las diferencias surgirán a la hora de ponernos en activo, pero estamos en un buen punto de partida”, remarca la coordinadora de Unicef.
Fuentes del equipo de gobierno municipal se muestran también confiadas en el buen desarrollo de esta iniciativa, que de llegar a buen puerto convertiría a la capital alavesa en referente de su entorno más cercano. “Queremos que Gasteiz sea la primera ciudad de Euskadi amigable con la infancia y tenemos ya bastante camino avanzado”, advierten desde el gabinete de Gorka Urtaran. En primera instancia, el Ayuntamiento ha ordenado ya “todos los recursos municipales dirigidos a la infancia” y está poniendo también en marcha medidas para que, al igual que se incluye una perspectiva de género en los presupuestos, “se haga lo mismo desde la perspectiva de la infancia”.
Además, el Consistorio considera “imprescindible” para que Gasteiz sea realmente una ciudad amigable con la infancia que cuente con las estructuras de participación infantil precisas, como por ejemplo esos “plenos que llevan años sin celebrarse”. El Ayuntamiento se reunirá “en fechas próximas” con Unicef para establecer quiénes van a ser las personas interlocutoras en este proceso y para empezar a activar los puntos recogidos en la moción aprobada el pasado viernes 6.
conocer “la realidad” Entretanto, Elsa Fuente incide de primeras en la necesidad de “focalizar” los derechos de la infancia en las políticas municipales. En primer lugar, conociendo a fondo “la realidad” de este grupo poblacional para, a partir de ahí, saber “qué actuaciones hay ya recogidas o qué nuevas se pueden plantear”. La coordinadora de Unicef alude en este punto a que, pese a que la cobertura de la necesidades básicas de los más pequeños ya está reconocida, “no hay que olvidar el impacto de la crisis económica sobre los más pequeños”.
Además, contar con la participación “real” de los pequeños en la actividad que se desarrolla en la ciudad, como “sujetos activos”, es para Fuente uno de los retos más importantes que todavía quedan por delante. “Quizá es lo que está más lejos de la realidad. Es una línea interesante a incidir en el nuevo Plan de Participación Ciudadana”, recomienda la coordinadora de Unicef. Lógicamente, también sería necesaria la vinculación de todos los planes que se pongan en marcha a partidas económicas, aunque según matiza Fuente “esto no implica que el presupuesto tenga que crecer, sino que se vincule a acciones específicas”.
Un total de 57 ciudades y pueblos dispersos por todo el Estado recibieron en 2014 por primera vez el reconocimiento de ciudades amigas, pasando a integrar un grupo que ya conforman esos 125 municipios. Además de los nuevos reconocimientos, Unicef, el Ministerio español de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, la Federación de Municipios y Provincias y el Instituto Universitario de Necesidades y Derechos de la Infancia y la Adolescencia, integrantes del jurado, volvieron a renovar los reconocimientos concedidos en ediciones anteriores a 30 localidades. Ciudades como Barcelona, Sevilla, Santander, Cáceres, León, Logroño, Ciudad Real, Albacete o Ibiza ya pertenecen a este club.
“No sabemos si llegaremos a tiempo para 2016, pero vamos a trabajar en conjunto para conseguirlo. Estamos a plena disposición del Ayuntamiento”, subraya Fuente. Aun siendo consciente de que “es necesario contar con recursos” para poner en marcha este programa, la coordinadora de Unicef llama a “no estar con los brazos cruzados” si, a la vista de las apreturas presupuestarias, se dan carencias económicas evidentes.
Confianza municipal. “Queremos que Gasteiz sea la primera ciudad de Euskadi amigable con la infancia y tenemos ya bastante camino avanzado”. El gabinete de Gorka Urtaran muestra su confianza en que la iniciativa para sumar a la capital alavesa a esta red llegue a buen puerto. Hasta la fecha, el Ayuntamiento ha ordenado todos los recursos municipales dirigidos a la infancia y está poniendo en marcha medidas para que se incluya una perspectiva de la infancia en las cuentas municipales.